15/08/2024
No hay que llenar vacíos,
*hay que habitar espacios..
_Hay un capítulo de la vida llamado desapego_.
Es la cualidad que permite establecer con las personas, con las cosas y con las etapas de la vida una relación de autonomía, de autenticidad.
El desapego se relaciona con el abandono del ansia y del deseo, y que, en la filosofía oriental, son consideradas generadores de dolor y sufrimiento.
No poder desapegarse de una persona, de un hábito, de una idea, de un objeto, lleva a establecer con ellos relaciones de posesión o de sumisión.
El apego es una actitud que nos deja encadenados al pasado, mientras tanto la vida continua sucediendo.
Niñez, adolescencia, madurez, vejez.
Amanecer, día, atardecer, noche.
Nuestra existencia será más armónica si acompañamos esos ciclos naturales. Cuando así no ocurre, la vida no fluye, sus aguas se estancan.
El apego a una relación, a una costumbre, a un espacio, a una actividad, a una idea, a una práctica, puede llegar a ser tóxico o disfuncional.
El apego traba nuestro andar por la vida, carga nuestro equipaje con lo innecesario, nos impide escoger lo necesario.
El desapego es... el arte de soltar
Aún siendo la acción más difícil y muchas veces dolorosa para el ser humano, pero está acción es necesaria, liberadora y conlleva mucho amor…
Conlleva mucho amor propio… un fuerza de voluntad muy férrea…
Pero desde el Yo Soy, basado en amor propio… debo dejar ir… lo que se necesita ir…
Y eso incluye: lugares, experiencias, personas, posesiones…
Desde mi más profundo y puro amor… me debo liberar de lo que ya cumplió su ciclo a mi lado…
Bendecido día…