
20/09/2025
Vivimos en una época en la que los diagnósticos llegan rápido, a veces demasiado rápido.
Padres que reciben la frase: “su hijo tiene autismo”, “es déficit de atención”, o “es un retraso global del desarrollo”.
Pero… ¿qué significa realmente eso? ¿Acaso el desarrollo del niño puede resumirse en una sola etiqueta?
El desarrollo infantil no es un bloque uniforme. Es un entramado complejo de áreas que maduran en ritmos distintos:
Área cognitiva: donde se desarrolla la comprensión, la memoria, la atención.
Área social: donde el niño aprende a vincularse, compartir, conectarse emocionalmente.
Área de comunicación y lenguaje: que permite expresar, comprender, dialogar.
Área motora: que da autonomía a través del movimiento, la coordinación, la exploración del entorno.
Cuando un niño presenta una dificultad en una de estas áreas, eso no significa automáticamente un diagnóstico global.
Un retraso en el lenguaje no es igual a un autismo.
Una torpeza motriz no implica discapacidad intelectual.
Un aislamiento social puede deberse a ansiedad o a experiencias traumáticas, y no necesariamente a un trastorno del espectro autista.
👉 Aquí está la clave: cada área tiene sus propias condiciones, sus propios diagnósticos diferenciales y sus propios abordajes.
Y confundirlos lleva a tratamientos inadecuados, a sobrecargar a los niños con terapias innecesarias y a los padres con miedos que no corresponden.
Lo que deberíamos preguntarnos siempre es:
🔎 ¿Dónde está el mayor foco de dificultad?
🔎 ¿Qué área del desarrollo es la más afectada?
🔎 ¿Qué causa clínica puede estar detrás?
Porque cuando entendemos que el desarrollo infantil es un mapa con distintos caminos, podemos acompañar mejor a los niños en lo que realmente necesitan.
💬 No se trata de etiquetar rápido. Se trata de mirar profundo. Porque no todo es autismo, no todo es déficit de atención, no todo es retraso global.
Cada niño merece que su desarrollo se lea con respeto, con precisión y con paciencia.
Dra. Florencia Sanabria