Psic. Leticia Guadarrama

Psic. Leticia Guadarrama PSICOTERAPIA INDIVIDUAL, FAMILIAR, INFANTIL, PAREJA, DUELOS, CUIDADOS PALIATIVOS, PSICOONCOLOGÍA.

-Autora Best Seller plataforma Amazon del libro "Quemando Miedos" 2017.
-Entrenadora Transformacional Humanista.
-Coach Ontológico.
-Facilitadora de Taller de terapia grupal en duelo.
-Creadora del Taller "Quemando Miedos para Trascender".
-Facilitadora en Talleres de Desarrollo Humano y Espiritualidad.

04/07/2025

18 de Junio 2025 "La Tarde en que la Vida de Pilar se Rompió en un Paso Peatonal": Una Historia de Injusticia en Cancún

Para entender la pesadilla que hoy vive Martha Pilar Cárdenas Ramos, primero deben conocer su rutina, esa que compartía con cientos de cancunenses. Su camino diario era la ciclovía de la Avenida Cancún (Las Torres), una arteria de vida construida por nuestro gobierno como una promesa de seguridad para todos: para el ciclista, para la madre con su carriola, para el corredor, para la persona con discapacidad. Para Pilar, esta ciclovía no era una opción, era su camino de confianza dos veces al día, la ruta que conectaba su hogar con su trabajo en el restauran L.A. Campestre, ubicado fuera del Fraccionamiento San Geronimo sobre Av Cancún, donde ella trabaja como mesera.

El pasado 18 de junio, esa promesa de seguridad se hizo añicos.
Eran las 3:00 de la tarde. Pilar terminó su turno, montó su bicicleta eléctrica y emprendió el regreso a casa. Al llegar al cruce peatonal de la siguiente esquina a la altura del Fraccionamiento La Piedra II —un cruce perfectamente señalizado con rayas en el piso, una señal amarilla que indica cruce de personas y topes que obligan al alto total—, ella hizo lo que cualquier ciudadano prudente haría. Se detuvo.

El primer sentido de la vía, de izquierda a derecha, los autos amablemente se detuvieron para sederle el paso. Cruzó despacio, confiada. El segundo sentido estaba libre. Con la seguridad que da un cruce diseñado para protegerla, comenzó a avanzar, cuando iba a la mitad del la segunda parte del cruce peatonal.

Fue entonces cuando la pesadilla se materializó. Una camioneta Jeep color negra giró en dirección al Fraccionamiento La Piedra II, sin verla, sin detenerse, la embistió sobre las mismas rayas que debían ser su lugar seguro para cruzar. El conductor solo atinó a decir: "NO LA VI". El impacto le fracturó su femur y la fractura llego hasta donde inicia su cadera,

Pero la fractura de su hueso fue solo el principio de la fractura de la justicia. La escena que siguió parece sacada de un guion sobre la impotencia y el abuso de poder:

Mientras Pilar yacía en el asfalto, esperando una ambulancia que tardaba, la esposa del conductor que refirió ser una doctora del IMSS, llegó primero de civil y mas tarde regreso con su uniforme médico, un hecho que para los presentes cambió la atmósfera de la situación, El hijo del conductor tambien llego no paraba de hacer llamadas. La atmósfera cambió.

La familia de Pilar, con la entereza que da la razón, se negó a firmar cualquier acuerdo rápido que buscara liberar al conductor y al vehículo de su responsabilidad.

La consecuencia fue surrealista: Pilar fue "detenida" en su cama del Hospital General con un custodio, mientras que el conductor, según nos informaron, fue trasladado en una ambulancia del IMSS a otro hospital porque al parecer se sintio mal, tambien le pusieron un custodio. Su camioneta fue llevada al corralón, junto con la bicicleta de Pilar lo cuyo paradero, hasta hoy, es un misterio, no se sabe bien su paradero.

Y 48 horas después, llegó el golpe más cruel, la bofetada de un sistema roto: el peritaje oficial determinó que Pilar, la mujer que cruzaba un paso peatonal y casi llegaba al final del cruce era la CULPABLE.

La injusticia se tornó en un insulto grotesco: ahora, Pilar, postrada en una cama de hospital, le debe pagar al señor que la atropelló $5900.00 aproximadamente por los daños en la facia de su camioneta, según la informaron.

