24/09/2025
𝐒í𝐧𝐭𝐞𝐬𝐢𝐬 𝐇𝐞𝐫𝐦é𝐭𝐢𝐜𝐨-𝐊𝐚𝐛𝐚𝐥𝐢𝐬𝐭𝐚 𝐬𝐨𝐛𝐫𝐞 𝐞𝐥 𝐃𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐭𝐚𝐫 𝐄𝐬𝐩𝐢𝐫𝐢𝐭𝐮𝐚𝐥 𝐬𝐢𝐧 𝐒𝐮𝐬𝐭𝐚𝐧𝐜𝐢𝐚𝐬 𝐄𝐱𝐭𝐞𝐫𝐧𝐚𝐬 /𝐍𝐨 𝐬𝐞 𝐫𝐞𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐞 𝐝𝐞 𝐩𝐬𝐢𝐜𝐨𝐝é𝐥𝐢𝐜𝐨𝐬, 𝐧𝐨 𝐬𝐞 𝐫𝐞𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐞 𝐝𝐞 𝐩𝐥𝐚𝐧𝐭𝐚𝐬 𝐬𝐚𝐠𝐫𝐚𝐝𝐚𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐭𝐞𝐧𝐞𝐫 𝐮𝐧 𝐯𝐞𝐫𝐝𝐚𝐝𝐞𝐫𝐨 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐭𝐚𝐫 𝐞𝐬𝐩𝐢𝐫𝐢𝐭𝐮𝐚𝐥, 𝐊𝐚𝐫𝐥𝐨 𝐋𝐮𝐞𝐛𝐛𝐞𝐫𝐭
En el sendero iniciático auténtico, enseñado por las Escuelas de Misterio —la Masonería operativa y especulativa, la Rosa-Cruz, la Golden Dawn, el Martinismo— se afirma con absoluta claridad: la iluminación no se obtiene por ingerir sustancias externas. No es necesario el pe**te, el DMT, la ayahuasca, los hongos psilocíbicos ni los extractos químicos modernos. Aunque puedan inducir visiones, euforia y experiencias que imitan lo espiritual, en esencia son estímulos tóxicos sobre el cuerpo físico y el ego inferior.
En términos de la Kabbalah, esto significa que el impacto se da en Malkuth y en el alma instintiva (Nefesh), donde el ego refleja imágenes y sonidos como espejismos. El sujeto cree que ha despertado, pero lo que ha hecho es excitar los sentidos del bajo astral. El Demiurgo y las fuerzas qliphóticas utilizan estas ilusiones para mantener al alma encadenada a la materia, en un ciclo de autoengaño disfrazado de revelación.
El verdadero despertar espiritual —el que trasciende la rueda ilusoria— es un trabajo interno, gradual y consciente, realizado con la materia prima que el mismo cuerpo genera. A través de la meditación profunda, la respiración rítmica, la concentración ritual y la disciplina diaria, el iniciado purifica su templo interno hasta que la glándula pineal activa sus secreciones de forma natural.
En este proceso, la melatonina se transforma; la respiración correcta oxigena y produce ozono interno; la química interna transmuta la serotonina en DMT endógeno. Aquí no hay toxinas foráneas, sino la alquimia perfecta del microcosmos humano. El cuerpo, la mente y el espíritu actúan como un laboratorio hermético donde el Azoth interno despierta la visión de lo Alto.
Las escuelas auténticas insisten: si se usan plantas sagradas, que sea solo como herramienta ritual excepcional, bajo una guía legítima con carta patente y linaje iniciático reconocido, jamás bajo charlatanes ni falsos chamanes que comercian con la ilusión. La llamada “espiritualidad de consumo” no libera: lleva a la psicosis, al estancamiento emocional y a un Nigredo prolongado, del cual muchos no logran salir.
El verdadero iniciado no busca experiencias rápidas y ruidosas. Busca la Gran Obra interior: la transmutación lenta y profunda que libera el alma de Nefesh, asciende por Ruaj y Neshamá, y finalmente une el Yo con la Luz del Ein Sof. Ahí está la libertad; ahí, el despertar que no se apaga.