Temazcal Ze-Paktli

Temazcal Ze-Paktli Temazcal cuadrado, solar y subterráneo.

El Ayuno: El Silencio Luminoso del CuerpoAyunar no es negarse el alimento, es recordarle al cuerpo su sabiduría ancestra...
25/05/2025

El Ayuno: El Silencio Luminoso del Cuerpo

Ayunar no es negarse el alimento, es recordarle al cuerpo su sabiduría ancestral.
Es silenciar la marea constante de lo externo
para escuchar el murmullo dorado de nuestras células.

El intestino, ese templo escondido bajo la piel,
guarda historias, traumas, memorias y luz estancada.
Cuando lo saturamos, la mente se confunde, el espíritu se duerme.
Pero cuando lo aligeramos, se convierte en oráculo, en canal, en antena.

Desde la mirada de la nutrición regenerativa,
el ayuno consciente es el descanso sagrado del sistema digestivo.
Es el momento donde el cuerpo no digiere comida,
sino emociones, toxinas, pensamientos…
y al hacerlo, actualiza su biología,
recalibra su frecuencia,
se vuelve campo fértil para lo nuevo.

El experto lo sabe:
el 80% de la serotonina se gesta en el intestino.
Ahí también habita el sistema inmune.
Ahí se fragua la intuición.
Ahí empieza el despertar.

Ayunar no es dejar de comer.
Es empezar a elegir.
Es cortar el lazo con lo que intoxica:
alimento sin alma, pensamientos sin raíz, vínculos sin verdad.

Es permitir que la flora intestinal, ese bosque microscópico, vuelva a florecer sin interferencias.
Es darle al cuerpo la oportunidad de activar su alquimia interna y recordarse: soy auto-sanación,
soy redención celular, soy conciencia encarnada...

Afirmación para acompañar el ayuno:
“Hoy elijo la ligereza como camino de verdad.
Mi cuerpo se libera, mi alma se ancla,
mi intestino se convierte en portal hacia mi propia sabiduría.”

Se concluyó la 8va Feria Nacional del Temazcal en el Instituto Tzapin de Medicinas Complementarias.Teniendo presencia co...
24/06/2024

Se concluyó la 8va Feria Nacional del Temazcal en el Instituto Tzapin de Medicinas Complementarias.

Teniendo presencia como profesores Nahual Tex e Itzpapalotl Olivar impartiendo diversos talleres y temazcalitos.

Al público que nos visitó, infinitas gracias por acompañarnos.
¡Nos vemos en Octubre!

Gracias familia Ze-Paktli por unirse en corazón y en estar, el encaminar a nuestra niñez a conocer sus tierras y que rec...
29/04/2024

Gracias familia Ze-Paktli por unirse en corazón y en estar, el encaminar a nuestra niñez a conocer sus tierras y que recorra sus senderos guiados por la historia que en ellos hay, deja un gran legado.

Así como también, conocer la medicina ancestral del Temazcalito subterráneo Tepaliliztli.

Gracias a cada uno por llegar a la cita, sin ustedes, esto no sería posible.

Gracias, gracias, gracias.

06/04/2024
Buen día familia Ze-Paktli.Les comparto la invitación para nuestro temazcalito, especial para consentir a nuestros peque...
06/04/2024

Buen día familia Ze-Paktli.
Les comparto la invitación para nuestro temazcalito, especial para consentir a nuestros pequeños y sanar nuestro niño interior.

Cualquier duda, estoy para servirles.
¡Excelente día!

Iniciación al Popochcomitl, la medicina del corazón.Taller que dió Itzpapalotl Olivar en Texcoco Instituto Tzapin Chapin...
24/02/2024

Iniciación al Popochcomitl, la medicina del corazón.
Taller que dió Itzpapalotl Olivar en Texcoco Instituto Tzapin Chapingo
23/02/2024

11/02/2024Temazcal subterráneo ❤️‍🔥TEPAKILIZTLICelebración de cumpleaños 🥳
18/02/2024

11/02/2024
Temazcal subterráneo ❤️‍🔥
TEPAKILIZTLI
Celebración de cumpleaños 🥳

2 de Febrero. Origen Mexica del Día de la Candelaria.El 2 de febrero es un día famoso porque es el día de los tamales, e...
02/02/2024

2 de Febrero. Origen Mexica del Día de la Candelaria.

