
01/07/2022
Jodorowsky es un personaje controvertido y peculiar, chileno radicado durante muchos años en México, actualmente vive en Francia. Es famoso como escritor, actor, guionista de cómic, cineasta de culto, pero también como un gran estudioso de los los lenguajes esotéricos y simbólicos como el Tarot de Marsella, la metagenealogía (deconstrucción del árbol familiar, que investigó junto a su pareja Marianne Costa) y la psicomagia.
Si bien, durante su estadía en México, se nutrió de experiencias chamánicas indígenas ("Pachita" es su curandera guía), la particularidad de sus actos psicomágicos es que no se consideran “magia” (ni blanca ni negra), sino que se asientan en una teoría que reúne la división freudiana consciente/inconsciente del paciente y el teatro pánico. Esto conduce a la fabricación de un “acto poético” capaz de crear una fisura en el orden de nuestro universo previsible (en apariencia).
Una de las premisas de esta disciplina es: se aprende cuando se hace, los actos son más concluyentes que las palabras (Res non verba), uno nunca incorpora algo totalmente hasta que lo pasa por el cuerpo y por la acción. ¿Buscando el amor y prendiendo velas a San Antonio? Acto psicomágico. ¿Poniendo monedas sobre el Buda de la abundancia? Acto psicomágico. Realizamos muchas de estas acciones sin darnos cuenta que su poder radica en traspasar las fronteras del imposible, dando algún paso que (aunque en apariencia es incoherente) resulta un atractor fuerte del cambio.
La psicomagia es una armoniosa unión entre el lado racional y el lado mágico del ser humano.
Se receta intuitivamente por el psicomago, no hay listas de actos psicomágicos, cada uno es distinto y será realizado por el “paciente” devenido en actor. Por ejemplo, a una mujer con un duelo a medio hacer con un amante ya fallecido, se le pide que lleve una ofrenda de miel y sangre menstrual a la tumba. ¿Cómo? La razón tiembla, el ego no quiere saber nada. ¿Para qué? Los actos que da el psicomago, en general, provocan incomodidad, vergüenza, tensión, miedo, hacen reír o desatan una bronca de los infiernos. Ahí está el bloqueo y la posibilidad de salir es cruzar.
El inconsciente entiende la metáfora: así, (re)vivir simbólicamente una situación que el psicomago nos “pide” puede ayudar a salir de una dificultad.