06/12/2025
"Cuando la langosta se rompe"
Hay algo que me ha tenido pensando últimamente.
Una imagen que no puedo sacarme del pecho: la langosta.
Sí, ese animal tan raro, tan ajeno a nosotros… y al mismo tiempo, tan parecido.
¿Sabías que para poder crecer, la langosta tiene que desprenderse por completo de su caparazón?
No es algo bonito.
No es fácil.
Y definitivamente no es cómodo.
Ese caparazón que antes la protegía, que fue su refugio, que la abrazó cuando era más pequeña…
de pronto se vuelve una prisión.
Y entonces, algo dentro de ella lo sabe:
“Ya no hay espacio aquí. Ya no puedo seguir siendo esto.”
Pero para poder crecer, tiene que hacer lo impensable: romperse.
La langosta se esconde bajo las rocas, vulnerable, indefensa, en carne viva.
No hay forma de hacerlo bonito: duele.
Duele como duele soltar una identidad que ya no te queda.
Duele como duele despedirse de una etapa, de una persona, de un lugar seguro.
Duele como duele mirar hacia atrás y decir: “Ya no soy eso.”
Y sin embargo, es en ese instante brutal donde empieza la magia.
No cuando se siente fuerte,
sino cuando se siente desnuda.
No cuando brilla,
sino cuando tiembla.
Ahí, justo ahí… empieza a crecer.
Y no es una vez.
La langosta lo hace muchas veces en su vida.
Cada vez que la vida le grita que se quedó chica,
que hay algo más allá del caparazón que ya conoce,
ella se quiebra otra vez.
A veces me siento así.
Como si algo dentro de mí se estuviera partiendo en pedazos.
Como si lo que antes me cubría, ahora me estuviera asfixiando.
Y entonces entiendo: estoy creciendo.
Aunque duela.
Aunque no tenga aún el nuevo caparazón.
Aunque me sienta completamente expuesta.
Tal vez tú también estás ahí.
Tal vez estás en medio del desprendimiento.
Y te arde todo.
Solo quiero decirte que no estás rota.
Estás naciendo otra vez.
Porque así es el crecimiento real: no se ve bonito en Instagram.
No se celebra con likes.
Se siente en lo profundo del alma, en ese lugar donde se elige seguir,
incluso cuando no hay certezas.
La langosta no se cuestiona si merece el siguiente caparazón.
Simplemente confía.
En que está en el proceso correcto.
En que su fragilidad también es parte de su fuerza.
Y así, paso a paso, dolor tras dolor…
se convierte en lo que está destinada a ser..
Nos amo ❤️
Azutustra CaNu