20/02/2022
Soy doula, como dice mi amiga, colega y compañera .abad.7 , es el trabajo más lindo del mundo.
Cada acompañamiento es único, como la mujer que va a parir, como el parto, como su familia. Cada mujer es única, cada cuerpo es único, y tiene una historia escrita en él, que lo atraviesa, que lo delimita, lo expande o lo reprime.
Cada nacimiento que acompaño es una oportunidad de crecimiento para mi, como doula, y como mujer.
Son horas de escucha de relatos de expectativas, de ilusiones, de miedos, de dolor.
Es sostén, son abrazos, son palabras de aliento, de confianza, es silencio que me sumerge en su sentir que es expresado desde las entrañas cuando se necesita, sin juicios, sin miradas, sólo sentir.
Cada nacimiento que acompaño es distinto, y mi acompañamiento también lo es. A veces es sostener la mano y respirar con ella, a veces son masajes suaves, a veces son palabras de aliento, a veces son abrazos hamacados, a veces son mensajes telefónicos. Realmente me entrego a dar lo que esa mujer a la que acompaño necesite en ese momento.
Anoche nació una bebé muy deseada, un parto vaginal después de cesárea, muy deseado (de una cesárea que dejó heridas). Su trabajo de parto fue muy rápido, apenas intercambiamos unos mensajes, y luego de un rato le escribi al papá preguntándole cómo iban. A las dos horas me mandó una foto de su hija sobre el pecho de la mamá. Esa foto me inundó de alegría y emoción. "Es una leona, son dos leonas" decía el pie de la foto.
"¡Lo logré, Marby!" me dijo ella en un mensaje, contándome toda la experiencia, la historia cambió, no hubo dolor emocional, hubo respeto y contención.
Cuando los nacimientos son respetados, dejan una huella imborrable, permiten renacer con alegría y amor.
Si, tengo el trabajo más lindo del mundo.
GRACIAS eternas a todas las familias que me permiten ser testigo de un momento tan maravilloso.💜