
19/06/2025
𝐄𝐋 𝐇𝐈𝐉𝐎 𝐐𝐔𝐄 𝐒𝐈𝐄𝐌𝐏𝐑𝐄 𝐄𝐒𝐓Á 𝐀 𝐋𝐀 𝐃𝐄𝐅𝐄𝐍𝐒𝐈𝐕𝐀…
No es un hijo problemático.
Es un hijo que no aprendió a escuchar sin sentirse atacado.
Y eso no ocurre sólo por carácter, sino porque algo en su entorno no le enseñó a manejar sus emociones.
No es una discusión.
No es un grito.
A veces basta una sola palabra… y todo estalla.
Pasa en la mesa.
Pasa en la mañana.
Pasa cuando le pides algo mínimo.
Y es frustrante.
Cada vez que intentas hablar, corregir o simplemente marcar un límite,
te responde con tono cortante, mirada desafiante o un silencio cargado de molestia.
La falta de autorregulación emocional hace que incluso un comentario bien intencionado se perciba como un ataque.
Y ahí está el verdadero problema:
No es que te odie.
Es que no sabe cómo gestionar lo que siente.
Y responde desde la impulsividad, no desde la comprensión.
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𝐒𝐈𝐓𝐔𝐀𝐂𝐈Ó𝐍 𝐑𝐄𝐀𝐋
Una madre compartió:
“Estábamos comiendo. Le hice una observación mínima y dejó el tenedor tirado.
Se paró y se fue como si lo hubiera insultado.
No fue lo que dije… fue que no supo cómo recibirlo.”
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𝐄𝐉𝐄𝐑𝐂𝐈𝐂𝐈𝐎:
“𝐑𝐄𝐒𝐏𝐎𝐍𝐃𝐄 𝐂𝐎𝐍 𝐂𝐀𝐋𝐌𝐀, 𝐄𝐃𝐔𝐂𝐀 𝐂𝐎𝐍 𝐅𝐈𝐑𝐌𝐄𝐙𝐀”
1. Identifica los momentos críticos: ¿cuándo suele reaccionar peor? (Comidas, tareas, indicaciones, rutinas).
2. Establece una regla clara sobre el tono:
“No tienes que estar de acuerdo, pero siempre debes responder con respeto.”
3. No reacciones desde el enojo.
Respóndele con firmeza y serenidad.
Recuerda: tú eres su modelo de control emocional.
4. Enséñale alternativas al impulso:
“No me gustó lo que dijiste, pero puedo hablarlo sin gritar.”
“Estoy molesto, pero puedo escucharte.”
5. Sé constante. Hazlo durante 21 días.
No lo corrijas por molestia… corrígelo con propósito y ejemplo.
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𝐂𝐎𝐍𝐒𝐄𝐉𝐎 𝐏𝐑Á𝐂𝐓𝐈𝐂𝐎
𝐄𝐥 𝐭𝐨𝐧𝐨 𝐭𝐚𝐦𝐛𝐢é𝐧 𝐞𝐝𝐮𝐜𝐚.
La forma en que te responde hoy… será la forma en que enfrente al mundo mañana.
No normalices el sarcasmo, el grito o la ironía como mecanismo de defensa.
No se trata sólo de que te respete a ti…
Se trata de que aprenda a convivir sin dañar con sus palabras o su silencio.
𝐔𝐧 𝐡𝐢𝐣𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐜𝐨𝐧 𝐫𝐚𝐛𝐢𝐚…
es un hijo que necesita guía, no sólo corrección.
Si no le enseñas a regular su tono,
su tono terminará regulando su vida.
Y llegará el día en que nadie pueda ayudarlo,
porque confundirá el amor con amenaza,
y la corrección con rechazo.
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Estoy para ayudarte a mejorar tu relación con tus hijos, y sobretodo, para ayudarlos a canalizar sus emociones con inteligencia y madurez.
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Psic. Alí Abdalá