Mientras esta farsa burocrática se desarrolla, la realidad es esta: Pilar está en el Hospital General, con una fractura de fémur, luchando no solo contra el dolor insoportable, sino contra el terror de un futuro incierto. A sus casi 59 años, sus sueños de retirarse, de viajar, de vivir, han sido arrollados. Su capacidad para volver a trabajar como mesera, una labor que exige estar de pie por horas, está en grave peligro. Su vida ha sido cambiada para siempre.

Esta no es solo la historia del accidente de Pilar. Es la historia de cómo un paso peatonal puede convertirse en la escena de un crimen, y cómo la víctima puede ser transformada en culpable por un sistema que parece favorecer al influyente sobre el justo.

¿Es esta la justicia que merecemos en Cancún? ¿Dejaremos que una mujer buena y trabajadora sea aplastada por la imprudencia y la indiferencia?

Hoy, la lucha de Pilar es nuestra lucha. Su grito de dolor debe ser nuestro grito de justicia.

Me abrí a su mundo íntimo, pero cedí mi lugar como guía y protector.Compartir secretos con tu hijo puede fortalecer la c...
03/07/2025

Me abrí a su mundo íntimo, pero cedí mi lugar como guía y protector.
Compartir secretos con tu hijo puede fortalecer la confianza. Pero cuando esa intimidad no va acompañada de límites claros y guía firme, el vínculo pierde equilibrio. Ser confidente sin mantener el rol de adulto puede llevar a perder el respeto y la dirección.
Los hijos necesitan cercanía, pero también contención emocional y liderazgo. El rol de los padres no es ser iguales, sino figuras sólidas que escuchen sin dejar de orientar.
Cuando el secreto se convierte en complicidad pasiva, se pierde la oportunidad de educar.

🧩 Ejemplo real + 🎙️ Testimonio:
Claudia, 15 años, le cuenta a su madre que va a faltar a clases un día para ir a la playa con amigos. Le pide que no diga nada. La madre, con tal de “no romper la confianza”, acepta guardar el secreto. Días después, cuando Claudia vuelve a mentir, la madre intenta poner límites… pero su hija responde:
“Si me lo permitiste una vez, ¿por qué ahora no?”

Testimonio (voz de la madre):
“No quise arruinar la confianza… pero terminé traicionando mi rol. Pensé que podía ser su aliada, y me olvidé de ser su guía.”

✍️ Ejercicio para padres:
1. ¿Has guardado un secreto que requería intervención o límite?
2. ¿Qué mensaje le diste a tu hijo al guardar silencio?
3. ¿Qué podrías haber hecho diferente sin romper la confianza?

✅ Consejo práctico — Cómo mantener cercanía sin perder autoridad:
1. Sé claro desde el inicio:
“Confío en ti, pero como madre/padre también tengo la responsabilidad de ayudarte a decidir bien. Si no es correcto, no lo voy a aceptar.”
2. Transforma el secreto en una conversación con propósito:
“Gracias por contármelo. Hablemos de por qué eso puede ser un problema y cómo debes manejarlo.”
3. Muestra que tu guía no rompe la confianza, la fortalece:
“Estás creciendo… y yo estoy aquí no solo para escucharte, sino para protegerte y guiarte.”
4. Si el secreto es algo totalmente fuera de lugar, un comportamiento riesgoso, inapropiado, no puedes actuar como un amigo.
Debes actuar como padre responsable, con límites firmes y autoridad afectiva.
Tu hijo debe entender que no puede ignorar tus opiniones, mucho menos tus límites, como si fueses su igual.

❤️ Un secreto mal manejado no fortalece el vínculo… lo debilita.
Tus hijos no necesitan una figura que calle por afecto, sino una que oriente con amor y responsabilidad.
Confianza no es complicidad. Es saber que incluso en temas difíciles, tú serás guía y autoridad, no espectador.
Porque ser padre no es ser amigo. Es ser el adulto que escucha, protege y enseña a elegir mejor.
Y en esa firmeza amorosa… se construye el respeto.

La adolescencia no es un problema, es una etapa compleja donde el cerebro se está moldeando mientras lidia con emociones...
03/07/2025

La adolescencia no es un problema, es una etapa compleja donde el cerebro se está moldeando mientras lidia con emociones que aún no sabe nombrar.

