06/09/2025
                                            Los parásitos
Por definición un parásito es un organismo que vive en el interior o exterior de otro (huésped) de distinta especie, alimentándose de él sin producirle ningún beneficio y perjudicándolo sin llegar a matarlo.
Existe una gran variedad de parásitos, tanto microscópicos como macroscópicos, relacionados con el ser humano. Sus hábitats son muy variados y pueden llegar a presentar ciclos de vida muy complejos, con más de tres huéspedes de especies diferentes antes de llegar al hombre. En la mayoría de los casos, los propios organismos no son altamente virulentos y/o son incapaces de reproducirse en el interior del organismo anfitrión. En consecuencia, la gravedad de la enfermedad está relacionada con la dosis infecciosa y el número de parásitos que estén actuando en ese momento determinado. A diferencia de las infecciones víricas o bacterianas, los parásitos suelen prolongarse en el tiempo durante meses o años.
El papel de los parásitos es un tema en las Leyes Biológicas que aún no está claro, el Dr. Hamer no dejó material al respecto ni un criterio específico, pero se puede tener en cuenta algunos de sus comentarios y otras consideraciones interesantes.
En términos de Descodificación biológica hay que tener en cuenta varios aspectos, el órgano u órganos afectados y su sentido biológico, así como el contexto donde se efectúa la parasitación. La mayor parte de las afectaciones parasitarias se manifiestan, generalmente, en condiciones de vida no deseables con pobreza, alimentación deficiente, hambruna, condiciones insalubres, basura, desechos, agua sucia, etc. A veces, este contexto es el reflejo de las personas que contraen parásitos con frecuencia: personas con malos hábitos de higiene, tanto personal como social; esto también puede aplicarse a su vida interna: personas “sucias”, “parasitarias”, de pensamientos y acciones ruines, que viven a expensas de otra persona, de la que se nutren sin aportarle ningún o poco beneficio. 
En términos generales, estamos ante un conflicto de entrega de poder; los parásitos se aprovechan de las energías sobrantes de un organismo. Puede tratarse de una persona cuyo conflicto está relacionado con sentirse abusado, parasitado por alguien o por algo (por ejemplo, el gobierno, los impuestos). En todo caso, existen dos posibilidades: sentir que viven de mí o sentir que vivo de alguien. Las preguntas claves serían: ¿Qué parásito tengo en mi vida?, ¿Quién me parasita?, o, ¿Soy yo un parásito? 
Convencionalmente, los parásitos se clasifican en tres clases:
1. Protozoos o protozoarios 
Estos son organismos microscópicos móviles, unicelulares y nucleados, que viven en ambientes húmedos o directamente en medios acuáticos, ya sean aguas dulces o saladas. Se dividen en cuatro tipos: flagelados, ciliados, esporozoos y rizópodos.
Por su acción en los humanos pueden clasificarse en cuatro grupos según su modo de movimiento:
 Sarcodinos o amebas: Entamoeba
 Flagelados o mastigóforos: Giardias, Trichomonas va**nalis
 Leishmania
 Cilióforos: Balantidium.
Algunos de ellos parecen tener acción durante los programas biológicos especiales (SBS). Por ejemplo, las amebas y giardias podrían participar en la fase postconflictolisis (Pcl) o de reparación de un programa de los intestinos (Endodermo), caseificando y eliminando tejidos excedentes donde hubo proliferación celular (tumoración) durante la fase activa, produciendo un cuadro de “disentería” con expulsión de tejidos y posible sangrado. Recuérdese que los conflictos biológicos en los intestinos, según cada porción de este, están relacionados con la necesidad imposibilitada de nutrirse correctamente o asimilar un bocado (intestino delgado), o de evacuar el bocado, algo sucio, denigrante, una traición, suciedad (intestino grueso). 
