Empieza de a 3

Empieza de a 3 Consejería Familiar AUTISMO - TDAH - La crianza es un viaje lleno de desafíos.
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Aquí compartiré el "por qué" de muchas de tus preguntas de una forma clara y sincera. Con amor y fuerza podemos superar cualquier obstáculo, que NADIE te diga lo contrario.

🟦🟡🖐🏻 LOS NIÑOS TAMBIÉN SE ANGUSTIAN💥​El cuerpo es su único altavoz cuando faltan las palabras...​La ansiedad de un adult...
06/11/2025

🟦🟡🖐🏻 LOS NIÑOS TAMBIÉN SE ANGUSTIAN💥

​El cuerpo es su único altavoz cuando faltan las palabras...

​La ansiedad de un adulto se puede sentir como un n**o en el estómago o como una cadena de pensamientos que no cesa. Pero, ¿cómo es la ansiedad cuando el cerebro todavía es pequeño, cuando faltan las palabras y la capacidad de nombrar ese terror? Los niños también se angustian, solo que no lo llaman ansiedad. Lo llaman miedo, lo muestran como rabia, o lo traducen en un dolor de estómago que siempre aparece antes de ir al colegio.

​A diferencia del adulto, que puede intentar racionalizar la amenaza, el niño se limita a sentirla. El cuerpo es su único altavoz, y por eso, la ansiedad infantil es una experta en disfrazarse de conductas.

​Si tu hijo o hija ha empezado a morderse las uñas de repente, si ha vuelto a pedir que lo acompañes a dormir, o si te encuentras constantemente discutiendo por tareas que antes hacía sin problema, quizás no estás viendo un acto de rebeldía o inmadurez. Estás viendo la punta de un iceberg emocional: un niño que está cargando con una emoción mucho más grande que él.

​Míralo en el día a día. ¿Duerme mal, tiene terrores nocturnos o se despierta constantemente? La noche, ese momento de quietud, se convierte en el escenario de su mente hipervigilante. ¿Ha regresado la enuresis (mojar la cama) después de meses de control? Es un grito silencioso de su sistema nervioso pidiéndole auxilio. ¿Tiene dolores de cabeza o malestares digestivos frecuentes que el pediatra no logra explicar? El cuerpo se cansa de resistir y somatiza la angustia.

​Y aquí es donde debemos mirar al espejo. Gran parte de la carga emocional de un niño proviene del entorno que habita. Un hogar con gritos, con exigencias desmedidas de perfección, o con silencios que asfixian es un terreno fértil para la ansiedad. Cuando el vínculo con el padre o la madre es inestable o la propia figura adulta es una fuente de tensión, el niño pierde su ancla, su refugio. En su pequeño mundo, no hay nada más aterrador que sentir que el lugar donde debería haber calma, está generando la tormenta.

​¿Qué necesita ese niño? No necesita más tareas o más distracciones Necesita un adulto que se calme primero para poder ofrecer calma después. Necesita sentir que, aunque su mente se acelere, tiene un puerto seguro donde no será juzgado. La prevención no está en evitarle los problemas, sino en enseñarle que el mundo es un lugar seguro porque yo, su adulto de referencia, soy un lugar seguro.

​La ansiedad en la infancia nos exige un ejercicio de humildad: dejar de enfocarnos en la conducta que nos molesta y empezar a mirar el corazón que le duele. Detrás de cada niño que "actúa mal", suele haber uno que sufre en silencio.

​Pero la verdad es que la ayuda no termina en el consultorio. Muchos padres se frustran y dicen: "Ya fue a terapia y sigue igual" o "No sé qué más hacer para que se le pase". Y ahí está la clave: nuestra tarea es aprender a ser los co-terapeutas de nuestros hijos, especialmente cuando la ansiedad parece no ceder. Si no logras percibir esa angustia, si tu ayuda no llega, o si las terapias no avanzan, es hora de mirar más allá del diagnóstico del niño. Tienes que preguntarte: ¿Qué parte de la calma de mi hijo depende de que yo aprenda a calmarme? Es nuestro trabajo abrir los ojos para ver lo que duele, cambiar la forma en que nos relacionamos con sus emociones y, si es necesario, ser nosotros quienes busquemos herramientas para aprender a sostener su dolor. El cambio en la ansiedad de un niño, muchas veces, comienza con el despertar y el cambio del adulto que lo acompaña.

