
31/07/2025
Inclusión sin cobertura: cuando el autismo queda fuera del seguro
En México, la inclusión no se niega con discursos.
Se niega con pólizas.
Con cláusulas que excluyen lo que no quieren asumir.
Con aseguradoras que hablan de salud, pero le cierran la puerta al autismo.
Cada familia con un hijo autista lo ha vivido:
Las terapias necesarias cuestan entre 250 y 1,500 pesos por sesión.
Se necesitan varias por semana, durante años.
El costo anual puede superar el millón de pesos.
Y ningún seguro en México cubre eso.
Ni los diagnósticos, ni la intervención real, ni la habilitación que la ciencia y la ética recomiendan.
Y no, no es que la ley no exista.
Sí existe.
• La Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad establece el derecho a la igualdad y a la no discriminación.
• La Ley para la Atención y Protección de Personas con Condición del Espectro Autista prohíbe negar cobertura médica por diagnóstico de autismo.
Pero entre la ley y la realidad, hay un abismo.
Porque en la práctica, las aseguradoras siguen excluyendo.
Y el Estado sigue permitiéndolo.
¿Qué nombre tiene eso?
Discriminación estructural.
Violencia económica disfrazada de trámite.
Una omisión que carga sobre las familias lo que las instituciones no quieren asumir.
Porque no se trata solo de dinero.
Se trata de dignidad.
De futuro.
De justicia.
Y cuando una familia tiene que endeudarse, cancelar tratamientos o resignarse a no intervenir,
la exclusión ya no es un accidente.
Es una política no escrita.
Por eso hoy decimos con claridad: basta.
No pedimos favores.
Exigimos cumplimiento.
- Que la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas actúe.
- Que Profeco y CONDUSEF frenen cláusulas abusivas.
- Que las aseguradoras dejen de decidir quién merece atención y quién no.
- Que la cobertura sea real, no simbólica.
- Y que el autismo no vuelva a estar fuera de lo asegurable, como si no existiera.
Porque si la ley garantiza la inclusión,
ninguna póliza debería negarla.
La inclusión no es un lujo.
No es opcional.
No se compra.
Se garantiza.
Y cuando no se cumple, hay que señalarlo.
Nombrarlo.
Y transformarlo.
Este es un llamado a las familias, a los profesionales, a los legisladores y a las instituciones.
Porque no se trata de cubrir lo mínimo.
Se trata de reconocer lo urgente.
De convertir el derecho en acceso.
Y la promesa en política real.
Cobertura real.
Para todas las personas autistas.
Ya.
Por: Luis Antonio Hernández
Eko Autismo