18/10/2023
Y cuando tienes esa relación donde aprendes amarte; la mayoría de las veces es un camino doloroso para ambos.
En mi caso, yo lo puse por encima de todos y lo amé con locura, con mis heridas, con mis creencias limitantes y traté de que mi amor curará sus heridas y su locura. Su rechazo inconsciente, me hizo cuestionarme todo acerca de mí, de mi cuerpo, de mi mente, de mi comportamiento, de mi fidelidad, de mi sensatez, de mi suficiencia; me hizo dudar tantas veces de mi amor, de mi persona, de no amarlo correctamente que descubrí que estaba amando sin amarme a mí, que sí era suficiente y que el amor más profundo era amar con límites. Y cuando volví para amarlo así, sin miedo a ser abandonada, sin temor a ser rechazada, sin ponerlo encima de mí; lo rompí, lo destrocé porque más que amor, parecía castigo desde su mirada. Intenté llevarlo de la mano por el mismo camino que tomé para llegar ahí, pero soltaba mi mano por miedo a traicionar sus patrones, sus creencias. Y no me quedó más que yo soltar su mano y verme sola de nuevo, pero esta vez, abrazándome, segura de amarme y de amarlo aunque sea a la distancia, agradeciéndole por cada beso, cada risa, por todas las caricias, por las lagrimas, por el dolor, por enseñarme indirectamente a ponerme por encima de todo y solo aquí poder amarme profundamente para entonces así poder amar a los demás de la forma más sensata y honesta; desde mi alma fortalecida y no desde mis heridas.
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