Lo que a veces parece exageración o rebeldía, en realidad es un intento de adaptación.

Acompañar con comprensión es clave para que puedan integrarse sin sentirse juzgados. 💬🫶

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EL CUENTO DE LA TRISTEZA Simplemente me encantó❤️La Tristeza estaba triste…Érase una vez una pequeña mujer, que venía ca...
03/07/2025

EL CUENTO DE LA TRISTEZA
Simplemente me encantó❤️

La Tristeza estaba triste…

Érase una vez una pequeña mujer, que venía caminando por un sendero polvoriento. Aunque ya era bastante vieja, su caminar era ligero y su sonrisa irradiaba el fresco resplandor de una niña despreocupada. Se detuvo ante una figura encogida y miró hacia abajo. No distinguía gran cosa. El ser, que estaba sentado en el polvoriento camino, parecía no tener cuerpo. Recordaba, más bien, a una vieja manta de franela gris con contornos humanos. La pequeña mujer se agachó un poco y preguntó:

- ¿Quién eres?
Dos ojos cansados y casi sin vida alzaron la vista.
_ ¿Yo? Soy la Tristeza -susurró la voz vacilante y tan silenciosa que ap***s se escuchaba-.
- ¡Ah!, la Tristeza -respondió la mujer con alegría, como si se hubiera encontrado con una vieja conocida-.
—¿Me conoces? -preguntó la Tristeza desconfiada-.
- ¡Claro que te conozco! Me has acompañado muchas veces a lo largo del camino.
_ Sí, pero… -receló la Tristeza- ¿por qué no huyes de mí? ¿Es que no tienes miedo?
- ¿Por qué debería huir de ti? Tú sabes muy bien cómo alcanzar a todo aquel que intenta huir de ti. Pero, déjame preguntarte una cosa: ¿Por qué pareces tan descorazonada?
_ Yo,… estoy triste -respondió la figura gris con voz quebradiza-. La pequeña anciana se sentó a su lado.
- Así que estás triste -dijo asintiendo compasiva con la cabeza-. ¿Por qué no me cuentas lo que te preocupa?

La Tristeza suspiró profundamente. ¿De verdad alguien iba a querer escucharla esta vez? Cuántas veces había deseado que así fuera.
_ Pues, verás -comenzó titubeante a la vez que sorprendida-, es que nadie me quiere. Es mi destino mezclarme entre la gente y quedarme con ellos durante cierto tiempo. Pero, cuando me acerco a ellos, se asustan. Me tienen miedo y me evitan como la peste. La Tristeza tragó saliva con dificultad.
Se inventan frases para intentar que me aleje de ellos. Dicen: ¡Tonterías!, la vida es alegre. Y su risa falsa les causa calambres en el estómago y dificultades para respirar. Dicen: "Lo que te hace sufrir te hará más fuerte". Y entonces se sienten angustiados. Dicen: "Solo tienes que resignarte". Y entonces sienten cómo se tensan sus hombros y su espalda. Dicen: "Solo los débiles lloran". Y las lágrimas contenidas casi hacen estallar sus cabezas. O se anestesian con alcohol y dr**as para no tener que sentirme.

- ¡Oh, sí! -afirmó la anciana-, me he encontrado con este tipo de personas muchas veces.
La Tristeza se encogió un poco más.
_ Pero si lo único que quiero es ayudarles. Cuando estoy muy cerca de ellos, pueden encontrarse a sí mismos. Les ayudo a construirse un nido en el que cuidar de sus heridas. Aquellos que están tristes, son especialmente sensibles. Algunas p***s vuelven a abrirse como una herida mal curada y eso duele mucho. Solo aquellos que aceptan la aflicción y se desahogan llorando pueden curar realmente sus heridas. Pero las personas no desean mi ayuda. En lugar de eso, disimulan sus cicatrices con una sonrisa deslumbrante, o se envuelven con una gruesa coraza de amargura.

La Tristeza se calló. Al principio su llanto era débil, después más fuerte y finalmente desesperado.