El 2 de febrero es un día famoso porque es el día de los tamales, es lo primero que recordamos los mexicanos al llegar dicha fecha, después, para la mayoría que no somos católicos (incluso aunque algunos lo sean), nos informamos sobre qué exactamente se está celebrando ese día y por qué se comen tamales: “Es el día de la Candelaria”, nos dicen, “y se viste al niño Dios para llevarlo a la iglesia y bendecirlo” agregan los más conocedores del tema, “y para celebrarlo se hacen tamales”. “¡Ah! Muy bien”, respondemos, mientras nos deleitamos con el sabor de un rico tamal verde o de rajas con queso, además de un delicioso champurrado de chocolate.

El 2 de Febrero es, siendo más precisos, el día de “La Virgen de la Candelaria”, es decir, la Virgen de las candelas o de las velas, metáfora para indicar que es la Virgen de la luz, “la luz santa que guía hacia el buen camino y la redención y aviva la fe en Dios”.

Lo que en realidad se está celebrando específicamente, desde la perspectiva de la iglesia católica, es la purificación de la Virgen. Se cree que la Virgen María entró en un proceso de purificación que duró 40 días después del nacimiento de Jesús, purificación que concluye precisamente el 2 de febrero.

Lo que observamos es que, después de “dar a luz”, la mujer se purificaba. En la cultura judía, las mujeres se purificaban por 40 días, iban al templo o iglesia a dar gracias encendiendo una candela. De ahí que se conozca el 2 de febrero como el Día de la Candelaria, es decir, el Día de la Luz; luz que, también podríamos indicar, se asocia con el nacimiento, “dar a luz”. Y, desde la perspectiva católica, dicha luz también se asocia con Jesús, “donde Cristo es la luz del mundo quien vino a iluminar a todos como una vela o una candela”.

Por lo anterior, pensaríamos que el Día de la Candelaria tiene un origen católico, sin embargo, la fecha del 2 de febrero, aunado a las candelas, tienen también un origen y antecedentes, mucho más profundos y ocultos, en la época del México antiguo. De hecho, y en realidad, tiene más antecedentes y simbolismos mexicas, nahuas, que católicos.

2 de Febrero

Comencemos mencionando la fecha, 2 de febrero, ese era el día (haciendo la correlación calendárica) en que comenzaba el “año nuevo” para los antiguos mexicas tenochcas y los mexicas tlatelolcas. Recordemos que el inicio de la cuenta calendárica de los antiguos mexicanos estaba regida por su ciclo agrícola. Esta cuenta del tiempo basada en la agricultura y las cuatro estaciones del año, es lo que se conoce como el calendario solar (de 365 días) pues tuvieron otros calendarios o cuentas del tiempo basadas en otros astros celestes. Pero esta de 365 días es la que corresponde a la cuenta solar o ciclo agrícola, o, como se conoce actualmente, el inicio del Año Nuevo Mexihca-Tenochca.

Cabe mencionar que en el México antiguo no todos los pueblos o señoríos tuvieron un mismo calendario. Los distintos grupos culturales que habitaron el centro de México no estaban regidos o sujetos a una misma cuenta del tiempo. Cada cultura o civilización tuvo su propio calendario. La cuenta del tiempo que estamos tomando o considerando para conmemorar y festejar un nuevo inicio del ciclo agrícola o solar, es la cuenta que llevaban los mexicas tenochcas y los mexicas tlatelolcas que habitaban el islote que estaba en el gran lago del Anahuac. La cuenta del tiempo de la cultura mexica era diferente a la cuenta del tiempo de otros grupos culturales de su época, como era el caso de los Acolhuas (nahuas también) de la región de Tetzcoco, cuyo calendario solar iniciaba (haciendo la correlación correspondiente) en el mes de Marzo de nuestro calendario actual.

"En las calendas del primero mes del año, que se llamaba quauitleoa, y los mexicanos le llamaban atlcahualo, el cual comenzaba segundo día de febrero, hacían gran fiesta a honra de los dioses del agua o de la lluvia llamados Tlaloque." (Sahagún, Hist. Gen. Lib. II, Cap. XX)

Lo anterior lo menciona Fray Bernardino de Sahagún en su Historia General, basada en testimonios que recopiló de la propia población mexica.