​Y si la ansiedad en la infancia es compleja, lo es aún más en el mundo de la neurodiversidad, donde las sensaciones se multiplican:

​Y en el TDAH ocurre un matiz especial: la ansiedad se dispara no solo por lo externo, sino por la propia dificultad de regular la atención, la impulsividad y la frustración constante que la condición genera. Es un cerebro que se acelera y se autoconsume en un bucle de preocupaciones difíciles de detener.

​Y en el autismo, la ansiedad también se vive diferente: los cambios inesperados, los ruidos fuertes, las miradas ajenas o la incomprensión de su mundo pueden ser detonantes devastadores que sobrecargan un sistema nervioso ya de por sí sensible, llevando a colapsos que a men**o son malinterpretados como "rabietas".

​Si tú no miras la angustia de tu hijo, estás firmando su contrato con la ansiedad de por vida.

​Pablo, un papá de paso✌🏻


​Consejería Familiar: +51 952 037 361



​Mañana, Jueves, profundizaremos en cómo este estrés y angustia crónica terminan afectando el cuerpo: “Cuando el cuerpo se cansa de resistir”.

⚫🟤⚫ ANSIEDAD: Cuando la mente no encuentra descanso...🧠😔Hay mentes que no logran apagarse ni cuando el cuerpo se rinde. ...
05/11/2025

⚫🟤⚫ ANSIEDAD: Cuando la mente no encuentra descanso...🧠😔

Hay mentes que no logran apagarse ni cuando el cuerpo se rinde. Dicen que están cansados, pero en realidad no es el cuerpo el que no puede más, sino la mente que no encuentra descanso. Muchos padres confunden ese agotamiento con flojera, desinterés o simple distracción, cuando en verdad detrás hay una lucha invisible que muchos hijos callan y pocos entienden. Y aquí quiero ser claro: la ansiedad no es una debilidad, es una señal de que el sistema nervioso está en modo de emergencia. Es el "modo alerta" de un cerebro que, por la razón que sea, ha interpretado su entorno o sus pensamientos como una amenaza constante. Tu hijo o hija está viviendo con un pie en el presente y otro en un peligro que aún no ha llegado, pero que su mente está convencida de que es inminente, y eso lo agota por dentro.

Es fácil confundir la ansiedad con el simple sobrepensar, pero hay una diferencia clave. El sobrepensar viene del pensamiento, de esa necesidad de repasar lo que hicimos, lo que dijimos o lo que creemos que saldrá mal. Es la mente que busca control, que analiza sin parar. La ansiedad, en cambio, no se queda solo en el pensamiento, se instala y se siente en el cuerpo. Piensen en esto: el sobrepensar cuestiona, mientras que la ansiedad siente. Uno intenta comprender lo que pasa, el otro intenta simplemente sobrevivir a lo que siente.

Y esa es la diferencia que debemos comprender para empezar a ayudar. La ansiedad, en su dosis justa, es un instinto útil, esa alarma que nos hace estudiar, o nos detiene ante un peligro. Es un escudo. El problema es cuando esa alarma se queda encendida de forma crónica. La ansiedad que paraliza es cuando el cerebro, en lugar de recibir la señal de peligro y volver a la calma, se queda atascado. Es como si el sistema de supervivencia se hubiera descalibrado y reaccionara a una tarea escolar, a una red social o a una discusión con la misma intensidad que si estuviera en un peligro de vida o muerte. En ese punto, la ansiedad se convierte en una prisión, consumiendo toda la energía de nuestro hijo.

Cuando la mente no encuentra descanso, el cuerpo grita lo que la boca no puede decir. Por eso no es raro ver a niños que muerden sus uñas sin saber por qué, o adolescentes que se quedan mirando un punto fijo como si su mente hubiera viajado lejos. No es que no quieran prestar atención, es que su cabeza ya no soporta más ruido. Miren más allá de la sonrisa tensa; miren si el cuerpo tiembla por dentro, si el pecho se aprieta constantemente o si el estómago duele sin explicación médica, algo muy común cuando la emoción se reprime. También fíjense en el insomnio de quien no puede apagar la máquina de pensar. Ahí, donde el cuerpo se enferma, es donde la mente ya no puede más.