La pequeña anciana tomó a la criatura encogida entre sus brazos. Qué suave y mullida se siente, pensó mientras acariciaba con ternura el bulto tembloroso.
- Llora, Tristeza -susurraba cariñosamente-, descansa para que puedas recuperar las fuerzas. A partir de ahora ya no caminarás sola. Te acompañaré para que el desaliento no se haga más fuerte.

La Tristeza dejó de llorar. Se enderezó y miró asombrada a su nueva compañera.
_ Pero… ¿Y tú quién eres?
- ¿Yo? -respondió la pequeña anciana risueña que empezó de nuevo a sonreír como una niña pequeña y despreocupada-. ¡YO SOY LA ESPERANZA!

Créditos al autor

Los niños no aprenden únicamente con palabras, sino con lo que sienten y observan a diario. Son espejos emocionales que ...
03/07/2025

Los niños no aprenden únicamente con palabras, sino con lo que sienten y observan a diario. Son espejos emocionales que reflejan nuestras luces y también nuestras sombras. Cada conducta desafiante que muestran muchas veces es la respuesta a un entorno emocional que no logran nombrar, pero sí encarnar.

Con frecuencia, llegan a mi consulta madres y padres buscando que sus hijos cambien. Quieren que dejen de gritar, de pegar, de encerrarse, de tener miedo. Pero cuando no están dispuestos a mirar hacia adentro y trabajar en sus propias heridas, patrones y reacciones, el cambio en los niños no ocurre… o si lo hace, es tan lento y superficial que no se sostiene en el tiempo.

El verdadero cambio ocurre cuando los adultos se transforman, cuando deciden hacer el trabajo incómodo pero sanador de revisar su historia, de reaprender el amor, de regular sus emociones. Solo entonces los hijos comienzan a sanar también. Porque no hay terapia más poderosa que un adulto emocionalmente disponible.

Autor Mario Marrone

La familia no siempre es refugio. Los estoicos enseñaban que nacemos con deberes hacia la humanidad, no hacia vínculos i...
26/06/2025

La familia no siempre es refugio.

Los estoicos enseñaban que nacemos con deberes hacia la humanidad, no hacia vínculos impuestos por sangre. Epicteto decía: “Lo que no depende de ti, no te pertenece”. Y a veces, eso incluye el amor de tus padres o la comprensión de tus hermanos.

La familia puede ser refugio, pero también puede ser cárcel emocional. Nos enseñan a idealizarla, a justificar todo “porque es tu mamá”, “porque es tu papá”, “porque es tu sangre”. Pero el estoico sabe: el verdadero deber es con la virtud, no con la costumbre.

¿Qué es más sano: mantener el lazo o proteger tu mente?

La psicología lo confirma: los vínculos familiares tóxicos pueden dejar heridas más profundas que cualquier batalla externa. Crecemos buscando aprobación, cargando culpas que no elegimos, repitiendo patrones que no entendemos. Y cuando despertamos, nos duele más ver que el enemigo no estaba afuera, sino en la mesa del comedor.

Pero el estoico no odia. Observa. Acepta. Actúa.

No se trata de cortar, se trata de comprender: tú no eres responsable de sus traumas, ni de curarlos. Tu paz interior no necesita permiso, ni apellidos. Lo que sí necesita es coraje: para poner límites, para sanar sin ruido, para amar sin aferrarse.

Porque a veces, el mayor acto de amor… es alejarse.
Créditos al autor

Dicen que el capibara no le tiene miedo a nada… pero no porque sea valiente.Es porque no pelea con nadie.No corre.No gri...
25/06/2025

Dicen que el capibara no le tiene miedo a nada… pero no porque sea valiente.

Es porque no pelea con nadie.
No corre.
No grita.
No se altera.

Solo camina… como si nada pudiera tocarlo.

Se mete entre cocodrilos como si fueran viejos amigos.
Pasa al lado de depredadores… como quien va a comprar tortillas.
Y nadie lo ataca.
Nadie lo molesta.
Nadie lo toca.

Y no porque sea el más fuerte…
sino porque no amenaza a nadie.

No impone respeto con gruñidos, ni con garras, ni con fuerza.
Lo impone con su calma.

Tiene esa energía que desarma.
Esa paz que se contagia.
Esa presencia que hace que hasta el más agresivo… se tranquilice.