El año nuevo mexica-tenochca

Un pequeño paréntesis sobre el inicio del año nuevo de los antiguos mexicanos. Cabe mencionar que actualmente los partidarios del movimiento de la Mexicayotl celebran el año nuevo mexica el 11 de marzo. Aunque, también hay que decirlo, no todos los estudiosos del tema están de acuerdo con esa fecha. Lo menciono porque sé que inmediatamente van a protestar las personas adscritas a la fecha del 11 de marzo diciendo que la fecha del 2 de febrero es incorrecta. La realidad es que existen diferentes propuestas sobre cuándo iniciaban el año los antiguos mexicanos, específicamente los mexicas. También está, por ejemplo, la del historiador y arqueólogo Enrique Vela, quien dice que la veintena de Atlcahualo iniciaba –y con ella el año al ser la primera veintena–, el 26 o 27 de febrero.

Si escudriñamos atentamente los manuscritos del siglo XVI, nos damos cuenta que, en realidad, la fecha que menciona Fray Bernardino de Sahagún (2-Febrero) era únicamente para los mexicas-tenochcas y tlatelolcas. Y la fecha que menciona Fray Diego Durán (1-Marzo) era exclusivamente para la población nahua de la región de Tetzcoco, los acolhuas.

Todo indica que, al parecer, en el México antiguo no todas las regiones o señoríos se regían por el mismo calendario. Parece que cada región o población tuvo su propia cuenta del tiempo. Así nos lo confirma fray Toribio de Benavente Motolinia, uno de los primeros frailes franciscanos en llegar a México en 1524:

"De las cosas variables del año, y cómo en una naciones comienza diferente de otras [...] Diversas naciones, diversos modos y maneras tuvieron en la cuenta del año, y así fue en esta tierra de Anáhuac, y aunque en esta tierra, como es tan grande, hay diversas gentes y lenguas, en lo que yo he visto todos tienen la cuenta del año de una manera." (Motolinia, Hist. Ind., Trat. I, Cap. V)

Así que, la cuenta que menciona Sahagún era para Tenochtitlan, y la cuenta que menciona Durán era para Tetzcoco, la región donde él creció. Todo lo anterior fue pertinente sólo para aclarar lo del comienzo del año nuevo de los antiguos mexicanos. Cierro el paréntesis.

Febrero, inicio de un ciclo.

Retomando el tema principal, el 2 de febrero era la fecha en que iniciaba el año nuevo en el “mes” o, mejor dicho, en la veintena de Atlcahualo. Al menos así lo era para los mexicas-tenochcas y los mexicas-tlatelolcas que compartían los dos islotes en medio de la gran laguna. Sahagún corrobora esta fecha, en otra parte de su obra, al mencionar que ese día que iniciaba el año para los antiguos mexicanos era el día en que ellos, los españoles, celebraban la “purificación” de la virgen:

"El primer mes del año se llama entre los mexicanos Atlcahualo, y en otras partes quauitleoa. Este mes comenzaba en el segundo día del mes de febrero, cuando nosotros celebramos la purificación de Nuestra Señora. En el primer día de este mes celebraban una fiesta a honra, según algunos, de los dioses Tlaloques que los tenían por dioses de la pluvia; y según otros de su hermana la diosa Chalchiuhtlicue…"(Sahagún, Hist. Gen., Lib. II, Cap. I)

De esta manera, basándonos en la cuenta que proporciona Sahagún, los antiguos mexicanos celebraban el inicio de su año nuevo en un día cipactli (cocodrilo o caimán), el primer día de su “mes” o veintena con el nombre de Atlcahualo, lo que hoy corresponde al día 2 de Febrero. Siendo entonces una celebración muy importante y significativa, razones hay para pensar que esta festividad religiosa estaba muy arraigada en su historia y cultura como para olvidarla, desarraigarla, y dejar de lado algunos de los elementos característicos y significativos de esta festividad, de estas antiguas prácticas para celebrar el inicio de su año agrícola-solar.

