09/05/2025
Día 20
~ Mente renovada, vida transformada ~
21 días para gobernar tu mente con la verdad
Muchas veces, quienes deberían ayudar a los que sufren terminan siendo una barrera.
“No los mandes a callar”
Marcos 10:48 Nos muestra una escena inquietante:
“Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!”— Marcos 10:48
Reflexión:
Bartimeo tenía una necesidad real: quería ver. Pero las voces a su alrededor, en lugar de acercarlo a Jesús, intentaban silenciar su clamor.
¿No pasa lo mismo hoy?
Cuántas veces alguien grita desde su dolor —en forma de ansiedad, rebeldía, adicciones o aislamiento— y en lugar de escucharle, lo silenciamos, lo juzgamos, lo etiquetamos o simplemente lo ignoramos.
¿Cómo podemos ayudar a los que sufren?
1. Escuchando activamente al que clama.
No todos gritan con la voz, pero muchos están gritando desde el alma. Escucha más allá de las palabras.
2. Eliminando la indiferencia.
A veces, el mayor impedimento para que alguien llegue a Jesús no es el enemigo, es nuestra apatía. La compasión activa es el puente que puede llevar a otro a su milagro.
3. Abriendo el espacio.
Seamos intencionales en crear ambientes donde los quebrantados se sientan seguros para clamar. No todos necesitan consejo; algunos solo necesitan que no los manden a callar.
4. Intercediendo, no interfiriendo.
En vez de interrumpir el clamor del necesitado, pongámonos al lado y digamos como Jesús: “Llámenlo…
Ánimo, levántate, te llama” (Marcos 10:49). Esa debe ser nuestra voz.
Preguntas de reflexión:
• ¿He sido una barrera o un puente para que otros se acerquen a Jesús?
• ¿A quién necesito ayudar a clamar hoy en lugar de ignorar su necesidad?
Te dejo con esta frase:
Hay gritos del alma que necesitan espacio, no juicio.
En su nombre;
Pastora Nelly
⸻