28/06/2025
No acostumbro pedirles que me ayuden a compartir notas , pero éste tipo de situaciones cada vez pasan más y se está normalizando VULNERAR a los maestros, otro caso lamentable en Baja California.
🕊️ JUSTICIA PARA EL MAESTRO ESTEBAN 🕊️
Una historia de dolor, injusticia y amor por la vocación docente.
Con el corazón hecho pedazos y una profunda tristeza, hoy como familia de Esteban Canchola, queremos alzar la voz. Esteban es más que un maestro. Es un ser humano noble, dedicado, respetuoso, entregado a su vocación y amado por generaciones de alumnos. Quienes lo conocen saben que es un pan de Dios. Y hoy está siendo condenado por algo que no cometió.
En octubre de 2023, ocurrió una tragedia en la escuela donde trabaja: un alumno, antes de que iniciaran las clases, jugaba fútbol con otros niños cuando cayó accidentalmente y se golpeó en la cabeza. Lo más doloroso de todo es que, aunque fue llevado a una clínica y dado de alta, horas más tarde su salud empeoró y lamentablemente falleció tras entrar en coma.
El dolor de esa pérdida es inmenso y lo sentimos profundamente. Ninguna familia merece pasar por algo así. Pero tampoco se puede construir justicia a partir del dolor, inventando culpables donde no los hay.
Desde ese momento, los padres del niño buscaron responsabilizar a alguien, y apuntaron directamente contra Esteban, acusándolo falsamente de negligencia. Aseguraron que el niño estuvo llorando por horas y que no se actuó a tiempo. Pero todos los testimonios de alumnos, compañeros y pruebas del caso desmintieron esa versión. Esteban actuó conforme al protocolo, dio aviso, hizo lo que estuvo en sus manos como maestro. Pero eso no bastó para quienes necesitaban culpar a alguien.
Hoy, después de casi dos años de un proceso largo, desgastante y lleno de dolor, un juez lo declaró culpable.
¿Cómo es posible?
¿Cómo es que ahora se le exige a un maestro tener conocimientos médicos?
¿Cómo puede ser que se castigue a un docente por un accidente que sucedió fuera del horario escolar y que fue atendido en su momento?
¿Cómo es que la palabra de los niños y las pruebas no valen más que el impulso de castigar a alguien?
Y lo más doloroso de todo esto es que con el paso del tiempo, la búsqueda de justicia ha cambiado.
Ya no se trata de encontrar responsables. Ahora se trata de dinero.
Los padres del menor han dejado claro que lo que buscan es una compensación económica. Pero cuando a la vida de un hijo se le pone un precio, eso ya no es justicia, es ambición disfrazada de duelo.
Y en esa búsqueda, están destruyendo la vida de un hombre bueno e inocente.
No nos vamos a quedar callados. Porque esta injusticia no solo afecta a Esteban. Esto manda un mensaje aterrador a todos los maestros de México: que incluso haciendo las cosas bien, pueden ser condenados.
A los que han sido sus alumnos, sus compañeros, sus amigos:
Les pedimos que alcen la voz, que compartan su experiencia, que hablen de quién es Esteban. Ayúdennos a mostrar la verdad.
A los padres de familia, a la sociedad en general:
No permitamos que el miedo y el dolor cieguen la justicia. Un maestro que ha dado todo por sus alumnos no puede ser tratado como un criminal.
Esteban no está solo.
Y no vamos a dejar que lo silencien.
Con todo nuestro amor, coraje y fe,
La familia Canchola.