23/01/2019
Las bacterias🙄🙄🙄¿Son buenas o malas?😏😏😏
De pequeña, recuerdo que nunca quería lavarme las manos y no entendía por qué debía de hacerlo si no estaban visiblemente sucias. Me quejaba y me quejaba de la pérdida de tiempo y lo evitaba cada vez que podía. Me acuerdo que mi mamá, exasperada, me explicó algo que sonaba a ciencia ficción: mis manos estaban sucias y contaminadas por bichitos tan pequeños que no los podía ver. Al principio claro que pensé que era una mentira. Después, que tenía que vivir en miedo de los monstruos invisibles que me iban a causar enfermedad. Más adelante, acompañada de explicaciones y respuestas, descubrí que las bacterias eran completamente reales, que no todas eran malas y que algunas incluso vivían dentro de mí y de todas las personas que conocía.
Los humanos tenemos alrededor de 400 tipos de bacterias viviendo en nuestros estómagos. Curiosamente, tal como las huellas dactilares, cada persona tiene una combinación diferente de bacteria. Esto es gracias a la genética y al estilo de vida de cada quien. Están relacionadas con el metabolismo de su huésped y pueden protegerlo de ciertas enfermedades. Gracias a ellas recibimos, por ejemplo, la vitamina K y podemos sacar muchos más nutrientes de nuestros alimentos Las bacterias incluso están relacionadas con trastornos mentales como la depresión y la ansiedad, ya que el estómago tiene terminaciones nerviosas que lo conectan al cerebro.
Afuera del cuerpo las bacterias siguen teniendo papeles vitales. Hay algunas que viven en la tierra y en el océano. Son las encargadas de atrapar y transformar el nitrógeno y el carbono en el ambiente, cosa que llamamos “fijación”, y los convierten en sustancias que absorben las plantas y después utilizan para crear aminoácidos y los componentes del ADN. Como ni los humanos ni las plantas podemos atrapar el carbono y el nitrógeno del aire, dependemos en las bacterias para que lo hagan.
Otra maravilla que hacen las bacterias es la conversión de ciertos alimentos en otros. Gracias a estos microorganismos conocemos productos como la leche, el queso, las aceitunas y el sauerkraut, ya que están involucradas en los procesos de preparación y de sabor de los mismos. Incluso hay una quesería en Nueva York en donde tomaron muestras de las bacterias dentro de los quesos durante un año para después averiguar cuáles eran los mejores microbios para crear cheddar.
Es cierto que las bacterias pueden ser mortales y aterradoras, pero también juegan un papel vital en nuestra vida diaria. No podemos generalizar y verlas a todas como si fueran horribles bichitos que nos van a matar, porque algunas son responsables de mantenernos con vida. No por esto hay que usar agua de charco con la esperanza de usar sus bacterias para crear yogurt: debemos seguir lavándonos las manos para ahuyentar a las malas y disfrutar lo que nos dan las buenas: vida, metabolismo, plantas, y, quizás lo más importante para algunas personas, queso delicioso.