
22/11/2022
“No soy perfecto”
Cuando ponemos oídos sordos a nuestra niña o niño interior y prestamos atención al adulto en que nos hemos convertido, él nos hace creer que debemos ser perfectos, que no está permitido cometer errores, y las cosas que realizamos deben ser perfecta.
Este pensamiento nos daña, nos roba la creatividad y la espontaneidad. Nuestra vida se reduce a una agenda, olvidamos desnudarnos de esa corteza de hierro, que nos cubre de dureza con nosotros mismos.
Los errores nos enseñan que la perfección no está en todas partes, y un aprendizaje que hay otras formas de hacer las cosas.
“No olvidemos Amarnos, ser afectuosos con nosotros mismos, porque cuando comenzamos a ser más indulgente con nosotros, lo hacemos con los demás” (DMMG).