Y mientras eso pasa, muchos hogares se llenan de frases superficiales como “ya se le pasará” o “solo quiere llamar la atención”. No nos damos cuenta de que lo que nuestro hijo necesita no es distracción, sino calma. Que no necesita consejos, sino comprensión. El mayor alivio para quien vive con esta carga no es escuchar que todo estará bien, sino sentir que alguien realmente está ahí. Por eso, cuando un hijo se encierra en sí mismo, no lo empujes a hablar a la fuerza, solo hazle sentir que el hogar sigue siendo su refugio. La mente que no encuentra descanso no necesita más exigencias, necesita ternura, tiempo y un lugar seguro donde volver a respirar.

👤Pablo, un papá de paso✌🏻


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Mañana, en la segunda entrega de la Semana de la Ansiedad, profundizaremos en cómo se manifiesta esta carga en la primera infancia. Es hora de dejar de normalizar el sufrimiento de nuestros hijos.

⬜ 🌿 SEMANA DE REFLEXIÓN: LA ANSIEDAD EN NUESTROS HIJ@S​La ansiedad casi nunca se nota...​No esperes el drama. No llega c...
04/11/2025

⬜ 🌿 SEMANA DE REFLEXIÓN: LA ANSIEDAD EN NUESTROS HIJ@S

​La ansiedad casi nunca se nota...

​No esperes el drama. No llega con llantos o gritos. La ansiedad opera en silencio y se disfraza de síntomas y conductas. Se esconde en la punta de los dedos del niño que empieza a morderse las uñas. Se revela cuando esa niña se niega de pronto a dormir sola. Se camufla en el adolescente que se encierra y levanta una pared de silencio en su cuarto.

​La ansiedad es experta en pasar desapercibida. Puede ser la causa real detrás de la irritabilidad constante, de los dolores de estómago que ningún médico explica, o de esa mirada perdida que la mayoría de los padres prefiere ignorar.

​En mis 21 años de trabajo con familias, el patrón es siempre el mismo: la ansiedad de los hijos pasa inadvertida en casa. No es falta de amor. Es ignorancia pura. A nadie nos enseñaron a mirar lo que duele y no se puede nombrar.

​Seamos claros. Cuando tengo a un chico o chica ansioso en videollamada, la ansiedad no se esconde. Se traduce en la mano que se levanta constantemente para tocar el pelo o cubrir la boca. Se nota en el adolescente que no logra enfocar la mirada en la pantalla ni por tres segundos seguidos. Lo veo en el niño que se balancea imperceptiblemente o muerde el borde de la camisa: movimientos mínimos pero incesantes que son un intento desesperado por regular el cuerpo. La pantalla es solo un espejo que multiplica su propia incomodidad.

​Hay que ser directos: Lo que muchos padres diagnostican como “desobediencia”, “rebeldía” o, incluso, “flojera”, es en realidad un niño o joven colapsado. Abrumado por un entorno con gritos, exigencias desmedidas o silencios que asfixian.

​Esta Semana, Miremos de Frente...

​Vamos a confrontar esta realidad. Esta será una semana para dejar de enfocarse en la conducta superficial y para mirar, de una vez por todas, los mensajes sutiles pero urgentes que el cuerpo y la mente de tu hijo están enviando. Hablaremos de la ansiedad en la infancia, la adolescencia y la juventud. Y sí, hablaremos con la seriedad que requiere el tema en aquellos que viven con TDAH o autismo, donde la ansiedad adopta formas únicas y devastadoras.

​A partir de MAÑANA MARTES, comienza la Semana de la Ansiedad en sus Hijos. ​Es hora de observar sin justificaciones, de escuchar la verdad que no quieres oír, y de asumir que detrás de ese hijo que sufre, hay un adulto que debe despertar y cambiar la forma en que mira.