Tlaloc y Febrero

Lo importante a destacar de esta antigua celebración, que se realizaba en el primer “mes” o veintena al inicio del año, es que estaba dedicada a Tlaloc o a los Tlaloque como indican los textos, “hacían gran fiesta a honra de los dioses del agua o de la lluvia llamados Tlaloque”, y esto era así porque era el inicio del ciclo agrícola. La preparación de la tierra para que ésta estuviera fértil y en óptimas condiciones para ser sembrada con la sagrada semilla del maíz, junto con rituales o ceremonias que se ofrendaban a las energías creadoras para que hubiera lluvias y buena siembra y buena cosecha, determinaba el inicio del nuevo ciclo agrícola.

Aquí, lo que deseo resaltar es el tipo de ceremonias que realizaban y a quién o quienes estaban dedicadas cuando se celebraba el inicio del ciclo agrícola. Y lo segundo que quiero destacar es que este tipo de ceremonias dedicadas a Tlaloc se realizaban en lo que para nosotros corresponde al mes de Febrero, esto último es lo más importante a resaltar. Por el momento dejaremos de lado la problemática de cuando iniciaba el año, incluso el nombre de la veintena, aquí lo importante a observar es que, en el tiempo en que los mexicas realizaban ceremonias y rituales para preparar la fertilidad de la tierra y al mismo tiempo asegurarse de la abundancia de lluvias para que hubiera agua suficiente, era en lo que hoy corresponde al tiempo del mes de febrero. Este era el periodo de tiempo, la época, el momento adecuado, el inicio del ciclo agrícola, en que los antiguos mexicanos hacían roza de tierras, labranza, barbecho, consagración de semillas, siembras; y realizaban ceremonias dedicadas a Tlaloc, o sus ayudantes los Tlaloqueh para la petición de lluvias.

Si revisamos la obra de Fray Diego Durán, para él el año iniciaba en marzo, así que en febrero terminaba. En la cuenta de Durán, febrero era el último mes o veintena del año. Observemos lo que Durán dice al respecto sobre ese mes, o sobre ese tiempo del año, que en su cuenta corresponde a la veintena de Izcalli:

"La segunda fiesta [de esta veintena] era la conmemoración de Tláloc y de Matlalcueye, los cuales eran dos cerros solemnes que hay en esta tierra, donde se arman aguaceros. El uno está en Tlaxcala y el otro en el que dijimos estaba el dios de los rayos y tempestades [el monte Tlaloc en Tetzcoco]… Empezaba ya la siembra en este mes en los montes y collados… sembraban los montes y los llanos, laderas y quebradas, sin dejar cosa por sembrar… Y sembrábanlos tan temprano a causa de la humedad de los montes, que, según ellos dicen, siempre empiezan por allí los aguaceros muchos días primero que bajen a los llanos." (Durán, Hist. Ind., Lib. II, Cap. XXI)

Por las menciones realizadas a Tlaloc, “el dios de los rayos y tempestades”, y las referencias a los montes y que comenzaba “ya la siembra”, es decir, el ciclo agrícola, observamos que la veintena de Izcalli, que es en Febrero en la cuenta de Diego Durán, coincide en las mismas características con la veintena de Atlcahualo que también es en Febrero en la cuenta de Sahagún. Las prácticas son las mismas: el inicio de un nuevo ciclo agrícola.

Con lo anterior, corroboramos entonces que era en el mes de febrero, el tiempo adecuado de la naturaleza, cuando daban inicio las prácticas agrícolas y las festividades o ceremonias y rituales dedicadas a consagrar la tierra para su adecuada fertilización; y al mismo tiempo, las ceremonias dedicadas a Tlaloc para que hubiera agua en abundancia, y por ende, tuvieran buenas siembras y buenas cosechas.

Cabe mencionar que, actualmente, es precisamente en el mes de febrero cuando, todavía, personas de comunidades indígenas suben a los montes para hacer ofrendas y consagrar semillas para que haya buena cosecha. Y como dato “curioso”, pero que se suma a lo anteriormente expuesto, muchas personas suben, hoy en día, al monte Tlaloc para observar el famoso fenómeno natural conocido como “la montaña fantasma”. Una montaña aparece en medio de otras. Una ilusión óptica que sólo ocurre una vez al año, en febrero. Esta actividad de subir al monte Tlaloc en el mes de Febrero es una práctica y una tradición de muchas personas que viven en la región de Tetzcoco, desde hace muchos años.

