
06/09/2025
CADA CIGARRO MENOS, UN LATIDO MÁS.
Fumar es, probablemente, el peor enemigo del corazón y de las arterias. Cada inhalación introduce sustancias químicas que inflaman y endurecen las paredes de los vasos sanguíneos, favoreciendo la formación de placas que obstruyen la circulación. Esa misma lesión hace que aumente el riesgo de infartos, accidentes cerebrovasculares y enfermedades vasculares periféricas (esta misma afección se produce al acumular grasa o con el sobrepeso).
El cigarro no solo afecta los pulmones. A nivel cardiovascular, el daño es directo: acelera la presión arterial, eleva la frecuencia cardiaca y reduce la capacidad de la sangre de transportar oxígeno. Todo esto obliga al corazón a trabajar más y desgasta sus reservas.
Además, fumar abre la puerta a más de una docena de cánceres. Está relacionado con cáncer de pulmón, laringe, faringe, esófago, estómago, hígado, páncreas, colon y recto, riñón, vías urinarias superiores, cuello uterino, cerebro, leucemia mieloide y, de manera muy marcada, cáncer de vejiga.
Dejar el cigarro es una de las decisiones más importantes que puede tomar para proteger su corazón y su vida. No hay sustituto para el beneficio de abandonar este hábito. Cada día sin cigarro, su corazón se lo agradece.
El corazón marca el inicio y el ritmo de nuestra vida. Hacer algo por él cada día es una manera de honrar ese regalo.