👤Pablo, un papá de paso✌🏻



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́nemocional ́gica

⚡A veces las parejas toman caminos distintos, pero el compromiso con sus hijos permanece firme. Cuando esos hijos son ne...
03/11/2025

⚡A veces las parejas toman caminos distintos, pero el compromiso con sus hijos permanece firme. Cuando esos hijos son neurodivergentes, la conexión entre los padres se transforma y se vuelve más profunda, porque requiere paciencia, presencia y mucho amor. No se trata de compartir una casa, sino de mantener un mismo propósito: acompañar, cuidar y celebrar cada pequeño avance. Aunque ya no exista una relación de pareja, sigue habiendo un lazo familiar que enseña lo que significa amar de verdad.

La separación no borra lo vivido, lo convierte en una nueva forma de estar presentes. Ser padres va más allá de la convivencia; es una decisión diaria de seguir al lado de sus hijos, incluso desde lugares distintos. Cada semana que comienza es una oportunidad para demostrar que el amor no necesita etiquetas ni estructuras, solo corazón y compromiso. Porque hay amores que, aunque atípicos, son los más puros y reales.

Pero también existe otro cantar, más silencioso y valiente: el de quien se queda remando sol@. Cuando uno de los dos se aleja y el otro continúa, no por orgullo sino por amor, la carga se vuelve el doble, pero también el orgullo de no rendirse crece el triple. No hay testigos ni aplausos, solo días largos y noches donde el cansancio se mezcla con la ternura. Sin embargo, en medio del agotamiento, esa madre o ese padre descubre que el verdadero amor no se mide en compañía, sino en constancia. Porque remar solo duele, sí, pero también enseña a amar sin condiciones, a ser refugio y fuerza al mismo tiempo.

👤Pablo G✌🏻


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́nconsciente

⬛🟫 DEPRESIÓN... EN LA PIZARRA 🌬️🌀🌀🌀​Los que me conocen saben que todos los viernes y sábados dicto talleres y clases por...
02/11/2025

⬛🟫 DEPRESIÓN... EN LA PIZARRA 🌬️🌀🌀🌀

​Los que me conocen saben que todos los viernes y sábados dicto talleres y clases por Meet que no solo son importantes, sino que destapan y expanden cerebros. A veces llegan estudiantes de psicología o medicina (muchos de ellos en ciclos avanzados, con el contenido de sus cursos ya haciéndoles cuestionar lo leído). Otras veces, ya son profesionales de la salud o maestras con años de experiencia. Pero casi todos tienen algo en común: llegan con una historia que los trajo hasta aquí. Un hermano con TDAH, una hermana autista, un padre que no supo amar, una madre que no supo escuchar. No buscan solo aprender teoría, buscan entender su vida y por qué duelen cosas que nunca se hablaron.

Ayer hablamos de las “enfermedades mentales”, obviamente con respaldo para lo que ya saben, lo que les enseñaron y lo que repiten con seguridad. Hablamos en específico de ellas, en especial de la depresión. Y es ahí donde todo cambia. Cuando les pregunto qué entienden por “enfermedad mental”, la mayoría responde desde lo aprendido: alteración, desequilibrio, disfunción. Palabras que suenan bien en un examen, pero pesan mucho cuando se dicen frente a un ser humano.

Entonces les digo algo que suele incomodar, pero también los despierta: “Cada vez que el profesional hace el diagnóstico de una enfermedad mental, está condenando a esa persona a ser un enfermo el resto de su vida.”

Silencio en cada cuadradito de la videollamada. Algun@s bajan la mirada, otr@s piensan en alguien cercano… y ahí empieza la verdadera clase. Les explico que no existen las enfermedades mentales más allá de aquellas provocadas por virus, traumatismos o intoxicaciones. El resto son experiencias humanas que el profesional, incapaz muchas veces de comprender o acompañar, convierte en diagnóstico. Así nacen los nombres, las etiquetas, los códigos, los “trastornos”: porque al no saber escuchar el dolor, se le da un título.

Y justo ahí les recuerdo algo que siempre repito: “Si has visto cien pacientes y mecanizaste todo, no aprendiste nada; pero si viste diez de forma humana, aprendiste muchísimo.”

Porque la psicología (como toda ayuda humana) no se aprende en cantidad, sino en profundidad. No se trata de memorizar criterios diagnósticos, sino de mirar, escuchar y sentir lo que el otro vive sin apresurarse a nombrarlo. No hay una enfermedad llamada depresión. Hay personas que se sienten así, que están atravesando un proceso, y a eso (por comodidad o por costumbre) la medicina y la psicología han decidido llamarlo “depresión”.