Tamales y amaranto

Por supuesto que algo de lo que más nos interesa saber, era si realmente hacían tamales en esta festividad dedicada al inicio del ciclo agrícola y a Tlaloc, en lo que hoy corresponde al mes de febrero. Bueno, en realidad los antiguos mexicanos hacían tamales para todas sus festividades religiosas, eran parte de los alimentos sagrados que se ofrendaban en las ceremonias antiguas.

Dado que el maíz era la base de su alimentación y el alimento sagrado por excelencia, no podían faltar los productos hechos a base de éste en las festividades religiosas. Por supuesto que los tamales (tamalli) eran un elemento primordial en las ofrendas. Incluso de una gran variedad, tamaños, sabores, guisos, presentaciones. Tamales muy diferentes de los que conocemos en la actualidad. Aquí la pregunta es si existía algún tipo de tamal especial para esta festividad antigua en la que iniciaba un nuevo ciclo agrícola, una nueva veintena, un nuevo año.

Cabe aclarar que los frailes españoles no le llamaron “tamales” a la masa hecha de maíz mezclada con otros ingredientes y en cuyo interior se colocaba algún tipo de guisado. Los españoles llamaron a este antiguo platillo mexicano simplemente como “panes”, ya que era la única referencia que ellos tenían en base a su contexto cultural gastronómico: un alimento gordito, con volumen, “pachoncito”.

No existen muchas referencias gastronómicas en esta festividad realizada en febrero, probablemente porque a los españoles no les interesó mucho describir a detalle los alimentos ofrecidos en estas ceremonias. Sin embargo, encontramos una cita al respecto, mencionada por Fray Diego Durán, precisamente para la festividad realizada en los primeros días de febrero:

"También había este día particular comida de bledos [amaranto] cocidos y pan mezclado con los mesmos bledos… Y entiendo yo de estas diferencias de comidas que en cada fiesta había que se fundaban en pedir que no les faltase de aquel género de comida jamás, porque por todas estas fiestas están repartidos todos los géneros de pan qué éstos tienen y comen…" (Durán, Hist. Ind., Tom. I, Cap. XXI).

El fraile nos está hablando de tamales en cuyo interior hay una “comida de bledos cocidos”, es decir, un guiso de semillas de amaranto. Lo que hay que resaltar aquí es el ingrediente principal que están utilizando para colocar en el interior de los tamales y para celebrar el inicio del ciclo agrícola: las semillas de amaranto.

Como ya mencionamos, los antiguos mexicanos comían tamales todo el año, como lo hacemos nosotros actualmente, pero observamos que tuvieron unos tamales especiales y significativos para aquellas ceremonias: tamales de amaranto. Actualmente no existen. Creo que debemos retomar, recuperar y rescatar esta práctica antigua de hacer tamales de amaranto. Por lo pronto, hacer la masa de amaranto conocida como Tzoalli, con la cual también se hacían figuras que se consagraban en el marco de las ceremonias antiguas.

Fuego, candelas y purificación.

En los primeros años en que los frailes sustituyeron la festividad de Tlaloc y el inicio del ciclo agrícola por la festividad del Día de la Candelaria –que ya se festejaba desde el siglo VI en España–, la población nahua no dejó inmediatamente sus antiguas creencias y prácticas. El medio para conservar sus antiguas tradiciones fue el sincretismo cultural y religioso. Al respecto, encontramos la siguiente referencia proporcionada por Motolinia:

"En la fiesta de la Purificación o Candelaria traen [la población nahua] sus candelas a bendecir. Después que con ellas han cantado y andado la procesión, tienen en mucho lo que les sobra [de las velas], y guárdanlo para sus enfermedades, y para truenos y rayos; porque tienen gran devoción con Nuestra Señora, y por ser benditas en su santo día las guardan mucho." (Motolinia, Hist. Ind., Trat. I, Cap. XIII).

