25/04/2022
Cuanto más tiempo llevo formándome en yoga, más cuenta me doy de lo MUCHO que no se. Y de lo importante que es ser humilde y cuidadoso y escucharse a uno mismo.
Cuando empecé a practicar yoga de una forma más constante, salía a flote mi personalidad a veces un tanto obsesiva y cabezona. Hacía las posturas más contorsionistas y más difíciles aunque sintiera cierta tensión nada sana aquí y allá. El profe me indicaba que mantuviera las piernas bien estiradas, y yo obedecía cual militar a costa de mis rodillas.
¿Que estupidez, no? Pero es tristemente común este tipo de actitud. Y si esta no va acompañada de un buen conocimiento de cómo funciona el cuerpo, es cuestión de tiempo hacerse daño.
Lesiones en rodillas, muñecas, lumbares... son muy comunes en los practicantes de yoga. Pero no tendría porqué ser así.
𝙃𝙖𝙮 𝙦𝙪𝙚 𝙨𝙚𝙧 𝙘𝙤𝙣𝙘𝙞𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙙𝙚 𝙦𝙪𝙚 𝙣𝙤 𝙩𝙤𝙙𝙤𝙨 𝙚𝙨𝙩𝙖𝙢𝙤𝙨 𝙝𝙚𝙘𝙝𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙜𝙤𝙢𝙖 𝙮 𝙘𝙝𝙞𝙘𝙡𝙚... 𝙖𝙡𝙜𝙪𝙣𝙤𝙨 𝙨𝙤𝙢𝙤𝙨 𝙪𝙣 𝙨𝙖𝙘𝙤 𝙙𝙚 𝙘𝙖𝙧𝙣𝙚 𝙮 𝙝𝙪𝙚𝙨𝙤𝙨 𝙪𝙣 𝙥𝙤𝙘𝙤 𝙩𝙤𝙧𝙥𝙚𝙨 𝙮 𝙘𝙖𝙗𝙚𝙯𝙤𝙣𝙚𝙨.
Con el tiempo y con la práctica he aprendido a suavizar mi práctica y a escuchar mi cuerpo. Y a veces a NO hacer caso al profesor que está guiando la clase. Tal vez siento que hoy no es buen día para mi para hacer una invertida... pues no la hago y punto.
𝙋𝙧𝙖𝙘𝙩𝙞𝙘𝙖𝙧 #𝘼𝙝𝙞𝙢𝙨𝙖, 𝙡𝙖 𝙣𝙤 𝙫𝙞𝙤𝙡𝙚𝙣𝙘𝙞𝙖. No violencia hacia los demás y tampoco hacia uno mismo.
En fin, feliz lunes y feliz vida.
Y a desobedecer y a querer y a quererse mucho, con arte amor y respeto al prójimo ✌❣