Y tal vez por eso todos lo buscan:
las aves, los monos, los patos, hasta los depredadores.
Porque estar cerca de un capibara… te baja el ruido de la cabeza.

Y es que no se trata de ser invencible…
sino de ser tan tranquilo, que nadie quiera hacerte daño.

El capibara no odia.
No se enoja.
No se mete con nadie.

Solo vive.
En paz.
Sin prisa.
Sin miedo.

Y a veces, lo que más falta nos hace no es ser más fuertes…
sino parecernos un poco más a él.

Mi mayor reconocimiento para los que hoy empiezan a tener un proceso terapéutico!!!!
20/06/2025

Mi mayor reconocimiento para los que hoy empiezan a tener un proceso terapéutico!!!!

“MI HIJO ME DIJO ‘NO QUIERO SER COMO TÚ’… Y ESE DÍA EMPECÉ A CAMBIAR” 🧍‍♂️🪞🧒

Me llamo Darío Álvarez.
Durante años fui ese tipo de hombre que no se detenía.
Todo el día en la calle, trabajando, resolviendo, dando órdenes.
Llegaba tarde. Contestaba poco. Acariciaba nada.

Mi hijo tenía 9 años cuando una noche, mientras yo le gritaba por una tontería, me miró fijo y dijo:
—“Yo no quiero ser como tú cuando crezca.”

Me quedé en silencio.
Lo escuché cerrar la puerta de su cuarto.
Y después, solo escuché el ruido más fuerte de todos: el que hace el orgullo cuando se cae.

Esa noche me senté en el sofá… y me dolió todo lo que nunca dije.
Todo lo que grité sin pensar.
Todo lo que no vi.

Al día siguiente fui a buscar ayuda.
No para él. Para mí.
Empecé terapia.
Empecé a escribir.
Empecé a decir “te quiero” aunque me temblara la voz.

Hoy mi hijo tiene 16.
Y el otro día, mientras cenábamos, me miró y dijo:
—“Qué suerte que decidiste cambiar.”

Y ahí supe que nunca es tarde para reconstruir algo… cuando aún hay amor esperando.

-Darío Álvarez

20/06/2025

"Para ser un buen papá, primero tienes que ser un buen esposo.
No se daña a quien tus hijos aman."

Ser papá no es solo cargar a un hijo, enseñarle a andar en bicicleta o a sumar.
Ser papá es también mostrarle qué es el amor, con quién lo recibe primero: su madre.

Tus hijos no solo escuchan tus palabras, te miran vivir.
Te observan cuando llegas cansado y eliges ser amable.
Cuando discuten, pero sabes hablar con respeto.
Cuando la abrazas sin razón, cuando le das la mano, cuando la haces reír.
Ellos graban cada gesto… y aprenden qué es el amor, por cómo amas a su mamá.

No se puede ser un gran padre hiriendo a la mujer que le dio la vida a tus hijos.
Porque cuando le gritas a ella, sus corazones tiemblan.
Cuando la humillas, se preguntan si eso es lo que merecen ellos también.
Cuando la ignoras, ellos aprenden a guardar silencio, aunque algo dentro les duela.

Un verdadero padre protege el corazón de su esposa,
porque sabe que dentro de él viven también sus hijos.
Y entiende que el hogar no se construye con autoridad,
sino con ternura, con ejemplo, con amor paciente.

El respeto que le das a su madre es el espejo donde tus hijos aprenderán
cómo se ama a una mujer…
o cómo se permite ser amada.

Así que antes de querer ser el héroe de tus hijos,
sé el refugio de su madre.
Porque no hay mejor forma de enseñar amor,
que amando primero a quien ellos más aman...

-Publicación de: MamáTeCuida-

✨ CUANDO EL AMOR YA CUMPLIÓ SU PROPÓSITO ✨A veces, lo que llamamos “separación” no es una ruptura… es una liberación sag...
20/06/2025

✨ CUANDO EL AMOR YA CUMPLIÓ SU PROPÓSITO ✨

A veces, lo que llamamos “separación” no es una ruptura… es una liberación sagrada.
Dos almas que, habiéndose acompañado, eligen soltarse para seguir creciendo.
No desde el abandono, sino desde la comprensión profunda de que juntos ya no florecen.