Por supuesto que para fray Toribio de Benavente Motolinia, la actitud de la población nahua en “tener en mucho” las candelas o velas es porque, como él creía, le tenían gran devoción a “Nuestra Señora” y porque han sido bendecidas “en su santo día”. Lejos está de imaginar el fraile franciscano las verdaderas razones de tal culto y veneración a las candelas.

Y para ello, hay que comprender un poco sobre la cosmovisión de los antiguos mexicanos. Para empezar, el fuego –elemento sagrado por excelencia en las culturas del México antiguo– simbolizaba para los antiguos mexicanos, en una de sus ceremonias principales, el fin e inicio de un nuevo ciclo (xiuhmolpilli, cuenta de 52 años), era la antiquísima ceremonia del fuego nuevo. Ese primordial elemento de vida, que es luz y calor, era también la representación simbólica del sol, de Tonatiuh, la máxima expresión del triunfo de la vida sobre la muerte; pues el sol vencía a la muerte todas las noches.

El fuego, desde la perspectiva de la cosmovisión antigua, encontraba su representación simbólica en Xiutecuhtli, el Señor del Fuego, el Señor del Resplandor. Era Xiutecuhtli quien habitaba el centro del universo. En el Códice Fejérváry-Mayer, lámina 1, observamos a Xiutecuhtli en el centro, rigiendo los 4 rumbos del universo. En los tres niveles del plano vertical (cielo, tierra e inframundo), se dice en los cantos nahuas antiguos que Xiutecuhtli se encontraba “acostado sobre el ombligo de la tierra”.

En los mitos de creación, ¿no fue el fuego quien transformó a Nanahuatzin y Tecuciztecatl en soles? En las festividades o ceremonias antiguas, ¿no era ante el fuego el ofrecimiento de danzas y cantos? En el nombramiento de un gobernante ¿no era ante el fuego el ritual de consagración de un Tlahtoani?

Como podemos observar, para los antiguos mexicanos, el fuego purificaba en los rituales antiguos, purificaba el espacio sagrado, purificaba y consagraba a las personas.

Actualmente, en los grupos de danza azteca, el fuego, los sahumadores, se siguen utilizando para purificar el espacio donde se va a llevar a cabo la danza, y para purificar o “limpiar” a las personas su tonalli. Esa es la idea basada en una cosmovisión antigua. Y esa es una de las funciones principales del fuego: purificar

Si a los antiguos mexicanos les dijeron que el día 2 de febrero era el día de “Nuestra Señora de la Purificación” o el día de las “Candelas”, para ellos tenía sentido, era evidente, obvio; sólo el fuego purifica. Encontraron en el rito católico de las velas o candelas la continuidad de una práctica ancestral, muy antigua, que les había sido arrancada, prohibida: el culto al Señor del Fuego.

Truenos y rayos

Otro dato interesante que proporciona el fraile Motolinia –en el texto citado anteriormente–, es que guardaban lo que les quedaba de las candelas, después de la procesión, para sus enfermedades, “y para truenos y rayos”. Por supuesto que no las guardaban porque tuvieran una gran devoción a una señora que apenas acababan de conocer –el fraile peca de ingenuo–, inmediatamente vemos la causa, “para sus enfermedades”, es decir, para pedir a la luz de la candela, entiéndase al señor del fuego, Xiutecuhtli (o alguna otra divinidad antigua relacionada con el fuego), la luz y el calor, que les ayudase con dicha enfermedad.

Por supuesto que llama mucho la atención que también guardaran las candelas “para truenos y rayos”. Nuevamente el fraile denota su inocencia. ¿Acaso no se preguntó por qué guardaban las velas para los relámpagos? Es clara, desde la cosmovisión antigua, su asociación con Tlaloc, el Señor de las Aguas Celestes y por supuesto el Señor de los truenos y rayos.

Iniciada la época colonial, los antiguos mexicanos no olvidaron sus ofrendas a Tlaloc en esa época del año, febrero, y es posible que cada vez que veían llover o que el cielo se estremecía con los relámpagos, ellos ofrendaban la luz de sus candelas que habían conservado.

Los niños

Sea tal vez uno de los elementos más característicos del Día de la Candelaria –principalmente en México, no así en otros países–, el presentar un “niño dios” en las iglesias, del cual se hará su celebración posteriormente, invitando la familia que lo presenta, a comer tamales. Algo a observar es lo referente a los atavíos, atuendos o la manera en que serán vestidos los “niños dios”. Al parecer, se pone mucha atención en cómo van a vestir al “niño dios”.

