
17/08/2025
CRONICARIO CULTURAL
-2025: CENTENARIO DE LA INAUGURACIÓN DE LA GRAN CARRETERA TRASANDINA-
ALGUNAS COSTUMBRES Y SU MODO ACTUAL
En los pueblos andinos, muchos de sus pobladores hacen gala de diversas costumbres que caracterizan su gentilicio. Timotes no escapa a este tipo de práctica y pensamos que registrarlas es una manera de valorar aquellas manifestaciones autóctonas que nos identifican como pueblo. Algunas se mantienen parcialmente, otras han desaparecido. Muchas costumbres aparecen de acuerdo al calendario anual, por ejemplo:
- Se acostumbraba el último día o el primero del año, colocar 12 granos de sal sobre papel. En base a la humedad de cada grano, predecían el tiempo que regiría durante el año. Actualmente apelamos en los móviles al pronóstico del INAMEH.
- Se acostumbraba conversar en la Plaza Pública, por lo general, las tertulias espontáneas terminaban hablando de Espantos. Hoy pocos hablan, su atención está puesta en el móvil telefónico y los tik tok.
- Se acostumbraba pedir casa por casa una limosnita para Misas de Indulgencia. Quién no recuerda a Guillermita visitando con ese propósito. Hoy cada familia hace lo posible por cancelar el responso en dólares.
- Se acostumbraba cerrar las puertas de los negocios e instituciones públicas cuando pasaba una procesión en día de Santo, o cuando pasaba un entierro. Es más, la Municipalidad establecía sanciones a quienes no cumplieran. Hoy todo permanece abierto y cada quien en lo suyo.
- Se acostumbraba ponerle el agua a los niños recién nacidos, casi siempre se buscaba a Don Chui Espinoza, por eso dicen que era el Padrino de todos. En los últimos tiempos buscaban al Sr. Urbano Araujo o cualquier personaje apegado a los preceptos religiosos. Muchos mantienen esta costumbre, aunque les toque callar el día del bautizo.
- Se acostumbraba entre la muchachada: salir a buscar moras, guayabas y jumangues en la montaña. En ocasiones se aprovechaba para atapusarnos del popular uvito. También podemos recordar que los muchachos eran tan golosos que comían tunas maduras y “huevos de gato”. Esto quedó para la historia.
- Se acostumbraba bañarse en las aguas cristalinas del Río Motatán, incluso bebíamos de sus aguas. Por cierto como añoramos la pureza de sus aguas, los innumerables pozos que realizaban los jóvenes de otras épocas, cuantos misterios y cuentos mantiene la tradición oral sobre sus aguas, y hoy cuanta contaminación producto del lanzamiento indiscriminado de aguas negras, proliferación de basureros en sus orillas, de animales mu***os y cantidades de litros de desperdicios contaminados de lavados y engrases. Ahora no se bañan.
- Se acostumbraba elaborar curiosos juguetes. Cargados de ingenuidad, creatividad y elementos desechables, de nuestro esfuerzo manual surgían: muñecas de trapo, carros de madera y lata y cometas. Su elaboración es exclusiva de los artesanos populares.
- Se acostumbraba inventar sobrenombres curiosos y hasta exagerados para bautizar a muchos paisanos, entre los más populares: Lloverá, Chuzo, Chuyina, Cabezón, Pendejo-Niño, Trinca-Bolas, Chomiguel, Lapa, Trapichito, Nacho, Morocota, Chemano, Trompa e’ Puerco, Pescozada, Charro Negro, B***o e’ Plomo, Viejazo y tantos otros que usted recuerda. Esto se mantiene con acierto.
- Se acostumbraba, por las tardes, jugar frente a las casas en las calles del pueblo. Se jugaba los “aos” (out en inglés), volibol, se realizaban juegos populares como “El libradero”, “Las cuarenta matas”, “La Candelita”, “El Tai”, “El Escondite”, “Saltar la cuerda”, “Vamos a la vuelta de Don Toronjil”. Además se entonaban canciones populares e inolvidables como: “María Moñito”, “Los Pollos de mi cazuela” y otras, mientras las madres conversaban (no chismeaban) diversidad de cosas interesantes. Pero cuando llegó la televisión estas cosas desaparecieron, las familias parecen divididas porque cada quien escoge su programa preferido, y los cuentos de la abuela ya nadie quiere escucharlos. Hoy no juegan ni “La mamá y el papá”, tan popular.
