07/04/2021
EL VALOR DE TU VIVENCIA
En más de una ocasión he acudido a psicoterapia, por diversos motivos. Cuando me encontraba terminando mi carrera, sentía una profunda sensación de inutilidad, sentía que no servía para esta profesión, que no lograría ser exitosa, que en mi práctica no lograba aportar. Eso, sumado a otros conflictos internos, me hacía cuestionar mi propia existencia y el sentido de la vida. Entonces llegué a una psicóloga, le expresé lo que sentía y le dije “he tenido muchas ganas de morir”, a lo que ella me contestó “pero, ¿cómo te quieres morir? ¡si la vida es tan bella!”. Al escucharla, comencé a arder de ira por dentro, le pregunté “¿por qué?” y comenzó a dar su argumento, pero yo estaba tan molesta que no pude escucharla, y no recuerdo qué fue lo que me dijo. Si recuerdo lo que me hizo sentir: tremendadmente invalidada, como que mi sufrimiento no era importante y mi opinión no valía.
De esa experiencia aprendí algo sumamente importante: la importancia de validar los sentimientos y pensamientos de las personas.
No me mal entiendan, podríamos asumir que mi ideación suicida o ganas de morir estaban afectando mi salud mental y necesitaba cambiar aquel pensamiento, sin embargo, el proceso de resignificación es complejo y puede tardar, por lo que resulta imperativo que en primera instancia el psicoterapeuta valide y empatice con la experiencia del paciente para posteriormente trabajar en el cambio de pensamiento.
Al final, esa experiencia me sirvió para mi propio trabajo: en mi consulta jamás invalidaré tus sentimientos, porque comprendo que todas las personas somos mundos distintos, que crecimos en diversos contextos, que tenemos diferentes vivencias y formas de significar el mundo, y todo aquello es valioso. Esa es la empatía que se requiere para poder generar cambios y es lo que siempre ofreceré a mis consultantes.