La presencia del “niño dios” en el Día de la Candelaria por supuesto que tiene que ver, desde la perspectiva católica, con la purificación de la virgen después de 40 días en que dio a luz a su hijo Jesús y lo lleva a presentar al templo de Jerusalén.

Sin embargo, existen referencias, muchas, sobre la presencia de niños en esta antigua festividad dedicada a Tlaloc y al inicio del ciclo agrícola en el mes de febrero; y también, por supuesto, del énfasis que ponían los antiguos mexicanos por vestir, atuendar a esos niños en esa festividad.

Hablar de este tema no es fácil, ya que es un tema delicado, y para las personas que no están relacionadas o compenetradas con los estudios del México antiguo ni su cosmovisión, puede parecerles un tema difícil de asimilar y comprender. Además de herir susceptibilidades, que no es la intención.

Antes, quiero mencionar, que una de las primeras cosas que aprende el investigador social, historiador, antropólogo, arqueólogo, etc., es a no juzgar a las sociedades antiguas. A tratar de ser objetivo. No podemos evaluar, criticar o juzgar el comportamiento o formas de vida de las culturas antiguas desde nuestro actual sistema de creencias, desde nuestros principios y valores que han sido construidos en nuestra época actual, desde nuestro presente. Nuestros principios y valores están muy distantes en el tiempo de los de aquellas antiguas culturas. Lo que hacemos es tratar de comprender por qué vivieron de tal modo, por qué hicieron lo que hicieron (valga la redundancia), y cuál era su sistema de creencias que dictaba su comportamiento (cosmovisión). Es decir, el estudioso social intenta ser empático, ponerse en el lugar de aquellos personajes históricos para comprender su proceder y tratar de explicarlo.

Cabe mencionar que aquellas antiguas culturas tuvieron sus propias formas y maneras de regular su conducta, su moral, lo que ellos consideraron correcto e incorrecto, y que esas formas ya no corresponden a nuestros tiempos actuales. Lo que para nosotros actualmente puede parecer algo atroz u horrendo, para ellos, o para algunas culturas de esa época, no lo era.

Aclarado lo anterior, mostraré un par de referencias de la presencia de los niños en la ceremonia o festividad que se realizaba a Tlaloc y al inicio del ciclo agrícola en lo que hoy corresponde al mes de febrero:

"Para esta fiesta buscaban muchos niños de teta… escogían aquellos que tenían dos remolinos en la cabeza y que hubiesen nacido en buen signo: decían que éstos eran más agradable sacrificio a estos dioses, para que diesen agua en su tiempo. A estos niños llevaban a los montes altos, donde ellos tenían hecho voto de ofrecer.” (Sahagún, Hist. Gen., Lib II, Cap. XX)

“Mataban en esta conmemoración un niño y una niña en honra de estos dos cerros [Tlaloc y Matlalcueye]; iban a ofrecer a los montes y a las cuevas y quebradas sacrificios, así de ofrendas de comida, como de sangre de sus cuerpos." (Durán, Hist. Ind., Lib. II, Cap. XXI)

La vestimenta del niño dios y su procesión

Mencionaba anteriormente la tradición de vestir al “niño dios” en el Día de la Candelaria. Las personas se preocupan y se ocupan, y se esmeran mucho, en ver qué atuendo pondrán a su “niño dios”. Pues bien, la tradición de vestir, atuendar, al niño para esta celebración en esta época del año, tiene también sus antecedentes en el México antiguo. Ponían mucho énfasis y cuidado en la forma y manera en que habrían de vestir a los niños que ofrendarían en las montañas:

"Estos tristes niños antes que los llevasen a matar aderezábanlos con piedras preciosas, con plumas ricas y con mantas y maxtles muy curiosas y labradas, y con cotaras muy labradas y muy curiosas, y poníanlos unas alas de papel como ángeles y teñíanlos las caras con aceite de ulli, y en medio de las mejillas les ponían unas rodajitas de blanco; y poníanlos en unas andas muy aderezadas con plumas ricas y con otras joyas ricas, y llevándolos en las andas, íbanles tañendo con flautas y trompetas que ellos usaban."

