
31/07/2025
A veces me detengo en medio de la nada, y me invade un vacío tan profundo que asusta.
Un silencio que no es externo, sino interno: un silencio del alma.
Es ahí cuando más te extraño.
Cuando recuerdo que ya no estás para escuchar mis miedos, mis risas, mis sueños rotos.
Que ya no puedo buscar refugio en tus palabras.
Entonces me doy cuenta de que, aunque el mundo sigue girando, yo sigo anclado al momento en que te perdí.
Me faltas en todo: en las mañanas que no comienzan igual, en las noches que no terminan nunca.
Me faltas en cada pequeño fragmento de vida que, sin ti, dejó de tener sentido.
Y aunque intento aparentar fortaleza, la verdad es que me sigo deshaciendo por dentro.
Porque perderte no fue solo perderte a ti: fue perder una parte de mí que no