01/08/2021
Relato de Parto de Alondra… Nacimiento Sáyen ✨
Me desperté el jueves 9 a las 4am con contracciones leves (pero k me levantaron), desperté de un sueño donde estaba subiendo un cerro de carboncillo negro y cielo morado con algunas de mis amigas. Estaba contenta ya que sabía era el inicio. Di la alerta horas después, a eso de las 10 de la mñna, porque aún tenía ganas de aprovechar mis contracciones sola.
A eso de las 14:30 llegó la flor a apañar, su vibra me calmó de inmediato. Una cada 10 minutos aprox comencé a contar. Pude almorzar, reírme y aprovechar entre contracción para convencerme de ke podía.
Fuimos a caminar y a la vuelta me decidí a dormir un rato. Esas fueron las más más fuertes donde el vocalizar me ayudó un montón.
Ya era de noche cuando llegó Bárbara , 7 de dilatacion y me dio mucha tranquilidad saber k lo estaba haciendo bien, siempre con la presión personal (y patriarcal) de 'tener k hacerlo bien'.
Luego de eso los recuerdos son borrosos, me colgaba de una tela entre contracciones, usaba la pelota, estaba todo oscuro y hacía mucho calor. Me costaba desconectarme de mi entorno, estaba mitad en la tierra y mitad planeta parto.
Era ya de madrugada cuando la piscina fue la mejor epidural, debía descansar para prepararme para el expulsivo pero en vez de eso con el seba conversamos de la vida y olvide el dolor por unos minutos.
Debía relajarme porque la Sayén keria salir y estaba esperando mi ayuda. Había leído tanto, visto videos, visualizado, mi mente sabía como parir pero mi cuerpo aún no lo podía recordar. Mi energía salía hacia arriba por la garganta en vez de abrir el canal. Ahi mismo me fui, me decídi a sacarla, rompí bolsa en la escalera, la piscina me esperaba para el expulsivo pero ya me sentía agotada. Me hablaba mi abuela, la misma k no conocí en esta vida pero k me salvo de querer morir unos años atrás, me decía k podía. Escuchaba las voces de mis amigas vocalizando conmigo cuando me venían las más fuertes. Suena jipi, pero cuando el dolor y el cansancio se sienten en conciencia, la espiritualidad hace lo suyo, te apaña. Continúa…