Pastor / Loreto Eliseo

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12/07/2025
Nos vemos pronto en San Francisco, California.
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27/06/2025

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09/06/2025

Complejo de Caín dentro de la Iglesia

Algunas personas cercanas a la figura pastoral, aquellos que son líderes de confianza, servidores brillantes, maestros incansables, coordinadores fieles, adoradores extraordinarios, pueden verse contaminados por este complejo, tal y como le pasó al hijo mayor en la historia de la parábola del Hijo Pródigo.

Cuando el menor se fue de casa, provocó una alegría en el Mayor. “Al fin se fue el que me robó mi espacio”, decía. Ahora él tenía de nuevo toda la atención y admiración de su padre y de toda la hacienda. Y resulta que cuando el que se fue, regresó, el Complejo de Caín en el mayor salió más agudizante. Y en lugar de alegrarse; se molestó, se irritó, se frustró, reclamó, se sintió herido, invadido, despreciado. Para él, llegó su rival, y tiene de nuevo la atención de su padre que, por cierto, le hace fiesta; el anciano está alegre por su hijo que está de vuelta; así mismo los mayordomos, los trabajadores, las cocineras, los jardineros y todos están celebrado, excepto él; está furioso de que se le ponga atención al rebelde, al pecador, al malhechor.

Cuando su hermano se fue, se alegró, cuando regreso se molestó. ¿Por qué? Por el Complejo de Caín. ¿Qué deseaba que se hiciera con el que regresó? Que lo corrieran, que desaparezca, que no regrese; que consideren los argumentos que él tiene para no dejarlo entrar; él ya los tiene claros, su hermano es un rebelde, fornicario, que se acostaba con rameras, derrochador, borracho, mal agradecido, etc. y anhela que todos oigan sus argumentos; aunque en el fondo esconde sus miedos, complejos y traumas. Desearía que destierren a su hermano de por vida, que nunca más regrese. Toda la culpa es del menor, según su interpretación, y si no hace un análisis interno, puede convertirse en un asesino, tal y como Caín. El síndrome haciendo de las suyas.

Así muchas personas dentro de la iglesia, quieren ser exclusivas del pastor o los pastores, y solo desean la atención de sus autoridades para sí. No soportan ver a sus líderes principales conviviendo con otros, y que estos les brinden oportunidades a nuevos integrantes, ya sea cantando, tocando algún instrumento, ministrando, predicando, etc. En el fondo de su corazón piensan: “Ya no me van a tomar en cuenta”, “Mis pastores prefieren a los nuevos”. Y posterior a esta clase de ideas delirantes, buscan como llamar la atención, como si no la tuvieran; y en lugar de hacer fiesta por el nuevo coordinador o nuevo integrante en el liderazgo, el complejo los ciega y solo les permite ver a un rival de vuelta, a un oponente que viene a quitarles prestigio, medallas y reconocimientos. Una iglesia no puede crecer si terminamos asesinando a nuestros propios soldados.

Loreto Eliseo

22/04/2025

Tú naciste como alguien bendito de Dios, el mismo que te formó en el vientre es quien permitió que llegaras a la existencia, porque él te ve como su creación predilecta. El mismo que te trajo a esta tierra es el mismo que te ayuda a caminar por sus avenidas con sabiduría, te enseña sus secretos y te abre las compuertas de su abundancia. No dudes de ti ni por un segundo porque si dudas de ti, en realidad dudas de ÉL, del que te formó, tampoco digas palabras negativas en tu contra. Actúa como el Rey David, que en medio de toda circunstancia y para todo momento siempre tenía algo positivo, agradable y poderoso que decir:

- El Señor es mi pastor y nada me Faltará.
- Bienaventurado el que pone su confianza en el Señor.
- Aunque un ejército acampe contra mi no tengo temor.
- En paz me acostaré y así mismo dormiré porque el señor es mi confianza.
- No he visto justo desamparado ni su generación que mendigue el pan.
- El Señor es mi luz y mi salvación no tengo nada que temer.

¿Qué te ocurre hoy? No importa lo que pase, todo es para bien. Di algo bueno de ese desastre, de esa quiebra, de ese estado económico, de esa situación de salud, de esa cuestión matrimonial, de esa avalancha sentimental, de esa cuestión de amistad, de esa situación legal. No digas lo malo.

“No hables de la tempestad, háblale a la tempestad”.

Dile palabras de paz, bonanza, solución y victoria. Jesús nos enseñó que a la tormenta se le habla, pero muchos hablan de ella, no a ella. Mientras no digas nada, la tormenta arreciará, pero tus palabras pueden detenerla y transformarla en paz y bonanza.

Solo di la palabra y confía en el poder de Dios. Di, habla, grita, proclama, declara; y después de declarar las cosas que no son como si fuesen agrega esta frase: “Aunque no le vea lo creo, y agradezco porque ya es una realidad a mi favor”.

David antes de matar al gigante habló. Lo vio a los ojos y lo minimizó, lo despreció y después le dijo: “Hoy el Señor te entregará en mis manos y te voy a cortar la cabeza para que dejes de hablar y maldecir al pueblo de Dios”. Después de hablar, se lanzó sobre el gigante y lo mató. Todo lo que quieres hacer y que quieras que suceda, antes de hacerlo, primero háblalo. Declara las cosas que no son como si fuesen.

Esa es FE.

Loreto Eliseo

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