04/08/2025
A veces, la ansiedad no nace del presente, sino de un pasado que nunca supo encontrar paz. Crecimos en ambientes donde el caos era rutina y el amor parecía condicional. Donde levantar la voz fue más común que validar una emoción. Para muchas personas, la ansiedad no es debilidad, es un sistema de alerta que aprendió a vivir en modo defensa cuando era la única forma de sobrevivir.
No es que todo les dé miedo, es que nunca aprendieron a sentirse seguros. No es que sean exagerados, es que su sistema nervioso se moldeó en medio del grito, del portazo, del silencio que dolía más que las palabras.
Hoy, en la vida adulta, el cuerpo recuerda lo que la mente quiso olvidar. Y ahí está, la ansiedad como una respuesta aprendida, como una alarma que no entiende que la guerra ya pasó.
Sanar la ansiedad no es apagarla, es enseñarle que ya no está solo, que hoy hay recursos, herramientas, contención. Que no tiene que seguir reaccionando desde la herida, sino que puede empezar a responder desde la conciencia. Porque sanar también es reescribir el diálogo interno, transformar el miedo en presencia, y elegir, poco a poco, una forma distinta de habitarse. 🫂
🧠 ~ Psic. Stephanie Rodriguez