01/09/2025
Thought of the day is about recognising sometimes we feel a heavy weight over our shoulders because the response from the care we delivery it does not happen as fast as we want. So, in order to avoid these burden, we should remember the principles of chiropractic as well as we actually cannot control how a person responds to the care. Each individual is unique.
The frustration that comes when our genuine care and effort don’t seem to produce the results we hope for as quickly as we’d like. This could apply whether you’re in healthcare, teaching, parenting, or really any relationship where you’re investing in someone else’s wellbeing.
The chiropractic principle we should referencing is about the body’s innate ability to heal itself when given the right conditions.
This principle offers such a wise framework for this. Just as a chiropractor provides an adjustment and then trusts the body’s natural healing process to unfold in its own time, we can offer our care, support, or intervention and then allow space for each person’s unique response.
What makes this particularly challenging is that we often measure our effectiveness by immediate, visible changes. But healing, growth, and positive change rarely follow our timelines. Some people need more time to process, others have different barriers to overcome, and everyone brings their own history and capacity to the situation.
Recognizing this doesn’t mean becoming detached or caring less - it means caring more skillfully. When we release the need to control outcomes, we can actually be more present and responsive to what each person actually needs, rather than pushing for what we think they should need.
It’s a practice in trusting both your own efforts and each person’s inherent capacity for growth, even when you can’t see it happening on the surface.
👉 Español
# Pensamiento del Día
El pensamiento del día es sobre reconocer que a veces sentimos un peso pesado sobre nuestros hombros porque la respuesta del cuidado que brindamos no sucede tan rápido como queremos. Entonces, para evitar esta carga, debemos recordar los principios quiroprácticos, así como que en realidad no podemos controlar cómo responde una persona al cuidado. Cada individuo es único.
La frustración que surge cuando nuestro cuidado y esfuerzo genuinos no parecen producir los resultados que esperamos tan rápido como nos gustaría. Esto podría aplicar ya sea que estés en el cuidado de la salud, enseñanza, crianza de hijos, o realmente cualquier relación donde estés invirtiendo en el bienestar de otra persona.
El principio quiropráctico al que debemos hacer referencia es sobre la capacidad innata del cuerpo para sanarse a sí mismo cuando se le dan las condiciones adecuadas. Este principio ofrece un marco sabio para esto.
Así como un quiropráctico proporciona un ajuste y luego confía en que el proceso natural de sanación del cuerpo se desarrolle en su propio tiempo, nosotros podemos ofrecer nuestro cuidado, apoyo o intervención y luego permitir espacio para la respuesta única de cada persona.
Lo que hace esto particularmente desafiante es que a menudo medimos nuestra efectividad por cambios inmediatos y visibles. Pero la sanación, el crecimiento y el cambio positivo rara vez siguen nuestros horarios. Algunas personas necesitan más tiempo para procesar, otras tienen diferentes barreras que superar, y todos traen su propia historia y capacidad a la situación.
Reconocer esto no significa volverse desapegado o cuidar menos - significa cuidar con más habilidad. Cuando liberamos la necesidad de controlar los resultados, en realidad podemos estar más presentes y receptivos a lo que cada persona realmente necesita, en lugar de presionar por lo que pensamos que deberían necesitar.
Requiere “práctica” el de confiar tanto en tus propios esfuerzos como en la capacidad inherente de cada persona para crecer, incluso cuando no puedes verlo sucediendo en la superficie.