04/02/2025
Mamá es “MALA” …
La idea de que la madre, somos la principal responsable de la educación de los hijos tiene raíces históricas y culturales profundas. Tradicionalmente, se ha considerado que las mujeres tienen un rol central en la crianza y el cuidado de la familia, mientras que los hombres se han asociado más con roles de proveedores económicos.
En muchas culturas, las mujeres han sido vistas como las principales cuidadoras, lo que ha llevado a la creencia de que tienen una mayor responsabilidad en la educación de los hijos, por lo tanto, la sociedad a menudo pone una presión considerable sobre las madres para que sean las principales responsables del bienestar y desarrollo de sus hijos.
La tendencia de algunos hijos a culpar a sus madres de su infelicidad puede deberse a una combinación de factores emocionales y psicológicos, el vínculo emocional muy fuerte con ellos, es lo que hace que sean la figura más accesible para expresar frustraciones y culpas.
Cuando los hijos enfrentan dificultades emocionales o insatisfacciones, pueden buscar una explicación externa para su malestar, y las madres, siendo figuras centrales en sus vidas, pueden convertirse en el foco de esa búsqueda, y descargar en ellas toda la “culpabilidad” de lo que no han podido realizar.
Es lamentable, que sea siempre sea la figura materna a la que se le juzgue tan duramente, y no a los papás. Se escudan en mamá, diciendo que cuando eran niños fueron maltratados por ellas, que no los querían, que fueron abandonados, cuando menos nos damos cuenta, comenzamos a sentir hasta odio, ofendiéndola a tal punto que muchos han llegado a desear su muerte.
Pero esos hijos convertidos en jueces y verdugos alguna vez se ha puesto a investigar, cómo fue la vida de mamá en su niñez, con carencias vivió desde que era pequeña, o si fue concebida por amor. ¡No! ¡Por supuesto que no!, es muy cómodo señalarla como la peor escoria del mundo, sin saber por todo lo que tuvo que pasar para poder sobrevivir.
En lo personal, puedo decir, que mis padres se separaron cuando yo tenía tan solo un año de edad, me quedé al cuidado de mis abuelos maternos, mi abuelo era un hombre que había luchado en la revolución, siendo muy joven en las filas del general, Emiliano Zapata, por lo tanto, ya se podrán imaginar el carácter que tenía, fuerte, pero con una moral cimentada, basada en el valor y el respeto. Se preguntarán qué tiene que ver con lo antes expuesto. Mucho, mi madre casi treinta años que trascendió a otro nivel, recibió una educación muy estricta, más, sin embargo, jamás la escuché expresarse mal de sus padres, lo único que en ocasión dijo, no me permitieron ser maestra. Pues bien, deben saber, que yo también fui violenta con ella, cuando regresó ya estaba en la pubertad, lo reconozco, le hacía reproches por su abandono, pero porqué solo a ella y no a mi padre, que también era responsable de mi educación, porque mamá era a la que tenía nuevamente a mi lado, por lo tanto, en ella descargaba mi malestar.
Jamás le di la oportunidad de manifestarse, que, sin querer, también sentía un dejo de “culpa”. Si en esa época alguien me hubiera abierto los ojos de lo injusta que estaba siendo con mi madre, me hubiera ahorrado muchos sinsabores. Ella, también tenía una historia de vida, tal vez, mucho más difícil que la mía, el recuerdo de que tengo de sus padres, es que no eran amorosos con ella, en cambio a mi me llenaron de mucho amor, con ellos aprendí, que, para comer, debes ganarte esa comida. Sí, me llevó muchos años comprenderlo. Pero, afortunadamente logré volverle decir MAMÁ, muchos años no lo hice, ni a ella ni a mi progenitor, él murió, y no pude llamarlo papá, simplemente era el señor Gama, ya no hubo ese tiempo de reconocimiento paterno.
Ahora puedo decir, que, a través de las constelaciones familiares, con estudios de superación personal, que no los citaré, pero si trabajé mucho, para poder soltar y aprender a vivir con gratitud con mis padres, por simple hecho de darme la vida, ahora con casi 77 años de edad, reconozco que me impulsa a veces a actuar de cierta manera. Mis hijos me han llegado a comentar, que no soy una abuela amorosa, puede ser que tengan razón, no es excusa, pero el haber trabajado con miles de jóvenes alumnos, los cuales amé con toda mi alma, ocasionaron ese desgaste de dar siempre un apoyo incondicional, más allá de la tarea de ser maestra, posiblemente quedé desgastada y que ahora sea así, pero amo a mis nietos, por supuesto que sí.
Pero, volviendo al asunto del porqué, muchos hijos consideran que MAMÁ es MALA, tal vez sea la menos indicada para dar consejos, pero si me atrevo decir, que no sean tan estrictos con ellas, reflexionen. Los que aún vive su madre, acérquense a ella, respétenla, acéptenla y ámenla con todos sus defectos, así como sus virtudes.
Actualmente, los profesionales en relaciones interfamiliares, aconsejan, que, si la relación con algún miembro de nuestra familia es tóxica, que nos alejemos, en parte estoy de acuerdo, e incluso con personas en nuestro entorno debemos hacerlo, en lo que no estoy totalmente de acuerdo, sea con nuestros padres, ya que al hacer esto, de retirarnos totalmente, sin haber sanado esas heridas que siguen lacerando, aunque muchos se jactan en decir, ya la perdoné, ¿perdonar?, quiénes somos para perdonar a nuestros padres, vuelvo a lo mismo, no son hijos, son jueces o verdugos “perdonándoles” la vida, o bien cuando comentan, a mí no me hizo falta mi madre, tan mala que era, con eso solo se demuestra el ego y la soberbia con la que están viviendo.
La vida es un suspiro, y se deseamos vivir en paz, con tranquilidad el tiempo que tengamos que vivir, qué maravilloso sería, que, al partir del plano terrenal, poder decir: “VIDA NADA TE DEBO, VIDA ESTAMOS EN PAZ”.
Pétalos de Amor, Pétalos de Amor, Pétalos de Amor
Su amiga por siempre
Pily Gama