
29/08/2025
Soy músico, y considero que la música puede y quizá ha llegado a convertirse en un ídolo para muchos de nosotros los cristianos. ¿Porqué?
Un ídolo es, todo aquello que usurpa el lugar de Dios en mi corazón (lo considero un dios), pero ídolo es también todo aquello que quiero usar como medio, puente o atajo para llegar a Dios en lugar de Jesucristo (lo convierto en un falso mediador). Nuestro Señor Jesús dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. (Juan 14:6) El Apóstol Pablo escribió en su primera carta a Timoteo “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.” (1 Timoteo 2:5)
-Considero que hacemos de la música un ídolo, cuando los predicadores, no podemos "fluir en el mensaje", sin que haya un pianista haciendo un fondo musical, que "para que haya atmósfera de gloria y de milagros", necesito sí o sí a una banda haciendo fondo con todo tipo de librerías "celestiales" y que me siga al ritmo de cada "rema". Cuando para poder echar fuera demonios, el baterista tiene que estar dándole a cada platillo y haciendo sonidos de tambores de guerra, porque sino los demonios no se van... Jesucristo no necesitó nada de esto para sanar enfermos, echar fuera demonios o realizar milagros. Jesucristo sanó a los enfermos y liberó a los endemoniados en su mayoría con el poder de su palabra. Mateo 8:16. A algunos otros enfermos los sanó poniendo las manos sobre ellos. Los apóstoles tampoco andaban con una banda musical de "arriba para abajo," para poder fluir. Los milagros eran realizados de la forma más natural posible, porque era mediante el poder del Espíritu Santo.
-Cuando si no hay música, no asisto a la iglesia, porque me parece aburrido y que "no me conecto con Dios", hago de la música mi medio para llegar o conectarme a Dios.
-Cuando para poder orar, leer la biblia, indispensablemente necesito música, porque sino, no logro entrar en comunión con el Espíritu Santo ni “sentir su presencia”. Los Apóstoles no era a través de la música que recibían la llenura del Espíritu Santo, sino en oración y ruego.
Y entrados, subieron al aposento alto…Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego…Hechos 1:13, 14
Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo…Hechos 4:31
-Cuando el día que NO me corresponde tocar un instrumento musical, danzar o pasar a cantar, no asisto al culto en la iglesia, hago de la música mi ídolo, porque la hago mi principal motivación y razón de congregarme y no Jesucristo ni el obedecer su palabra y habitar en armonía con mis demás hermanos.
-Y así muchas cosas más de nuestra cotidianidad eclesial...
Derribemos todo ídolo, todo altar que no sea al Dios Vivo. ¿Qué significa esto, que no debo hacer uso de instrumentos musicales? No. Digo que no podemos poner a la música o al ministerio musical en el lugar que le corresponde a Jesucristo, como el medio para acercarme al Padre en adoración.
Si no hay música de fondo, hago oración, sino me corresponde tocar un instrumento musical en la iglesia, me congrego, si no hay una guitarra, piano o una pista, canto, si no hay coritos alegres, siempre me regocijo en Dios, siempre me conecto con el Padre, mediante nuestro único medio y fuente de fe, gozo y poder: Jesucristo.
Y si hay instrumentos musicales también sigo orando, congregándome, conectado, cuidando no distraerme ni desenfocarme de mi verdadero mediador entre Dios y los hombres: JESUCRISTO HOMBRE.
¿Qué pasaría si la iglesia se viese en un tiempo de persecución donde no se pueden usar ni audio ni instrumentos musicales? ¿Dejarían de ser cristianos los que la única razón por la que iban a la iglesia era por tocar un instrumento musical o por escuchar al ministerio musical?
¿Qué pasaría si los predicadores no pudiéramos realizar predicaciones masivas haciendo uso de audio y música? ¿Seguiríamos fluyendo en los dones de sanidades, milagros, profecía, etc?
Si Jesucristo es nuestro medio, si el Espíritu Santo es nuestra fuente de poder, seguiremos de pie, seguiremos adelante, de lo contrario, desfalleceremos porque no estaremos edificados sobre la roca, sino sobre la arena.
-Pastor Abel Mendoza