17/10/2024
¿Cuánto cuesta el psicoanálisis?
Es una pregunta que muchas personas se hacen, y curiosamente, es de las primeras que surge al considerar iniciar un análisis. Sin embargo, la respuesta no es tan sencilla ni está en manos del analista. El costo del psicoanálisis no puede determinarse de antemano porque el dinero, en este contexto, cumple una función distinta y va más allá de un simple intercambio económico.
En psicoanálisis, los costos son variables. Una persona podría pagar 20, mientras que otra podría pagar 200, y ambas cifras tendrían sentido dentro de su proceso. No se trata solo de cuánto puede o está dispuesto a pagar alguien, sino de lo que ese costo significa para esa persona. No sabemos cuánto realmente le cuestan las cosas a cada individuo, ni por qué lo vive de esa manera. Estas preguntas están profundamente conectadas con su sufrimiento: ¿por qué sufre lo que sufre?, ¿qué sostiene ese sufrimiento?, ¿por qué persiste? ¿por qué de esta forma y no de otra?
El dinero, en este marco, no es solo una transacción; es una llave imaginaria que abre la puerta a la realidad simbólica del paciente. ¿Por qué alguien estaría dispuesto a pagar más o menos? ¿Qué revela esto sobre su vínculo con los demás, con el esfuerzo personal y con sus temores?
Por ejemplo, alguien podría decir: “He hecho mis cálculos y puedo pagar tanto”, creyendo que es una decisión objetiva. Otro podría justificar el monto con ideas como: “Pago esto porque creo que mi analista lo merece”. Una persona podría optar por pagar una suma elevada porque desea que el proceso tenga un gran peso en su vida. Otros simplemente aceptan lo que el analista indica porque se sienten cómodos con ese precio. Algunos pueden pensar que pagan por trabajar en sí mismos o porque sienten que están construyendo algo junto a su analista. Otros, en cambio, pueden sentir que no pagan lo suficiente y buscar compensarlo de alguna otra manera.
En todos estos casos, el dinero no es solo una cifra; cumple una función simbólica dentro del análisis, reflejando cómo la persona experimenta su relación con los demás, sus miedos y sus angustias. El dinero introduce al paciente en su propia red de creencias e imágenes. Si un analista dijera simplemente: “Cobro esta cantidad fija porque es lo que mi servicio vale”, se quedaría atrapado en el plano imaginario, el mismo lugar donde los pacientes padecen sus síntomas. De hecho, gran parte de lo que el análisis aborda son precisamente aquellas preguntas que suelen pasarse por alto en otros contextos, preguntas que revelan aspectos inconscientes. Sin embargo, es en el mismo hecho de hacer estas preguntas e ir respondiéndolas que se descubre lo que cuesta un análisis para el paciente.
En resumen, el costo del psicoanálisis es variable porque no se trata solo de dinero, sino de lo que este simboliza. El análisis no ignora las implicaciones de "lo que cuestan las cosas" simplemente porque es doloroso. Por el contrario, el analista está atento al por qué y busca desentrañar los costos de las experiencias vividas que son muchas veces estos costos, lo que sostienen el malestar. Al final del día, el verdadero valor del proceso no está en la tarifa, sino en lo que el análisis revela y transforma en la vida del paciente, algo que a menudo es invaluable.