16/12/2021
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Hola amigos:
Les voy a contar la triste y desesperante historia de Tomasito en el invierno. O más bien de la mamá de Tomasito, porque en realidad el niño no se la pasa tan mal. La que acaba con ojeras e insomnio después de visitar a dieciocho pediatras y pateando inútiles jarabes para la tos, es su mamá.
Porque Tomasito se pasa todo el invierno con mocos y con tos. Por cierto, también Margarita, Pedrito, el pequeño Brandon, Luciana, Frida, Miguelito, Miriam, Mateo y Matías, Marlene, Diana Carolina y el niño travieso del vecino… junto con todos los niños de preescolar para abajo. Por eso vemos a tantas mamás desesperadas, despeinadas y en chanclas, llenando los consultorios de todo el país.
Pero me desvío. Volvamos a la triste historia de Tomasito y su sufrida mamá:
Tomasito amaneció con dolor de garganta, calentura y tos. Empieza con mocos y no quiere comer. Está decaído, le lagrimean los ojos y ha dejado de hacer travesuras. Entre paréntesis, les comento que el 90% de las “gargantitas” con moco, tos y fiebre son causadas por virus, y como bien sabemos, no se curan con antibióticos, se curan solas. Por lo tanto, estadísticamente tu niño tiene un noventa por ciento de probabilidades de brincar la temporada invernal, desde octubre hasta abril, sin usar antibióticos. ¿Cuántas veces le das antibióticos a tu niño en el invierno? No tienes que contestar.
Volvamos al tema…
Después de tres o cuatro días, a Tomasito se le quita la fiebre. Ya no le duele la garganta y ya quiere comer. Sus travesuras habituales han regresado, anda de buen humor, corriendo feliz por toda la casa. Está mejor, pero los mocos y la tos no se le quitan, y no se le quitan, y no se le quitan. Se la pasa tres semanas moqueando y tosiendo y su mamá ya le metió cuatro jarabes y dos antibióticos. “La cefalexina que le recetaron no sirve”, dice desesperada.
tres semanas después y despilfarrado la mitad del presupuesto familiar en las farmacias, a Tomasito se le quitan los mocos.
“¡Por fin se ha compuesto!”, dice su agotada madre… pero Tomasito al día siguiente tiene fiebre, le duele la garganta, no quiere comer y está decaído. Y va de nuevo. Esa es la triste historia de Tomasito en el invierno.
Lo que hay que explicarle a su abnegada madre es que a la mayoría de los niños les va más o menos igual. Hay que decirle que cuando Tomasito recuperó el apetito y el buen humor, cuando se le quitó la fiebre, ya estaba curado. Su infección de la garganta, mocos y tos con fiebre era una “infección de vías respiratorias altas” de origen viral, como lo son el noventa por ciento de las que se presentan en la infancia. Habrá que decirle que lo único que necesitaba su niño era, paracetamol o ibuprofeno, mantenerse bien hidratado, lavados nasales y quizá nebulizaciones.
Si conoces a la mamá de Tomasito, compártele esta información. La necesita.
Ciertamente, no siempre que tu niño tenga una infección de vías respiratorias altas será viral. Pero sí casi siempre. Ponte en contacto con tu pediatra. Y con mucha pena te digo: si tu doctor te receta antibióticos para cualquier moco, o si en la receta que te da para la gripa hay más de tres medicamentos, estarás en todo tu derecho de buscar otra opinión.
Quizá esa sospecha de que tu hijito esté tomando demasiados medicamentos esté bien fundada.
¡Saludos!