15/03/2025
Otra Razón más para no Fumar…
Si fumas y eres de los que temen la energía nuclear por la radiactividad, deberías saber que con cada ci******lo estás introduciendo en tu cuerpo materiales radiactivos. El tabaco contiene polonio-210 y plomo-210, dos isótopos radiactivos que pueden quedarse atrapados en tus pulmones y aumentar el riesgo de cáncer.
La radiactividad del tabaco no es un mito ni una exageración. Proviene principalmente de los fertilizantes fosfatados que se utilizan en su cultivo. Estas sustancias se extraen de rocas ricas en uranio, y durante su descomposición natural generan radio-226, que a su vez libera radón-222, un gas radiactivo. Este gas se descompone en plomo-210 y polonio-210, los cuales se depositan en el suelo y son absorbidos por la planta de tabaco a través de sus raíces.
Pero esto no es todo. Las hojas de tabaco tienen una superficie pegajosa debido a sus resinas naturales, lo que les permite atrapar partículas radiactivas suspendidas en el aire. Estas partículas provienen del radón presente en la atmósfera, un gas que emana de la corteza terrestre de manera natural. A diferencia de otros cultivos, el tabaco es especialmente susceptible a acumular estos contaminantes, y lo peor es que no desaparecen durante el procesamiento de las hojas ni con el lavado.
Cuando fumas, el polonio-210 del tabaco se quema y se convierte en partículas finas que inhalas directamente. Una vez en los pulmones, su radiación alfa puede dañar las células pulmonares, afectando el ADN y aumentando significativamente el riesgo de cáncer. De hecho, los pulmones de los fumadores contienen niveles mucho más altos de polonio-210 en comparación con los no fumadores. Algunos estudios sugieren que esta radiactividad contribuye de manera importante a la incidencia de cáncer de pulmón entre quienes fuman.
Lo más preocupante es que existen formas de reducir esta radiactividad en el tabaco, como el uso de fertilizantes con menor contenido de uranio o procesos de limpieza más rigurosos. Sin embargo, estas medidas no se han implementado de manera generalizada en la industria tabacalera, lo que significa que sigues inhalando estos materiales cada vez que fumas.
Si la radiación de una central nuclear te asusta, tal vez deberías preguntarte cuánta radiación estás introduciendo voluntariamente en tu cuerpo con cada ci******lo.
📖 Grupo de estudio de la OMS sobre reglamentación de los productos del tabaco: OMS Serie de Informes Técnicos 967.https://iris.who.int/bitstream/handle/10665/77929/9789243209678_spa.pdf