25/01/2025
El día de mañana continuaremos con las contribuciones de la psicoanalista y psiquiatra Lilly Hajdu, quien también trabajó como directora en la Casa Amarilla. Hacer esta revisión ha resultado apasionante y sumamente compleja, debido a los cambios históricos y políticos que atravesaron su práctica, además de las temáticas que aborda.
Para esta reunión, nos centraremos en dos textos clave: el capítulo titulado “Del Círculo de Galilei al Comité de Pavlov. Lilly Hajdu”, de Anna Borgos (2021), y el artículo de Hajdu “Contribuciones a la etiología de la esquizofrenia”, de 1940.
Hajdu se formó con Vilma Kóvacs y Sándor Ferenczi, aunque su recorrido profesional fue extenso antes de su encuentro con el psicoanálisis, sin embargo, nunca desvinculado de él. En la Sociedad Húngara de Psicoanálisis, en la policlínica de Budapest y, una vez cerrada la policlínica, en su departamento, abordó temas fundamentales como la esquizofrenia y su tratamiento psicoanalítico, el trastorno bipolar, el masoquismo y la epilepsia. Este es el fragmento de uno de sus textos:
"Los analistas deben relajarse para poder regresar a sus propias capas y resonancias existentes, las cuales el paciente manifiesta actualmente. El hecho de que a menudo nos sintamos desconcertados e incluso asustados por las manifestaciones psicóticas sugiere que no conocemos o incluso tememos nuestras propias vibraciones inconscientes similares. Todos los analistas deben profundizar en su propio análisis hasta alcanzar esas profundidades, para poder tender un puente sobre la distancia con sus pacientes […] Debo abandonar la actitud de un adulto, de lo contrario no puedo entender a mis pacientes, no puedo conectar con sus expresiones, por lo que tampoco puedo analizarlos" (Hajdu en Borgos, 2021).
Además, trabajó intensamente con el trauma de guerra y desarrolló cursos junto con Hermann y Székács para discutir problemas de psicología social en la guerra, la psicología de la militarización, el antisemitismo, la democracia y los efectos de la guerra en la sociedad.
Hajdu fue una figura excepcional que desafió los límites de género, profesión e ideología en un periodo marcado por los cambios adversos en Hungría. Como presidenta de la Sociedad Húngara de Psicoanálisis, desempeñó un papel crucial hasta su disolución en 1949, durante la ocupación soviética y la consolidación del régimen comunista, cuando el psicoanálisis fue atacado como una “pseudo ciencia burguesa” ideológicamente peligrosa y considerada una psicología domesticada alineada con el imperialismo. Esta campaña, vinculada a la lucha contra el freudismo, el cosmopolitismo y el sionismo, representó un momento de opresión que obligó a Hajdu a adaptar y transformar su práctica en un entorno cada vez más restrictivo