02/01/2024
Siendo muy sincera, dejo el 2023 con la esperanza de que el cambio de año, el cambio de números, el cambio de ciclo, se lleve todo lo que dolió. Sin embargo, no creo poder decirles que tuve algún deseo especial para este año que inicia, todo lo contrario. Siento el vacío más grande de expectativas, no deseo nada, no aspiro a que nada me sorprenda. Y si bien esto puede percibirse como negativismo puro y duro, falta de fe y esperanza, para mí es la única forma de sobrevivir a estas fechas.
Es verdad que no espero nada, el 2023 se llevó muchas cosas, incluyendo una parte preciosa de mí que no creo recupere jamás. Soy clara con esto, porque también es claro el vacío que siento dentro. Pero lejos de dejarme estar en la oscuridad, siento de alguna forma que en el vacío se construirán otras cosas, nuevas cosas, cosas diferentes. Yo no seré la misma nunca más y no me pesa necesariamente. Algo en mí debía morir.
No sé en quién me convertiré más adelante, no sé si realmente me reconstruiré. Lo que tengo claro es que en vacío no espero nada y es hermoso en su forma extraña de ser. El vacío, el lienzo en blanco…mis pocas expectativas me dan más libertad, para que todo se genere orgánica y creativamente.