Sumo algo que siempre les digo: muchos son medicados, anestesiados o distraídos de aquella lucha interna que el ser humano necesita atravesar para aprender a salir de ese momento. Todos pasamos por etapas oscuras, todos caemos, pero también aprendemos (a veces solos) a gestionarnos, analizarnos y comprendernos. Eso no quita que, en ocasiones, acudir a un especialista o recibir medicación sea necesario, sobre todo cuando alguien está atrapado y no encuentra salida. Pero incluso ahí, el objetivo no debería ser silenciar el dolor, sino entender qué quiso decirnos.

Y lo curioso es que todo esto, más allá de compartirlo con profesionales de la salud, lo comparto con padres. Padres y madres de familia que no estudiaron psicología, pero que la vida los obligó a entenderla. Papás y mamás que han pasado años entrampados, sin ayuda, sin acompañamiento, creyendo que su historia no tenía salida. A ellos les hablo desde otro lugar: desde la experiencia, desde la empatía y desde el corazón. Porque muchas veces no necesitan un diagnóstico, sino que alguien los mire, los escuche y les diga con calma: “no estás enfermo, estás vivo… y estás aprendiendo a entenderte”.

Porque no hay cura más poderosa que el conocimiento de uno mismo. Y no hay mayor sanación que sentirse escuchado de verdad.

👤Pablo Guerra✌🏻


✴️ INVITACIÓN A ESTUDIANTES DE ÚLTIMOS CICLOS Y PROFESIONALES INQUIETOS ⚡:

Si su búsqueda va más allá de los manuales y la teoría clásica, los invito a profundizar en lo no escrito. Mi trabajo se centra en el TDAH, Autismo y otros trastornos desde la vivencia, desafiando lo aprendido para entender el ser humano detrás del diagnóstico. Es una oportunidad para cuestionar, retar lo leído y construir una perspectiva más real y humana.

Escríbeme a mi WhatsApp +51 952 037 361 para coordinar sesiones y dar un paso más en tu formación.

⚫ El TDAH no se decora con frases bonitas ni se apaga con rutinas perfectas. Se NACE con él, se CONVIVE con él y se MUER...
01/11/2025

⚫ El TDAH no se decora con frases bonitas ni se apaga con rutinas perfectas. Se NACE con él, se CONVIVE con él y se MUERE con él. Es una tormenta silenciosa, una mente que corre cuando todos caminan, que siente demasiado y piensa sin pausa. No es falta de amor, es exceso de ruido interno. No es desinterés, es agotamiento. Es vivir intentando sostenerte en un mundo que te exige calma cuando dentro todo se mueve.

No lo romantices. El TDAH no es una excusa ni un adorno psicológico: es una batalla constante contra la frustración, la culpa y el miedo a no encajar. Es cargar con una mente brillante que, muchas veces, se convierte en su propia trampa. Detrás del caos hay una historia, una lucha diaria, una necesidad urgente de comprensión real. Porque el TDAH no se “acepta”, se sobrevive… y cada día ganado ya es una victoria.

👤Pablo G✌🏻


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⚫⚫⚫🖐🏻 LA TRAMPA DEL SÚPER-PADRE TDAH: Cuando tu Amor te Convierte en el Obstáculo.Cuando eres padre de un joven o adulto...
31/10/2025

⚫⚫⚫🖐🏻 LA TRAMPA DEL SÚPER-PADRE TDAH: Cuando tu Amor te Convierte en el Obstáculo.

Cuando eres padre de un joven o adulto con neurodiversidad, el mayor desafío no reside en la inatención o la hiperactividad que vemos fuera, sino en la lucha silenciosa que ocurre dentro de casa, donde el amor se confunde con el control. Si has llegado a un punto de agotamiento físico y emocional que te consume, es urgente que entiendas que esa fatiga tiene nombre: has asumido el PAPEL de "CEREBRO PRESTADO". Este post nace de la experiencia de 21 años viendo a cientos de familias caer en esta trampa, y te lo digo con el corazón en la mano. Tu agotamiento no es solo físico, es carga mental: eres el back-up ininterrumpido de su vida, y esa alerta constante es la que te está robando la paz y la capacidad de disfrutar tu propia existencia.