Hay que tener en cuenta las particularidades de cada parásito en cuestión. Por ejemplo, la giardiasis (lambliasis) en el intestino delgado produce diarreas, náuseas, trastornos digestivos, flatulencias, entre otros síntomas. Estamos ante un parásito que se transmite a través del agua. Aquí, según escribe Enrique Bouron en El Libro Azul de la Descodificación Biológica, el conflicto se centra en el pedazo indigesto que no se puede asimilar en un contexto de separación de la madre. Hay una separación chocante, por ejemplo, que nuestra pareja se vaya con otra o que nuestra madre se vaya con otro hijo(a), recuerde tener en cuenta siempre la simbología propia de la mente inconsciente, por ejemplo, pareja=madre, madre=agua (vida), madre=tierra (alimento), madre=patria (nuestro país de origen). El sentido biológico de contraer este parásito sería algo así como: “necesito ayuda para digerir o asimilar este pedazo y mamá se ha ido”, en este caso, el parásito cumple la función de asimilación de un nuevo orden que ya no puede proporcionarme mamá. “Mi madre me abandona y no sé cómo afrontar la vida actual”. 
Según comentarios del Dr. Hamer a sus colaboradores, la presencia y acción de estos parásitos (si existe en el organismo) de alguna manera está asociada a fases activas intensas, donde la remoción celular que se requiere en la fase Pcl es mayor a la que se puede lograr con la acción de los hongos y las micobacterias. 
Hay otros protozoos que parecen ser simbióticos con los tejidos ectodérmicos, es el caso de la Trichomonas va**nalis (flagelado anaerobio y microaerofílico perteneciente al orden Trichomonadida), que puede actuar en las fases Pcl del recubrimiento interno va**nal y de la uretra masculina.  Aquí estamos ante conflictos sexuales y de marcaje territorial. En la mujer, frustración sexual, sentido femenino de no ser penetrada por el macho, donde en la fase Pcl de este programa hay reconstrucción celular con hinchazón, dolor y sangrado, y al finalizar hay descamación de las células viejas. En el hombre, el recubrimiento interno de la uretra refleja un conflicto de marcaje territorial relacionado con no tener posesión o control de un territorio propio (por ejemplo, una mujer que considera parte de su propiedad), donde en la fase Pcl del programa biológico hay retención urinaria, con dolor intenso sobre todo al iniciar la salida de la o***a, y se termina el proceso de reconstrucción celular con cicatrización. Este parásito se alimenta de los desechos celulares de las células del epitelio escamoso del tracto uroge***al y se reproduce en ambientes cálidos y húmedos, lo que facilita su transmisión a través del contacto sexual sin protección.
  
2. Helmintos
Son especies de animales de cuerpo largo y blando sin esqueleto, en forma de gusanos, que parasitan el organismo de otras especies y tienen ciclos vitales complejos y muy variados. En algunos casos requieren de huéspedes intermediarios para acceder al organismo humano.
Se clasifican en dos tipos:
 Nemátodos
 Platelmintos, divididos a su vez en dos clases: Trematoda y Cestoda
Se destaca el caso de las tenias, como la Taenia solium, que ingresa al humano por la ingestión de carne de cerdo con larvas enquistadas o por la ingesta directa de huevos presentes en alimentos por contaminación f***l. Hay personas que las hospedan, pero solo manifiestan síntomas al entrar en la fase Pcl de un SBS de intestinos (Endodermo); pero también de otras capas embriológicas, como es el caso de la motricidad de la musculatura estriada (Ectodermo) en sus crisis epilépticas. En cada caso, los matices de los conflictos son diferentes, por ejemplo, en los intestinos de asimilación y en los músculos de impotencia.
Todos los parásitos se aprovechan de las energías sobrantes de un organismo. En el caso de la tenia, un gusano plano que puede medir varios metros (la teniasis es la infección en su forma adulta; la cisticercosis o cenurosis es la producida por sus larvas), cedemos nuestro interior, nuestro pedazo (alimento), nuestras energías. Al decir de Claude Sabbah, estamos ante un conflicto de víctima, de impotencia ante los demás: de entregar el poder, dejar que otra persona nos domine. En el caso de la Solitaria (taenia solium), “tengo que someterme a la voluntad de mi padre, a quien quiero sacarme de encima”. 
La oxiuriasis es la infestación intestinal por el parásito oxiuros, que produce picor en el ano. Aquí estamos ante un conflicto de un pedazo que no queremos ni asimilar ni evacuar, y también hay un contexto de falta de identidad, “no soy de aquí, este no es mi lugar”. No puedo asimilar esto y no puedo soltar lo que tengo, porque sería peligroso quedarme sin nada en un lugar que desconozco, del cual no formo parte. Entonces, le doy permiso a un parásito para aprovecharse de este pedazo que no quiero evacuar.
