16/09/2025
✨ La piedra en el camino
Un día, en un pequeño pueblo, un joven salió temprano de casa rumbo al mercado. Llevaba una canasta llena de frutas que debía vender para ayudar a su familia. Caminaba con prisa porque sabía que mientras más temprano llegara, más posibilidades tendría de vender todo y regresar con dinero suficiente para comprar lo necesario.
El sol comenzaba a calentar y el polvo del camino se levantaba con cada paso. De pronto, se detuvo en seco: una enorme piedra bloqueaba el sendero. El joven frunció el ceño y, molesto, murmuró para sí mismo:
—“¿Quién habrá dejado esto aquí? ¡Qué irresponsables son! Siempre hay alguien que hace la vida difícil a los demás.”
Intentó dar la vuelta por un lado, pero los matorrales eran muy densos. Intentó rodear por el otro, pero el terreno estaba lleno de espinas. No había opción: debía mover la piedra si quería continuar.
Al principio, solo se quejó. Miraba la roca y se preguntaba por qué siempre le pasaban estas cosas a él, justo cuando tenía tanta prisa. Pero después de un momento, respiró profundo y decidió empujarla. Al hacerlo, la canasta en su espalda se tambaleaba y él sentía cómo sus fuerzas se agotaban poco a poco. Una, dos, tres veces empujó sin lograr moverla ni un centímetro. El sudor corría por su frente, pero no se rindió.
Finalmente, con un último esfuerzo, logró hacer rodar la piedra hacia un lado del camino. Exhausto, se dejó caer sobre el suelo para recuperar el aliento. Fue entonces cuando notó algo extraño: debajo de donde estaba la piedra había una pequeña bolsa de cuero.
Con curiosidad la abrió y descubrió que adentro había varias monedas de oro y una nota que decía:
—“Este tesoro es para la persona que retire la piedra del camino. Con gratitud, el rey.”
El joven se quedó en silencio. Sintió cómo el enojo que lo había invadido antes se desvanecía. Comprendió que mientras él se quejaba de la dificultad, esa misma dificultad escondía una bendición que cambiaría su vida.
Cuando volvió a levantarse, ya no veía la roca como un obstáculo injusto, sino como una oportunidad disfrazada. Y sonrió, entendiendo que la vida a menudo coloca piedras en nuestro camino, no para detenernos, sino para enseñarnos la fuerza que llevamos dentro y para mostrarnos que las bendiciones llegan donde menos lo esperamos.
💡 Moraleja: Muchas veces, las pruebas que aparecen frente a nosotros parecen cargas pesadas e injustas, pero en realidad llevan dentro un regalo oculto. Depende de nuestra actitud descubrirlo y agradecerlo. 🌻