​Te duele saber que la solución que necesitas no está escrita en libros de autoayuda o cursos genéricos. Si estás identificándote con cada línea, es porque este dolor no lo encuentras en otro lado. La verdad es que lo que abunda en redes sociales solo alimenta la ignorancia sobre el autismo y el TDAH. ¿"Súper-poderes"? ¿"Desaparece con la alimentación"? ¿"Solo dale mucho amor"? Eso es fácil de predicar, más aún si no se conoce la trinchera real. Quienes predican estas ideas suelen ser páginas de madres con hijos pequeños que están lejos de la complejidad adulta. Para entender el TDAH, debes conocer a cientos de personas con el trastorno: verás que duele, agota, te tiene al límite y muchas veces te deja sin saber qué hacer. El conocimiento superficial de las redes no funciona aquí, y por eso tu búsqueda terminó leyéndome hoy.

​Muchos padres viven anclados en el Mito del Sacrificio. Detrás del orgullo silencioso por hacerlo todo por el hijo (por ser su agenda, el despertador, el recordatorio de citas y el planificador constante) se esconde una verdad incómoda: esto no es ayuda; es un CONTROL sutil, disfrazado de amor incondicional. Te consumes asumiendo todas sus funciones ejecutivas, temiendo que falle, y ese miedo es lo que te lleva a ejercer una influencia que termina siendo el MAYOR OBSTÁCULO para su autonomía adulta. La verdad es que si tu hijo, que ya es un adulto o un adolescente grande, no se encarga de sus responsabilidades, es porque no tiene permitido fallar. Y si no tiene permitido fallar, nunca podrá desarrollar la autonomía que necesita para sobrevivir sin ti.

La trampa se ve distinta en la dinámica familiar. El Padre, a men**o, interviene con soluciones lógicas, disciplina rígida y exigencia de resultados inmediatos. Su CONTROL se manifiesta en la crítica directa y la frustración ante la aparente "falta de voluntad". Es el que empuja, exigiendo ver el fruto de años de inversión. La Mamá, en cambio, tiende a caer en la SOBRECARGA emocional. Su ayuda se traduce en el rescate constante, en suavizar las consecuencias y en ser el amortiguador emocional, protegiendo al hijo de las fallas, lo que termina negándole la valiosa lección del tropiezo. En ambos casos, el resultado es el mismo: el hijo no tiene permitido fallar, lo que termina negándole la valiosa lección del tropiezo. Eres el Cerebro Prestado de un joven que, neurológicamente, ya lidia con el TDAH, y tu intervención constante, aunque nace de la necesidad de protegerlo, se convierte en la principal ANCLA que lo mantiene inmóvil.

La trampa emocional es profunda y devastadora. Tu vida se ha detenido, te agotas, te frustras, y cada vez que tu hijo no cumple, sientes que tu sacrificio ha sido en vano. El común denominador es ver al hijo de 25 años que no puede completar un trámite bancario sin que mamá o papá hagan las llamadas, o al que no recuerda pagar la universidad hasta que el padre le envía el comprobante. Él, por su parte, sigue recibiendo el mensaje constante e inconsciente: "No eres capaz de esto sin mí". Esto paraliza su desarrollo, consolida su inmovilidad y vuelve a fortalecer ese Bucle Invisible que tanto anhelas romper. La falla no es que tu hijo no quiera avanzar; es que NO PUEDE AVANZAR porque tú sigues siendo su función ejecutiva externa. Al no permitirle enfrentar la consecuencia de su olvido o desorganización, le robas la única oportunidad de creer en sí mismo. Lo condenas al silencio y la baja autoestima, donde prefiere no intentar antes que volver a fallarte a ti y fallarse a sí mismo.