La helmintosis es una enfermedad por infestación parasitaria de lombrices intestinales, solitaria o gusanos redondos. Normalmente estos residen en la vía gastrointestinal, aunque también se pueden encontrar en el hígado, músculos y otros órganos. Los parásitos se alimentan de aquello que nos sobra, por lo tanto, tenemos un mensaje de “no valer”. Debemos complementar el sentido biológico con el del órgano afectado. En sentido general estamos ante un conflicto de identidad, de “no valer”, no tener derecho al ser: “Me comen por dentro”. Y siempre hay una noción de separación: “Necesito despegarme de…”, “Quiero despegarme de quien me está comiendo desde adentro (parásito)”.
Queda pendiente el estudio del porqué pueden estar presentes estos parásitos en órganos tan variados como el hígado, pulmones, ojos, músculos y en el cerebro, y la relación de su presencia con la manifestación de síntomas correspondientes a los SBS.
3. Ectoparásitos
Estos son organismos que viven en el exterior de otro organismo (huésped) y se beneficia de la relación a expensas de este.
Se subdividen en dos tipos:
 Insectos: pulgas, chinches, piojos
 Arácnidos: garrapatas, ácaros
Estos parásitos parecen estar también vinculados a fases Pcl de algunos SBS de la piel. Por ejemplo, los piojos y ácaros (sarna) se presentan activos y causando molestias en la fase Pcl de la Epidermis (Ectodermo) con la función de remover el tejido que se está descamando (células exfoliadas), ya que es su alimento. Estamos ante conflictos de contacto, separaciones. 
La dermatosis (enfermedad de la piel) causada por el ácaro parásito Sarcoptes scabiei (sarna), refleja conflictos de contacto. Estos parásitos se aprovechan de las energías que me sobran a nivel de la piel, hay que ver el sentido biológico de la parte de la piel donde aparece. Por ejemplo, si aparece en la cabeza marcan conflictos relacionados con pensamientos infectados, permitir que otras personas nos acaparen o roben el pensamiento, nuestras ideas. O bien separación del padre (ya sea real o simbólico: el control, la jefatura, el dominio, etc.), o falta de protección del padre (gobierno, autoridad), entonces me parasitan, se aprovechan de mi debilidad. Si es en todo mi cuerpo, se trata de mi ser en toda su extensión.
Los piojos (pediculosis) son pequeños insectos que se adhieren al cuero cabelludo y los cabellos. Se alimentan de sangre. Suelen aparecer en niños a la edad en que aprenden a leer. Tienen, por lo tanto, relación con el proceso intelectual (cabeza). Según el Dr. Hamer, estaría relacionado con la inestabilidad de la organización en grupo de los individuos formando sociedades. Hay una noción de separación familiar, sobre todo, el padre. Estamos ante un conflicto de índole intelectual, de aprobación del jefe de la familia, del cual depende mi pertenencia al grupo. Se trata de un conflicto de falta de protección y aprobación paterna, donde se ve alterada la cohesión del grupo. “Tengo que entrar en contacto con mi cabeza”, al decir de Enric Corbera. 
La ladilla (ptiriasis) es un insecto parásito que habita en las zonas vellosas del cuerpo, principalmente en la región púbica. Se alimentan de sangre y suelen contagiarse por contacto sexual. La sintomatología básica son picores, irritación y pueden causar infección en la piel. Los parásitos se alimentan de energías sobrantes y a la vez limpian. En este caso, tenemos sangre y zona sexual; hay algo que limpiar en esta zona. “Me chupan la sangre” (en un contexto sexual), aquí hay un sentido de culpa ante conceptos éticos y morales relacionados con la sexualidad adquiridos en la familia (sangre=familia): el s**o con extraños, el libertinaje sexual es algo “sucio”, “castigado”, va contra lo enseñado por nuestra familia (sobre todo, nuestra madre). Me chupan la sangre, me chupan mi familia, y, por lo tanto, me separan de ella. Entonces, estamos ante una noción de culpa por contacto sexual y hay una noción de separación (epidermis), “me separo de mi familia, de los valores familiares”. Existe una separación incomprensible (a nivel sexual) o con lo que no estamos de acuerdo. Conflicto de separación del placer sexual.