09/03/2025
Lo que pocas madres se atreven a decir 💛🎗️
Hace apenas 19 días, mi vida cambió por completo. Desde el momento en que recibimos el diagnóstico de leucemia de mi hija, todo lo que conocíamos de nuestra rutina y nuestra felicidad se desvaneció. No fue solo un día difícil; fue el inicio de un camino que nadie nos prepara para recorrer.
Lo que pocas personas ven o entienden es lo que nuestros hijos enfrentan desde el primer momento. Cada análisis de sangre, cada pinchazo, cada aguja, cada anestesia para colocar un puerto o un catéter. Las quimioterapias que la dejan sin fuerzas, con dolor en todo el cuerpo, sin poder caminar ni jugar como antes. La vía que a veces se les debe cambiar porque su cuerpo ya no soporta más medicamentos. Los vómitos, las náuseas, la fiebre, los cambios de ánimo… todo mientras nosotros, como madres y padres, debemos sostenerlos, limpiar sus habitaciones, preparar su comida, y asegurarnos de que cada mínimo detalle de cuidado sea perfecto.
Y no solo es físico: es emocional. Ellos sienten miedo, ansiedad, dolor y frustración. Y nosotros lo sentimos junto a ellos, porque cada lágrima, cada queja, cada gesto de cansancio nos atraviesa el corazón. La vida normal desaparece; cada día se convierte en un combate silencioso lleno de amor, resistencia y esperanza.
No hay manual para esto. No hay tiempo para procesar el dolor completo, porque el cuidado y la lucha no esperan. Pero también hay momentos de coraje inmenso: una sonrisa entre lágrimas, un abrazo que nos recuerda por qué seguimos.
Quiero que quienes lean esto entiendan la verdad: nuestros hijos están en una guerra diaria. Lo que parecen “días normales” es, en realidad, un esfuerzo titánico por sobrevivir, y nosotros estamos allí, día y noche, sosteniéndolos con todo nuestro amor y fuerza.
💛🎗️ Comparte esta historia para crear conciencia de lo que significa vivir con leucemia infantil, y para apoyar la investigación y los recursos que estos niños y sus familias tanto necesitan.