30/05/2024
| VOLVER A LOS BÁSICOS - LÉELO COMPLETO |
Hola, soy Heiner y hoy quiero compartir algo importante contigo. A veces, en la vorágine de la vida, olvidamos lo esencial y creemos que lo sabemos todo. Es crucial volver a los básicos, esos pasitos de bebé que nos recuerdan nuestras raíces y nos mantienen humildes. Quiero compartirte cuatro pensamientos que, espero, te sean útiles tanto en los momentos buenos como en los difíciles.
Todo mundo necesita un ABRAZO SINCERO. En un mundo tan acelerado y estresante lleno de desafíos constante, un abrazo puede ser el bálsamo que calma el alma. Recuerda, hay personas que están llevando muchísima más angustiadas a nosotros y aun así, son los que más ayudan, los que más están para ti. Estos actos de amor y compasión nos recuerdan que todos merecemos ser escuchados y valorados, así que si tienes oportunidad de dar un abrazo hazlo.
También SOBRE EL VALOR DE LAS PERSONAS recuerda que cualquiera amanece en una fiesta contigo, pero no cualquiera en un hospital. Cualquiera está contigo cuando triunfas, pero no cualquiera en el proceso. Cualquiera puede estar en momentos de abundancia, pero no cualquiera en los de escasez. Valora a quien está siempre contigo, porque lo único que no se puede comprar son los valores y la lealtad. En una sociedad actual donde en los momentos difíciles casi nadie está, y muchas veces incluso los familiares se ponen en tu contra y no permanecen a tu lado, es fundamental reconocer y apreciar a esas personas que sí están ahí para ti. Son los valores de la lealtad y el compromiso de las personas que están para ti los que construyen significativamente en nuestras vidas.
Te invito a ATRÉVETE A CRÉER. Cree en las buenas intenciones, en el amor que permanece, en el arrepentimiento sincero, en el consejo oportuno, en las nuevas ideas, en las ilusiones renovadas, en el poder del amor y la paz del perdón. Cree que tras cada lucha viene la victoria, y en lo sincero, bueno y sensato que edifica tu vida. La fe y la creencia en estos principios te darán la fortaleza para seguir adelante.
Finalmente, DOBRE EL DOLOR, les puedo compartir lo siguiente: quizá no entiendas el dolor de otra persona, pero no lo juzgues. Si un día estoy tan agobiado que no puedo más, puedo llorar hasta quedarme dormido, escribir cien poemas tristes, quedarme en silencio y desaparecer unos días, o quedarme en cama hasta que me duela el cuerpo, está bien. Lo crucial es que cada uno exprese su dolor y que todos también seamos empáticos con ese dolor. Es importante reconocer y aceptar nuestro dolor, en lugar de negarlo.
Al final del día, lo que realmente importa son las conexiones que hacemos y el amor que compartimos. Te abrazo desde lo más recóndito de mi corazón
Con cariño, Heiner
