17/09/2025                                                                            
                                    
                                                                            
                                            “Luego del diagnóstico, la perplejidad. El aire se volvió pesado de respirar. Y un manto negro de miedo cubrió mi cuerpo, seguí adelante, despacio, a paso firme, erguida, de pie.
Seguí en movimiento y tomé el bote, los remos, me dejé llevar por las aguas del río, remé con viento a favor, con viento en contra, pero junto a otras. Y el aire se volvió liviano y ahora un manto rosa cubrió de alivio cada partecita de mí. Y aparecieron las flores, los colores. Renacer.
Mariposas comenzaron a salir de cada uno de los poros de mi piel, y en cada remada, la libertad, la lucha, la vida, las ganas, la fuerza, me animé. Me animé con otras y respiramos juntas y en cada bocanada de aire fresco me sentí más entera.
En cada remada fui recogiendo los pedacitos de la mujer que fui.
En cada remada la transformación, la transmutación, la alegría, el orgullo de ser sobreviviente, la gratitud, la entereza, integrando los tragos amargos del ayer, con el sabor dulce del ahora.”
Por 
(“Marcas” del libro “FlorESsiendo” de Sandra Altolaguirre)