Hay que observar que, en esta última parte del párrafo anterior, se está haciendo mención de una procesión “llevándolos en las andas, íbanles tañendo con flautas y trompetas”. Procesiones que aún, en la actualidad, se realizan en varios lugares, llevando a la figura del “niño dios” muchas veces en andas, o cargándolo por las calles del pueblo o colonia, con toda la gente detrás de él, hasta llegar a la iglesia.

Niño Dios

Por último, hay que mencionar que, para los antiguos mexicanos, en su concepto que tenían de la muerte, ésta divinizaba. Es decir, algunas personas al morir alcanzaban el estatus de divinidad, accedían a esa escala o jerarquía espiritual o celestial. Con mayor razón los niños. Desde la perspectiva y cosmovisión de los antiguos mexicanos, el niño al ser ofrendado y morir de esa manera se convertían en un ser divino, es decir, se convertía en un: Niño Dios.

Es muy probable que la expresión “niño dios” así como la imagen que de él se tiene –un ser divino, un niño divino–, hayan tenido una continuidad cultural e histórica desde los tiempos del México antiguo.

No ha sido mi intención, de ninguna manera, ofender las creencias de alguien con este pequeño escrito. Sólo he querido mostrar algunos de los antecedentes antiguos, nahuas, mexicas o prehispánicos, elementos del México antiguo, que me parecen se encuentran aún presentes y vigentes, simbólicamente, en el festejo actual del Día de la Candelaria.

Texto de: Yaoehecatl KM

🧘🏻‍♂️TEMAZCAL MIXTO🧘🏻‍♀️🗓️ *¿Cuándo es la cita?*Domingo 11 de Febrero Cita: 11:30 amAcceso: 12:00 pm📍 *¿Cómo llegar?* Jo...
21/01/2024

🧘🏻‍♂️TEMAZCAL MIXTO🧘🏻‍♀️

🗓️ *¿Cuándo es la cita?*
Domingo 11 de Febrero
Cita: 11:30 am
Acceso: 12:00 pm

📍 *¿Cómo llegar?*
Josefa Ortiz de Domínguez, San Joaquín Coapango, 56240 San Joaquín Coapango, Méx.

⏳ *¿Cuánto tiempo dura?*
Toda la ceremonia dura aproximadamente 2 horas, dentro del temazcal son 4 bloques de 20 min y entre cada bloque hay 10 minutos de descanso.

👨‍👩‍👦 *¿De que edades pueden entrar?*
Desde niños de 1 mes de edad hasta adultos mayores.

🌺 *¿Qué necesitas para entrar al Temazcal?*
🙋‍♀️MUJERES shor, falda o vestido largo (cómodos).

🙋‍♂️HOMBRES short

👨‍👩‍👧‍👦 TODOS
🩴Una toalla y sandalias
👕 Cambio de ropa
🥵 Toalla/ trapo para secar sudor.
💦 Hidratación personal

🧎‍♀️ *¿Qué preparación previa necesito?*
-Estar sobrio 24 horas antes de entrar
-Ingerir alimentos 3 horas antes de entrar
-Tomar suficientes líquidos antes de entrar y al salir.

🌻 *¿Cuál es el costo?*
Aportación consciente
$120 + Ofrenda

💐🥙 *¿Qué ofrenda llevar?*
-Fruta de temporada (la cantidad que guste)
-Copal/ocote (opcional).

🧘‍♀️El cupo es limitado por lo cual te recomendamos apartar tu lugar realizando tu deposito a la cuenta :
💳Bancomer
4152 3137 7472 4947

Si tienes alguna pregunta no dudes en contactarnos enviándonos un WhatsApp al 55 5297 7027, será un placer ayudarte 😃👍

Dirección

Josefa Ortiz De Domínguez, San Joaquín Coapango, San Joaquín Coapango
Méx
56240

Horario de Apertura

Lunes 8am - 8pm
Martes 8am - 8pm
Miércoles 8am - 8pm
Jueves 8am - 8pm
Viernes 8am - 8pm
Sábado 10am - 10pm
Domingo 10am - 10pm

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