
18/07/2024
Por la mañana, nos apresuramos al trabajo. Una vez que llegamos a él, nos apresuramos para hacer que las 8 horas pasen más rápido.
Por la noche, entramos corriendo por la puerta de nuestra casa, nos apresuramos a besar a nuestros seres queridos y apresuramos el paso para lanzarnos frente al televisor, tomar el celular, usar la tablet o computador.
Nos apresuramos desde que éramos jóvenes, tenemos prisa por crecer, deseamos que los años de secundaria terminen pronto y de una vez, luego nos apresuramos para terminar la universidad.
Entonces nos damos prisa para comprar una casa o departamento con deudas largas o de por vida.
Elegimos tener hijos, a los que estamos criando de prisa, luego nos preguntamos ¿en qué momento crecieron tan rápido?.
Y cuando crecen nos preguntamos ¿por qué tienen tanta prisa por independizarse y dejarnos tan rápido?.
Sólo entonces entra en nuestro vocabulario la expresión: "Espera un minuto..."Creo que eso te suena familiar.
Última visita a casa de tu abuela, te apuras por volver a la tuya, ella, sosteniéndote de la mano y diciéndote con voz temblorosa: “Espera hijo un poco más, sabe Dios si te volveré a ver...”
Hace aproximadamente un siglo y medio, John Ruskin, que venía de una familia muy rica, escribió: "La riqueza no es tan valiosa como la vida misma".
Y cuántas veces has oído a alguien preguntar, ¿Qué has hecho con tu vida?. ¡Así que vive el hoy, el mañana no existe!.
Que triste es analizar nuestra vida y ver qué nos preocupamos tanto de lo material que hacemos morir o enfermar nuestro ser espiritual, nuestros sentimientos, la sencillez de las cosas.
Lo material es muy importante, pero no descuidemos lo otro. Porque en un abrir y cerrar de ojos ya estamos viejos y lo que no se vivió jamás se podrá volver a vivir .
Rumbo a Huaraz, Julio 2018. ❤️