08/11/2023
Hay miedos que son conscientes, es decir, sabemos que lo padecemos como: el miedo a las alturas, a ciertos animales, a la oscuridad, y así. Como estamos al tanto que le tememos actuamos en consecuencia para evitarnos los malos ratos, en la medida de nuestras posibilidades.
Sin embargo, la mayoría de nuestros miedos son inconscientes, no sabemos que los tenemos, aunque condicionan nuestro comportamiento. Son muchos, pero yo me atrevería a resumirlos en tres: miedo al rechazo, miedo a sufrir, miedo al abandono en el que incluyo el miedo a la muerte.
Cuántas veces no alargamos una situación solo por no ser capaces de decir NO? Cuántas veces toleramos malos tratos, humillaciones, desplantes a personas o incluso familiares solo por no ponerles límites, huyendo de su posible reacción? Cuántas veces fingimos ser quienes no somos para tratar de encajar en un grupo o evitar una crítica? El miedo a la crítica, en el fondo es miedo al rechazo, a que te excluyan.
El miedo al rechazo, en cierto casos se vive como un abandono. El hecho de que alguien que quieres te aparte de su vida, o te rechacen en un grupo, o sientas que tu madre o padre no te quieren como tú quisieras, se vive como un abandono. Por qué creen que duele tanto la muerte de un ser querido? o salvando las distancias una ruptura sentimental?
Como todo está dentro de nosotros, tanto las experiencias difíciles y las memorias heredadas, tratamos de encajar y de agradar para que no nos duela, porque le tememos al sufrimiento. Hay quienes prefieren sufrir conscientemente, porque creen que dominan la situación, sienten que “eso” por lo menos lo controlan, y el actuar de otra manera los dejaría en la incertidumbre de qué vendrá y si lo podrán manejar.
Pero en líneas generales, los comportamientos y reacciones son inconscientes (aunque se defiendan con argumentos conscientes) hasta que quieras verlos, aceptarlos y trabajarlos. Ojo, el hecho de que los trabajes no quiere decir que no te va a doler lo que te pase. Solo que hay recursos para procesar las vivencias de manera “sana”. Y con lo que ya te ha pasado, eso sí dejará de doler.