
24/08/2025
El remolcador es pequeño frente a los buques que guía, pero posee una fuerza descomunal en su propósito.
No compite en tamaño, compite en determinación.
Ahí está su enseñanza:
• Perseverancia: día tras día cumple su tarea aunque casi nadie lo mire, aunque su gloria sea invisible frente al esplendor de los barcos que arrastra.
• Tenacidad: no se rinde ante el peso de lo que guía; su motor está hecho para resistir la presión del mar y de la carga.
• Resiliencia: soporta tormentas, empujones de olas y la rudeza del puerto, pero siempre vuelve a levantar su sirena para recordar que sigue en pie.
El remolcador enseña que la grandeza no siempre está en ser el más grande, sino en tener la fuerza de mover lo imposible.
Nos recuerda que en la vida, muchas veces, seremos ese motor que nadie aplaude pero que hace que todo lo demás avance.
Al final, la perseverancia no siempre brilla, pero siempre arrastra.
Att.
Jorge Hurtado
Director Creativo
CreativoLMP