24/04/2025
La rápida progresión de los síntomas (debilidad muscular y dolor intenso en las EEII) en este paciente hizo sospechar inicialmente una polineuropatía aguda, una vez descartadas otras posibles causas por los antecedentes médicos. La continuidad en la progresión de la sintomatología y la nula respuesta terapéutica inicial en la primera evaluación neurológica hizo sospechar aún más que podría tratarse de una polineuropatía de rápida evolución.
El diagnóstico del SGB se establece según unos criterios clínicos requeridos (Asbury et al)2: debilidad progresiva y arreflexia, sin embargo, existen otros criterios que apoyan al diagnóstico.
Se acepta que la enfermedad tiene un componente inmunológico. Estudios recientes han demostrado la presencia de anticuerpos antimielina del nervio periférico durante la fase aguda de la enfermedad. Se ha reconocido que las enfermedades previas desempeñan un papel importante para desencadenar los mecanismos inmunopatológicos sobre el nervio periférico, encontrándose asociación con diferentes procesos infecciosos y no infecciosos.
El pronóstico de la enfermedad es favorable en el 85-90% de los casos y aún más si se trata de población infantil.
El tratamiento depende fundamentalmente del grado de afectación de la enfermedad. En las formas graves (síndrome de Laundry) es preciso realizar inicialmente un tratamiento de soporte y requiere cuidados intensivos. El tra-tamiento farmacológico de fondo se basa en dos pilares:
1) Plasmaféresis: muy útil en la fase precoz de la enfermedad. Disminuye la mortalidad en las formas graves, la incidencia de parálisis permanentes y el tiempo de hospitalización5.
2) Gammaglobulina: solamente existen buenos resultados en población pediátrica.
No deben utilizarse corticosteroides en el tratamiento del SGB, excepto si el paciente lo precisa por otras razones en la evolución de la enfermedad. El efecto de Ig combinada con metilprednisolona por vía intravenosa en el SGB está siendo evaluado con un ensayo aleatorio6.
Este tratamiento ha de acompañarse con otro farmacológico sintomático para el dolor con analgésicos, opiáceos, gabapentina, etc.
La evolución de la enfermedad depende de las secuelas y las recidivas. Según diferentes estudios un 10% de los pacientes presentan recidivas después de la mejoría inicial y entran en un estadio crónico (polineuropatía crónica recidivante). El compromiso de los músculos intrínsecos de la mano y la debilidad de los dorsiflexores del pie son las secuelas más graves del SGB.
La rehabilitación física y psíquica desempeña un papel crucial para una buena y favorable evolución de la enfermedad, una vez pasada la fase aguda7. Esta rehabilitación ha de iniciarse ya dentro del hospital en los cuidados intensivos y posteriormente en la planta, para luego continuar los cuidados a nivel ambulatorio y en el domicilio del paciente.
El papel de médico de familia en la detección precoz de esta enfermedad es clave por la evolución rápida y fatal que puede conllevar en algunos casos. Éste se basa fundamentalmente en las herramientas básicas de la Atención Primaria clínica: historia clínica, exploración física, diagnóstico diferencial y el seguimiento en la evolución del proceso.
Fuente bibliográfica:
Biblioteca Médica Elservier.
Fuente de imagen:
ClinicalKey
Dr. Omar G. Guillermo Henríquez
Divulgación científica.