La trampa se agrava en los consultorios. Muchos padres persiguen sin descanso la próxima evaluación, la terapia "milagrosa" o incluso la medicación innecesaria, buscando desesperadamente la solución fuera de casa. Invierten tiempo y dinero en un carrusel de profesionales que, a men**o, no se atreven a señalar la verdad más incómoda: que tu control sutil es el verdadero obstáculo. El sistema te dice lo que quieres oír, asegurándote que el problema es externo, para no ofenderte. El resultado es devastador: dinero y tiempo perdidos, y un hijo que, a pesar de los innumerables especialistas, sigue sin avanzar, pues nadie ha puesto el foco en el Bucle Invisible que tú mismo sostienes.

Y aquí viene el punto más amargo, ese que es un común denominador en miles de familias: el hijo ya no escucha. Después de años de ser el planificador y el crítico, tu voz se ha convertido en puro ruido de fondo. Él ha levantado un muro emocional para defenderse de tu intervención, y ahora, cuando realmente quieres comunicarte, él ya no te oye. La parálisis del hijo es la prueba de que el sistema actual, basado en tu control, ya no funciona. Esto sugiere, con dolor, que ya no tienes la autoridad emocional para guiarlo solo.

La conversación más difícil que tendrás no es sobre disciplina, sino sobre la preparación para la autonomía. Es un error grave creer que la solución es simplemente "soltar". Soltar a un hijo sin dirección y que aún no comprende su TDAH lo expone a tropiezos con más dolor y un alto riesgo de caer en adicciones o depresión. Antes de que tú sueltes el timón, tu hija o hijo necesita ser preparado. Mi trabajo, semana a semana, es justo este: ser el que siembra advertencias y dirección directamente en esas mentes y corazones. La sanación y la autonomía siempre comienzan por el entendimiento de su propia propia condición. Primero es él y ella; su comprensión y su sanación personal, luego viene el restablecimiento de la relación con los demás. Entendemos que esto duele, cuesta entender, y CUESTA ESPERAR. El proceso de convertirte en un espectador que acompaña de otra forma es la única vía para romper el bucle, pero no tienes por qué hacerlo solo y al azar.

La sanación no se logra en días, sino a través de un marco de acción y un acompañamiento basado en el conocimiento profundo y la experiencia real con el TDAH. La única vía para soltar el bucle es preparar a tu hijo para una autonomía real, guiada por el conocimiento y no por el miedo. Esto implica ayudarlo a entender su TDAH no como una falla, sino como una neurodiversidad que, al ser comprendida y dirigida, se convierte en un motor. Si no redefines el amor para que signifique autonomía (una autonomía real y guiada) el costo para su autoestima y su futuro será irreparable. La pregunta más dolorosa sigue en el aire: ¿Qué pasará con él cuando tú ya no estés para empujar su bucle? Hoy tienes la posibilidad de cambiar el final de esa historia."

👤Pablo, un papá de paso✌🏻



Sé que duele, y no es un proceso simple. Romper el bucle del 'Cerebro Prestado' exige una hoja de ruta especializada y una paciencia que es un don. No hablamos de 'consejitos'; hablamos de años donde tu hijo creció desorientado y sin estructura, y eso cuesta mucho, lo sabes. Pero es posible. Permíteme mostrarte cómo restaurar la conexión emocional que necesitas para, por fin, guiarlo hacia su autonomía real.

Consejería Familiar: 📱+51 952 037 361

✴️🔵✴️ El agotamiento que sientes al ser el "cerebro prestado" de tu hijo no es una prueba de amor; es una trampa.​El mie...
30/10/2025

✴️🔵✴️ El agotamiento que sientes al ser el "cerebro prestado" de tu hijo no es una prueba de amor; es una trampa.

​El miedo a que fracase te ha llevado a asumir un papel que te consume y que, paradójicamente, le impide a él tomar las riendas de su vida adulta. El control disfrazado de ayuda tiene un costo altísimo en la autonomía de tu hijo. Mañana, abordaré por qué esta es la verdad más URGENTE que debes enfrentar hoy. 🛑

👤​Pablo, un papá de paso✌🏻




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✖️​⏳✖️ ESTAR EN UN BUCLE EN EL TDAH. La Urgencia de Romper el Ciclo.​Tu preocupación ya no es por las tareas escolares; ...
29/10/2025

✖️​⏳✖️ ESTAR EN UN BUCLE EN EL TDAH. La Urgencia de Romper el Ciclo.

