05/29/2025
Advertencia de texto largo y sanador…
“Cúrate, mijita… no del amor, sino del vacío que confundiste con amor.”
Hay algo que muchas mujeres cargan sin ponerle nombre: una especie de hambre emocional, un deseo profundo de ser elegidas, de ser vistas, de ser por fin “la importante” para alguien. Y cuando esa herida no se reconoce, lo que parece amor… es solo una forma de llenar lo que hace falta por dentro.
Es como si tu corazón tuviera frío desde niña, y buscaras una cobija en cualquier lugar, incluso si está sucia o rota. Pero cuando sanas, cuando te haces cargo de ese frío interno, ya no aceptas cualquier abrigo. Aprendes a tejer el tuyo, con tu amor, tu respeto, tu presencia.
Dejas de estar con quien te lastima, te coarta, te ultraja, quien espera de ti ser algo que realmente no eres, dejas de esperar agradar a quienes no permiten que seas tu misma o que te apoyen y te den el sostén para que tu misma puedas brillar y volar.
Curarte no significa endurecerte.
Curarte significa saber cuál es tu lugar en la vida y cual no.
Significa reconocer que puedes ser más genuina, auténtica, ser tú misma sin que nadie te corte, te limite, te quiera moldear.
Significa dejar de entregarte a quien no sabe sostenerte. Significa ponerle fin a la espera eterna de que alguien de afuera venga a darte lo que tú misma puedes empezar a construir.
Para poder sentir libertad, solo la puedes tejer desde tus hilos de libertad, para poder sentirte deseada, admirada y valorada, son tus propios hilos los que construyen esos sentimientos dentro de ti, para poderlos vivir fuera encontrado un equilibrio entre lo que tú construyes dentro de ti y lo que experimentas fuera de ti.
Y entonces, cuando llega el amor —porque llega, y llega bien cuando tú ya estás bien— ese amor no duele, no lastima, expande, vibra, sostiene, acompaña y permite que salga quien realmente eres, no exige pruebas, no castiga tu independencia. Ese amor es elección, no necesidad. Es alegría, no ansiedad.
Tomado de la red ♥️
Centro de expansion de conciencia