17/10/2023
¿Puede Dios ser empático con nuestros duelos y perdidas?
Esta respuesta tiene mucho que ver con nuestra propia experiencia espiritual de vida. Sin embargo, aún las civilizaciones muy antiguas e influyentes como la cultura griega. Por ejemplo, para ellos los dioses que existían en el olimpo, no era capaces de manifestar algún tipo de empatía en favor de la humanidad, es más, aun la misma idea les era aberrante, los griegos consideraban que sus dioses eran tan trascendentes, tan y tan perfectos que no podrían rebajarse a relacionarse con la humanidad; es más los grandes maestros como platón enseñaban que el alma, había sido encerrada en el este cuerpo, imperfecto e impuro (Dualismo). Y que esperaban con ansias el momento de su liberación, el día de su muerte; este tipo de pensamiento filosófico-religioso se le conoce como: gnosticismo. Por lo tanto, para ellos (deidad) Dios no podría ni interferir en los actos humanos y mucho menos sentir empatía por las situaciones cotidianas de la humanidad.
La iglesia judeo-cristiana de los primeros III siglos se enfrentó con este tipo de enseñanza que poco a poco se infiltró en las comunidades de fe. Es por esta razón que el apóstol JUAN, intenta destruir con su evangelio (San Juan) dedicado a ellos (griegos). Pero retomando la pregunta ¿Puede Dios ser empático con nuestro duelo? La respuesta es contundente: sí. Aquí los argumentos:
Juan 1:1. Ser Dios y ser hombre el mismo tiempo, lo hace vulnerable al dolor, la perdida, y el luto, ¿Se acuerda usted el relato de su amigo lázaro que murió? Aunque lo resucito, supo lo que era experimentar la perdida de alguien muy cercano a él. No solo le dolió, lloro y también experimento una crisis. ¿Podríamos tener entonces fe (pregunto) en alguna divinidad que no es capas de comprender mi duelo, o mi quebranto? Pienso que el ejemplo más grande, es el mismo acto de la crucifixión, precedido por el abandono del padre, el dolor físico, la angustia emocional, desesperación, la sed y la atroz misma de su muerte. El (Dios) padre, ve morir a su propio hijo y no es capaz de intervenir para evitarlo.
Por lo tanto, la experiencia misma de la muerte de su hijo (JESUS) es el acto más significativo, nos da la idea de que estamos frente a un Dios, que conoce la experiencia misma de ver morir a su hijo, pues el mismo lo experimento, lo vivió, contuvo sus entrañas al ver a su hijo morir, es de creer que cuando usted le pide consuelo, ayuda y fuerza para sobreponerse ante su perdida, Dios mismo NO lo(a) ignora, no lo(a) abandona, Dios mismo nos manda a su Espíritu para su consuelo, su ayuda y sostén. No dude que el Dios vivo y verdadero que usted le tiene fe, esta con usted y camina a su lado para consolar y sanar su corazón Lucas 24:13-35.
Conclusión: “La vida y la muerte depende del cristal con que lo miras” Saludos.
ADAN A. RAMIREZ.
TEÓLOGO Y TANATÓLOGO