​Tu preocupación ya no es por las tareas escolares; es por el futuro y el tiempo que se escapa. Lo sé. ​Si tienes hijos adultos (o casi) con TDAH, sabes de lo que hablo. Sientes la carga de la edad, la energía que se agota y la angustia de verlos repetir el mismo ciclo una y otra vez. Este post es una voz de alerta. Nace de la verdad de la vivencia personal y de 21 años acompañando a familias en esta carrera de fondo.

​🖐🏻 ¿Sabes qué es ese Bucle Invisible y por qué es la Carrera Contra el Tiempo? Es el ciclo de esperanza, inversión, frustración y abandono que te ha desgastado durante años. Comienzas una terapia, un curso, una carrera... inviertes fe y dinero, y a los pocos meses, se detiene, se abandona, y se vuelve al punto de partida, pero con más cansancio y menos esperanza.

​Muchos se preguntan por qué su hijo o hija no "sostiene" nada, pero la verdad es que tú, como padre/madre, eres quien ya no tiene fuerza para sostener la carrera terapéutica. La falla no es tu amor; es la desinformación crónica.

Hemos presenciado la misma historia hasta el hartazgo: Pasan 5, 10, 20 años y todo sigue igual. Ni para adelante, ni para atrás. Has gastado fortunas en psicólogos, terapeutas, psiquiatras, talleres, siguiendo caminos que parecían correctos. La inversión nunca rindió frutos porque el problema no fue la cantidad de terapias, sino la ausencia de verdad en ellas.

​¿Cuántas veces te dijeron que solo necesitabas "más disciplina", "más control" o "más horarios estrictos"? Nadie se atrevió a decirte lo esencial: “Papá, mamá, esto venía con él. Esto es parte de cómo tu hij@ vive el mundo.” Se volvió un negocio tu desesperación y el silencio de tus hij@s.

​Y esto nos lleva al punto más crítico para los padres con más edad: el peso del hijo que crece y el padre que envejece. Aquel adolescente confundido que discutía por las notas hoy tiene 25, 30 o incluso 40 años. Ya no busca una carrera: busca sentido, propósito, mientras el mundo sigue girando a su alrededor. Las comparaciones son difíciles: ves a los hermanos graduados y a los amigos con estabilidad, y tus hijos siguen inmovilizados, con más peso emocional y más heridas que antes.

​La clave es esta: el TDAH no es solo un trastorno de atención, es un trastorno EMOCIONAL. Cada crítica, cada juicio, cada mirada de decepción, pesa exponencialmente más. La mente se vuelve temerosa, resignada. El muro que construyeron para defenderse ahora tiene techo, y la entrada a su corazón está casi sellada.

​La verdad esencial es innegable: el TDAH no se “cura” ni se “corrige”; se comprende profundamente para poder gestionarlo y vivir en él.

🔥 ​Muchos han logrado salir de ese Bucle Invisible, pero no cuando fueron presionados, sino cuando fueron ENTENDIDOS SIN JUICIO. Cuando alguien les explicó por qué razón durante tantos años no lograron sostener nada. Cuando descubrieron que su historia no era un fracaso, sino una forma neurodivergente de procesar la vida.

​He visto a incontables padres e hij@s interrumpir caminos fallidos y decisiones impulsivas antes de encontrar el verdadero anclaje. Si la confusión y el agotamiento te han paralizado, te aseguro que es posible avanzar con la honestidad brutal que exige la verdad y sin el miedo a empezar de cero.

​El tiempo que pasó ya es historia, pero la inmovilidad de hoy es la única que te roba el futuro. No permitas que este bucle consuma ni un solo año más de la vida de tu hijo. La verdad es incómoda, sí, pero es la única vía para llegar a la paz real.

​Si buscas una mano que te acompañe de manera genuina, alguien que SÍ entienda la intimidad del TDAH en casa y que te ofrezca las herramientas definitivas para que salgan de ahí, la experiencia que necesitas no está solo en la teoría, sino en quienes hemos vivido esa realidad.

​Si al leer este post el "bucle" te ha dolido y sientes que es momento de buscar la llave, escríbeme. Empecemos desde este mismo punto a construir el camino. Sin rodeos.

​👤Pablo, un papá de paso✌🏻


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