18/08/2021
El apego
Al nacer los seres humanos requerimos satisfacer distintas necesidades ya que nacemos neurológicamente inmaduros y nos desarrollamos de manera más lenta en comparación con otros mamíferos. Por lo que con frecuencia dependemos de nuestros padres y/o cuidadores para recibir su atención y cuidados como, por ejemplo: ser alimentados, arropados, bañados, etc. Pero además es preciso contar con una interacción afectuosa y respetuosa basada en la atención de las necesidades individuales, lo cual nos llevará a sentirnos amados, aceptados y seguros. Este trato continuo favorece la formación de vínculos afectivos.
Estos lazos afectivos que se establecen y perduran en el tiempo nos hacen sentir los primeros sentimientos positivos como el afecto, la seguridad, y la confianza, o negativos como el miedo, la inseguridad y el abandono. Es un proceso que sirve de base a todas nuestras relaciones afectivas en la vida y, en general, a todas las relaciones entre miembros de la misma especie. Este vínculo hacia personas significativas nos acompañará toda la vida (Bowlby, 1969, 1973).
La psicóloga estadounidense Mary Ainsworth, llevo a cabo una investigación sobre los efectos que tiene la separación maternal sobre el desarrollo de la personalidad en los niños. Ella encontró que había tres estilos de apego.
El apego seguro. - Que se construye cuando el bebé se da cuenta que su mamá o cuidador está ahí para atenderlo y que no lo ignorará si escucha su llanto. Esto le permitirá tener un esquema sobre las expectativas del comportamiento de la madre que le servirá para crear su propia imagen. Es decir, si desde pequeños nos damos cuenta de que nuestra madre o cuidador es una fuente de seguridad, de bienestar y amor, es mas probable que desarrollemos una imagen adecuada de nosotros mismos y de los demás.
Otras investigaciones, también señalan que los niños con apego seguro presentan mejores competencias sociales, mejores estrategias de relación con sus iguales, son más aceptados por sus compañeros y muestran mejores niveles de regulación emocional y comportamental (Kerns, Abraham, Schlegelmich y Morgan, 2007; Weinfield, Sroufe, Egeland y Carlson, 2008).
El apego inseguro evitativo. - Se da cuando la madre o el cuidador atiende poco las demandas del bebé, por lo que se sentirá estresado y con temor a mostrar los sentimientos que surgirán de la separación los cuales provocarán rechazo y tratará de reprimir dichos sentimientos mostrándose evasivo hacia la mamá.
Otro tipo de apego es el llamado inseguro ambivalente. - Se establece cuando la madre o el cuidador del bebé tiene un comportamiento inestable o impredecible, es
decir a veces atiende sus necesidades y otras veces las ignora. Entonces el bebé reaccionará a veces resistiéndose al contacto y otras ocasiones buscará la proximidad o el contacto.
Por último, el apego desorganizado. - Se origina cuando la madre o cuidador tiene reacciones hacia el bebé, que fluctúan entre besarlo, golpearlo o llorar de manera exagerada. Lo anterior podría catalogarse como una conducta indolente por parte del cuidador.
Este apego resultará ser el que tiene la influencia más negativa para los seres humanos ya que al momento de crecer y convertirse en padres tendrán más probabilidades de ser padres o cuidadores que maltratan (Papalia et al., 2005)
Por lo que sería conveniente que, en este tiempo, donde ambos padres trabajan y se ven en la necesidad de dejar a sus hijos a cargo de un cuidador, pudieran tener la precaución de que los cuidadores no solo resuelvan las demandas de los niños en cuanto alimentación, vestido e higiene sino además que fuesen personas cálidas, comprensivas y que disfruten de la compañía de los niños.
Por otra parte, me parece importante señalar que en las generaciones antiguas se utilizaba la televisión como la nana de los hijos. Y actualmente las nuevas generaciones están reemplazando la televisión por los celulares o la Tablet de manera que sus pequeños ahora se pasan horas bajo la influencia de los aparatos electrónicos, considero que estás practicas si bien contribuyen a desarrollar ciertas habilidades también contribuyen a deshumanizar a los niños y a alejarlos de los vínculos afectivos que los adultos pudieran proporcionarles.
Otra cuestión para tomar en cuenta es la importancia que tiene en nuestras familias la educación sexual y la prevención de embarazos no deseados para los jóvenes, ya que como indican las estadísticas el 17.4% de los nacimientos ocurridos anualmente se dan en mujeres menores de 20 años, lo que da como resultado aproximadamente 340 mil nacimientos en nuestro país (2009, ENADID, CONAPO). Cabe señalar que las interacciones entre la madre e hijo no se encuentran aisladas, sino que se matizan por el contexto donde ocurren. Y como es lógico a esta edad no se han concluido estudios, tampoco se cuenta con trabajo, ni con la madurez para hacerse cargo de un bebé, y bajo esas circunstancias quizás el trato que los bebés reciban no sea el más adecuado, por todos los obstáculos y las presiones que tienen que sortear ya sea por los matrimonios jóvenes, y sobre todo en el caso de las madres solteras.
Si se pudieran tener acceso a mayor educación en el tema de la salud sexual supongo que más niños podrían tener una buena calidad de vida y podrían disfrutar del apego seguro que les proporcionaran sus padres, tal vez sería más probable que al crecer también tuviésemos menos problemas de delincuencia y menor violencia dentro de nuestra sociedad.
¿Y ustedes que piensan?
Bowlby, J. (1998). El apego y la pérdida 1: El apego. Barcelona: Paidós
Javier Moya, Purificación Sierra, Carolina del Valle y Miguel A. Carrasco. Efectos del apego seguro y el riesgo psicosocial en los problemas infantiles. TENDENCIAS PEDAGÓGICAS Nº 26 2015
Papalia, D. E (2009). Psicología del desarrollo de la infancia y la adolescencia. Mcgraw Hill
Encuesta Nacional de la dinámica demográfica 2009. (ENADID). CONAPO.
Autora: Leticia Oliva Rivera Monroy