- Se acostumbraba patinar en grupos desde octubre hasta diciembre. Participamos en esta arriesgada diversión con los famosos patines Unión 5. En la actualidad se utilizan otros dispositivos.
- La muchachada acostumbraba a gritar los policías, cuando estábamos distraídos alguien decía “viene la chota” o “viene la chirola” y a correr todos. Era respetado el paso de la patrulla, entonces de color negro, y los propios policías, aunque por lo general el grupo se dispersaba entre las nueve y diez de la noche cuando algún atrevido silbaba con burla o sentenciaba claramente: “Policía, Carota fría”.
- Se acostumbraba, después de comprar algún artículo en las pulperías del pueblo, pedir la ñapa y recibir un “caramelo de chimó” o “Sacamuelas” como premio al atrevimiento. Hoy, a muchos, les da pena pedir descuentos.
- Se acostumbraba asistir periódicamente a clases, de lo contrario mandaban a buscarlo con el célebre Policía Escolar.
- Se acostumbraba burlarse de algunas personas, o pronunciar el nombre de algún personaje popular y salir “espitao” o velozmente para no ser alcanzado por el mismo, que por lo general respondía con sendas palabrotas como: Su madre, ajijelagrandísima. Se mantiene la mamadera de gallo como bulling.
- Se acostumbraba al salir de compras o paseo, dejar las argollas o las aldabas de las puertas principales, amarradas con cabuya o caucho de pantaleta. Seguro que nadie se atrevía a entrar. Actualmente son exageradas las medidas de seguridad aunque no basten para contener los delincuentes.
- Se acostumbraba llegar a la casa vecina con una frase inolvidable: “Mire que dijo mamá que le regalara un poquito de esto o de aquello” o “que le empreste tal o cual cosa, y que Dios se lo pague”.
- Muchas mujeres acostumbraban a lavar en las orillas del río Motatán, incluso se recuerda que algunas murieron ahogadas en plena jornada. Hoy ese trabajo quedó para las lavadoras automáticas.
- Se acostumbraba llevar serenatas como muestras de amor al ser querido o con la firme esperanza de escuchar un tímido “Sí, lo aceito, perdón, si lo acepto”. Igualmente se usaba sobremanera las cartas de amor o despecho, algunas ingenuas o inocentes repletas del perfume o fragancia del galán o la Dama (Marazul, Agua de Rosas o Agua Florida) para disimular los errores ortográficos, otras cartas llegaban llenas de reproches o insultos que marcaban el final del noviazgo. Hoy basta solo miradas y hasta correr el riesgo de embarazo.
- Se acostumbraba beber agua o café con ruda cada 1º de agosto para evitar inconarse ante la picada de animales ponzoñosos. Igualmente se regaba kerosene en las entradas de la casa o los negocios, dicen que para atraer la buena suerte. Algunos lo practican en los campos prodigiosos y adorados de Timotes.
- Se acostumbraba pedir la bendición hincao. Igualmente antes de acostarse y al levantarse, o al salir a diligencias. Muchos lo mantienen sin tanta rigurosidad.
-Se acostumbraba saludar a personas mayores, incluso se trataba decentemente a desconocidos. Se daba la acera a los mayores o Damas. Se escuchaba decentemente las conversaciones entre mayores, nunca pasar por el medio de gente mayor. Ni fumar ni comer chimó delante de los padres, mucho menos beber licores. Se consultaba las opiniones de los padres y se esperaba su sabio consejo para proceder. Hoy son recuerdos para la historia familiar.
- Se acostumbraba tirarse el pantalón cuando se cumplía la mayoría de edad. Polacos era el nombre que daban a esos jóvenes antes de cumplir la edad, por su pantalón corto. Las modas actuales dicen todo lo contrario.
- Se acostumbraba tantas cosas sanas e interesantes que por más que busquemos explicaciones, nunca comprenderemos por qué se quedaron en el pasado formando parte esencial del patrimonio del recuerdo. Pero seguimos sin entender qué pasó con nuestros valores e identidad cultural que nos perfila como andino timoteros?
Jesús María Espinoza Marín
Cronista Oficial del Municipio Miranda
Timotes, 16 de agosto de 2025
Gráficas cortesía de las Redes Sociales RRSS