
17/07/2025
Durante mucho tiempo pensé que sanar significaba eliminar todo rastro del dolor, como si las heridas no debieran dejar marca. Pero con el tiempo comprendí que algunas cicatrices no solo permanecen, sino que cuentan mi historia. No son señales de debilidad, sino de resiliencia. Hoy sé que sanar es integrar, no borrar; es mirar atrás sin que duela, y reconocer que cada capítulo —incluso los más oscuros— me ha traído hasta aquí.