18/09/2024
El cuerpo guarda más de lo que estamos conscientes.
Cuando nos aferramos, no solo lo hacemos con la mente; los músculos se tensan, los hombros se elevan, la mandíbula se endurece. Ese peso emocional se transforma en físico.
Las emociones se guardan en tu cuerpo, es un hecho innegable ya hasta la ciencia lo confirma. Esto se traduce a tensión crónica. Las emociones están hiladas a la tensión es como se presentan en esta realidad, el cuerpo las hace reales.
Hay emociones que ya las tenemos por tanto tiempo que se cristalizan en el cuerpo; y para soltarlas hay que entrarle más profundo: crear una rutina de estiramientos, hacerse masajes regularmente, ir a fisioterapia, acupuntura, yoga…. Son tantas las prácticas que nos ayudan a soltar físicamente.
Ahora, este no es el único aspecto de soltar, para que desaparezcan del cuerpo, tienen que hacer las pases con la mente. Hasta que no se integre y se transmute se seguirá somatizando.
Te invito a soltar.
Qué puedes soltar en este momento?
A que pensamiento puedes decirle hasta mañana, y descansar al menos unas horas? Tal vez, puedes soltar el cuello, moverlo de lado a lado, sacudir las manos todo con la intención de soltar; te aseguro que te sentirás mas ligera.
Soltar no es rendirse, es confiar. Confiar que hay un mejor estado, si nos atrevemos a explorar las posibilidades.