08/09/2025
L250 Que no vea ninguna limitación en mí.
La manera en la que funciona la salvación, es con el otro. Dar y recibir son lo mismo, pero en el tiempo dar ocurre primero, es decir que hasta que no cambie mi percepción con respecto a lo que veo y entrene mi mente para ver sólo lo bueno, lo bello y lo santo en todo y en todos, no lo veré en mí mismo. Todos los errores, defectos y limitaciones que percibo me muestran que estoy en la mente errada. Sólo hay dos maneras de contemplarlo todo: desde la cordura o desde la demencia, desde el miedo o desde el amor. La manera “normal” de ver es la del ego, que no deja pasar ni una sola equivocación, falta o maldad. Elegir otra manera de ver donde pasamos por alto los errores de los demás nos puede resultar extraño y que va incluso en contra de nuestros intereses. Pero ya hemos probado durante mucho, mucho tiempo esta forma de percibir el mundo y no funciona pues no nos hace felices. No perdemos nada por probar y elegir pasar por alto la pequeñez, la nuestra y la de nuestro hermano, que nos muestran los sentidos del cuerpo. Elijo contemplar la ternura, la generosidad, la bondad, la alegría, la belleza, la gracia… y lo que veo reflejado me viene de vuelta y experimento mi verdadera identidad que es una identidad compartida, sin límites, perfecta como el Hijo de Dios que soy. No quiero menos que eso.
Un curso de milagros 🧡