26/11/2024
Llamado a los Seres de Luz: La Creación de un Nuevo Amanecer
Este es un llamado profundo, un eco desde lo más elevado de nuestro ser. Laboramos desde un espacio de suelto y confío, en la certeza de una acción llena de amor consciente y propósito claro. Nuestro propósito es trascendental: guiar a todas las almas que resuenan con la evolución sostenida hacia el salto más luminoso y armonioso, un salto que marca el inicio de un ciclo renovado, donde la vida asciende a una octava más elevada. Nos dirigimos juntos hacia el 2025, año 9, un umbral de cierre y renacimiento espiritual.
No buscamos seguidores, buscamos cocreadores.
No es este un llamado para quienes buscan verdades a ciegas. Es para los corazones despiertos y las mentes conscientes que entienden el profundo compromiso del camino rojo del corazón. Este es un sendero de sacrificio del ego, de purificación que transforma, no desde la resistencia, sino desde la rendición amorosa. Es un camino para quienes, al enfrentar la verdad desnuda, eligen no volver a cerrar los ojos y renunciar al trabajo interno.
Este llamado es para quienes tienen la fortaleza de ver más allá del velo de las apariencias y encontrar la esencia divina en todo lo que existe. Para quienes saben sostenerse ahí, con valentía, y expandir esa luz a medida que atraviesan las sombras.
Para los que ven, creen y actúan
Algunos aún dicen: "Hasta no ver, no creer", pero la verdad ya se ha manifestado. Lo divino se refleja en la perfecta sincronía de lo que es arriba y abajo. A pesar de ello, muchos eligen, desde su libre albedrío, regresar al condicionamiento del ego, atrapados en los espejismos de la densidad.
Este es un llamado a quienes no se rinden ante las ilusiones de la separación. A quienes escuchan sus emociones como el sabio escucha el fluir de un río: con calma, reverencia y apertura. A los que enfrentan sus tormentas internas, las reconocen y las navegan, sabiendo que en el ojo del huracán habita la paz profunda que sostiene el equilibrio cósmico. Desde ese centro, tejen las nuevas realidades de paz, armonía y amor incondicional que el mundo necesita.
El puente hacia la Nueva Tierra
Estamos en un momento sagrado, Tribu, parados en el umbral entre dos mundos. Somos los guardianes de un puente 🌈 que conecta lo que fue con lo que será. Este puente no es solo tránsito; es creación. Con cada elección, cada pensamiento y cada acción consciente, tejemos la historia de la Nueva Era.
Somos los jardineros de un árbol renovado de la vida. Cada uno de nosotros porta las semillas que darán origen a nuevas memorias, inscritas en los libros Akáshicos para las generaciones venideras. Pero esta no es una tarea para los temerosos, sino para aquellos que abrazan sus miedos, su tristeza y su ira, no como enemigos, sino como mensajeros que iluminan los rincones ocultos de su alma.
El renacer del Dorado
Llamamos a los que sienten la esperanza ardiendo en sus corazones, como un fuego eterno. A los que saben que la Tierra Dorada no es un ideal lejano, sino una posibilidad viva, una realidad en gestación. A los que cuidan con amor la semilla del presente, regándola con su fe y sus acciones, para que florezca como un nuevo mundo lleno de luz, amor y propósito.
Tonantzin Tlalli Cuatlicue y los Niños Santos
En este llamado resuena la energía de los benefactores de la Tierra: Tonantzin Tlalli Cuatlicue, madre eterna que nos nutre, y las plantas sagradas, que nos guían en nuestra conexión con el Todo. Aquí y ahora, sentimos la alegría y el amor puro de los Niños Santos, esas almas luminosas que nos recuerdan lo sagrado del viaje y de la vida misma.
La Nueva Era ya está amaneciendo.
Es tiempo de responder con toda nuestra esencia. Que seamos el puente, que nuestra esperanza se transforme en acción y nuestra fe en luz tangible. Que seamos los guardianes de este nuevo amanecer, creadores de un mundo donde el amor, la armonía y la paz se conviertan en la base de una nueva humanidad.
La Tierra Dorada nos llama. ¿Serás parte de ya?
Escribe en comentarios,
"Soy semilla para el Dorado".
Y recibe información para la Ceremonia rumbo al Dorado.