Desde lo espiritual, no es el final de una historia, es el nacimiento de dos nuevos caminos que ya no caben en la misma piel.

Separarse no es fallar.
Es tener el valor de decir:
"Te dejo ir para que puedas volverte todo lo que viniste a ser, porque conmigo, ya no es posible."

Es un acto de amor maduro,
de respeto por el viaje del otro,
y de gratitud por lo vivido.

La relación fue fértil. Dio frutos. Enseñó.
Y ahora muere con dignidad,
para que algo nuevo nazca en cada uno.

Cuando comprendemos esto,
las culpas, los reproches
y la rabia se disuelven.
Y queda solo lo esencial:
el amor que libera.
Así debería ser en todos los casos pero si no lo es hay que trabajar para que lo sea...

Hay que acostumbrarse a caminar más despacio, a despedirse de quien fuimos y a dar la bienvenida a quien somos hoy. Cump...
18/06/2025

Hay que acostumbrarse a caminar más despacio, a despedirse de quien fuimos y a dar la bienvenida a quien somos hoy. Cumplir años no es solo cuestión de tiempo, sino de valentía: aceptar nuestro nuevo rostro, abrazar con orgullo el cuerpo que nos acompaña y soltar los miedos, los prejuicios y las cargas que el tiempo no logró borrar.

Hacerse viejo es aprender a estar con uno mismo, a dejar ir lo que ya no suma, y a valorar lo que aún permanece. Es entender que la vida cambia, que las despedidas son parte del camino y que cada lágrima puede abrir espacio a nuevas sonrisas, nuevos sueños y nuevas razones para seguir adelante.

Un texto de Alejandro Jodorowsky que nos recuerda que la vejez también puede ser un acto de amor propio, de sabiduría y de renacimiento.

Te dijiste que era por tu hijo. Que si te ibas, lo rompías. Que si te quedabas, lo protegías. Y entonces aguantaste. Te ...
16/06/2025

Te dijiste que era por tu hijo. Que si te ibas, lo rompías. Que si te quedabas, lo protegías. Y entonces aguantaste. Te tragaste insultos. Dormiste al lado de alguien con quien ya no había amor… o peor: donde había gritos, desprecio, humillación o guerra muda.
Pero lo que no viste es que tu hijo nunca necesitó que te quedaras. Necesitaba ver a dos adultos emocionalmente sanos… no a dos desconocidos llenos de tensión, rencor y miedo. Se quedó con la ansiedad de no saber si hoy habría gritos. O si iban a romperse a la hora de la cena. Se quedó con la idea de que el amor es aguantarse. Que el cariño se mezcla con indiferencia. Que la familia es eso: un lugar donde nadie se ama y nadie se va.
“No sé por qué… pero siempre tengo miedo antes de que lleguen a casa. Cuando los escucho hablar, se me cierra el pecho. No quiero estar ahí… pero tampoco quiero que se separen. Porque si se separan… ¿será mi culpa?”
— visión desde un hijo
Lucía, 13 años, empezó con crisis de ansiedad. Se orinaba por las noches. Le diagnosticaron gastritis nerviosa. Sus padres se gritaban. Otros días no se hablaban. Dormían en la misma cama, pero vivían como enemigos. Nadie lo decía, pero el ambiente lo gritaba. Lucía solo dijo una frase en terapia: “Ojalá se divorciaran… al menos podríamos respirar en casa.”
Pregúntate con honestidad: “¿Estoy criando desde el amor… o desde el miedo a romper la familia?”
Y si te das cuenta de que te quedaste por no romperlo… recuerda que lo estás enseñando a aguantar lo que a ti te destruye.
No lo protegiste quedándote. Lo dejaste crecer entre silencios fríos, tensiones densas y afectos rotos. Le enseñaste que amar… es sobrevivir juntos sin tocarse. Sin hablarse. Sin quererse.
Tu hijo no te va a agradecer ese “sacrificio”. Va a necesitar años de terapia para entenderlo. Porque no lo protegiste: lo confundiste, lo dañaste. Y ahora, él tampoco sabe cómo amar sin miedo.
Tu relación de pareja puede romperse. Eso no daña a tu hijo.
Lo que lo rompe… es vivir en una casa donde el amor ya se fue y el odio y el miedo se quedó.

Tomado de la red

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