14/11/2024
Tengo ropa lavada en la maquina desde hace dos horas, ropa en la silla para doblar y parte doblada sobre la mesa, tengo una cebolla a medio picar en la tabla, el fuego prendido, la cama deshecha, tengo hambre y el café se enfrió. Y acá estoy, sentada en la silla contigo en brazos tomando teta, la casa está en pausa, el mundo sigue girando, pero yo no, yo estoy acá, contigo, entregada a este acto de amor absoluto. A este milagro de la vida que es la maternidad.
No me ofrezcan biberones, no los quiero, estoy cansada sí, pero acá quiero estar, quiero ser tu alimento, quiero ver como una parte de mi te convierte en un ser humano que crece. No me digan que estoy más flaca, ya lo sé, lo veo en mis pantalones, en mis camisas, lo veo en mi cara, lo veo en el espejo, lo veo en mi cuerpo. Algún día verán al bebé flotando en la casa y eso no será magia, seré yo que desaparecí de tanto dar la teta, pero ahí estaré, sosteniéndote en brazos.
Me hago más fuerte, tus kilos aumentan, y aún así te sostengo con una mano. Me río cada vez que miro tus rollitos y pienso que son producto de la leche que mi cuerpo produce. Me siento eufórica.
Hago cosas mientras te alzo, cocino hamacándote con un pié, te hablo, sonrío, me doy vuelta y hago un berrinche en silencio, miro hacia el cielo, pido ayuda a gritos en mi interior, me angustio, te miro y sonrío. Tu te quejás, llorisqueás, quieres más brazos, ahora me ves y ya no te alcanza con otras manos, quieres las mías, me tienes atrapada, me quieres a mí. Y yo quiero huir, pero llevándote conmigo.
Estoy media loca, sí, o tal vez loca entera. Pero mi locura tiene un sentido. Estoy loca de amor por esta experiencia, tan intensa como agotadora. Tan grande como prometedora. Es la expresión misma de la vida que se manifiesta a cada instante. Y está bien sentirme así, tomando de esta bebida viciosa y dulce llamada “entrega”, un perfecto coctel de resistencia, amor y vida❤️🤱🏻.