15/04/2022
LA SABIDURÍA DEL AGOTAMIENTO.
No creo que la gente se dé cuenta de cuánta inteligencia sagrada hay en su agotamiento, su agotamiento, su desesperación.
Todos necesitamos estar agotados, quemados, agotados y deprimidos en algún momento de nuestras vidas.
Todos nosotros.
Algunos se atascan en el barro. Otros empujan a través. Es algo así como un misterio, lo que ayuda a las personas a avanzar hacia la gloria y hacia su desenfreno. El borde de la muerte, el borde de la vida. He estado ahí. Viví allí durante muchos años.
El falso yo NECESITA quemarse. Anhela morir. Esto no es real.
Sí, nuestra inautenticidad necesita morir. Decir no cuando queremos decir sí y sí cuando queremos decir no. Rellenar nuestra rabia para parecer educados.
Aplastando nuestra desesperación para parecer "arriba".
Reprimiendo nuestra sexualidad, nuestros verdaderos anhelos, nuestros auténticos deseos.
Pretender saber cuando no lo sabemos, o pretender no saber cuando realmente lo sabemos. Suprimiendo la sabiduría y la intuición y el saber en nuestras entrañas. Fingiendo ser espiritual, agradable, amable, sin prejuicios, tolerante, fuerte, cuando en realidad, el miedo, el odio y la ira hierven debajo.
Tratando de evitar decepcionar a los que amamos.
Pero nuestro salvajismo nos salvará. Nuestra ira, nuestro terror, nuestra desesperación explosiva nos harán completos, si podemos digerir estas energías mal entendidas. Cuanto más suprimimos tales creatividades infinitas, más agotados nos volvemos y más queremos morir (vivir).
El peligro es que asumimos que hay algo “malo” en nosotros por sentirnos tan “negativos”; vemos esto como una especie de falla o debilidad nuestra, y avergonzamos aún más nuestra vergüenza, deprimimos nuestra depresión, nos alejamos de estas señales infinitamente inteligentes, estos LLAMADOS A UNA NUEVA VIDA.
Sí, en nuestra inocencia, rechazamos lo mismo que está tratando de salvarnos. Medicamos nuestros sentimientos, tratamos de adormecernos aún más. Intentamos “seguir adelante”. Intentamos “relajarnos”. O nos revolcamos y nos entregamos a nuestros sentimientos, creando una nueva identidad de “víctima”.
Hay un camino intermedio, amigos.
Abrirse a la verdad de nuestras vidas es aterrador. Pero necesario. A veces necesitamos quemarnos primero, ponernos de rodillas primero, caer en la desesperación y la impotencia absolutas, viajar al inframundo de nosotros mismos y decir la terrible verdad de "yo".
Necesitamos decir nuestra cruda verdad y correr el riesgo de alienar a todos los que nos rodean.
Necesitamos estar dispuestos a confrontar nuestra soledad y rabia más profundas y arriesgarnos a perder a nuestros amigos, familiares, simpatizantes. Tenemos que correr el riesgo de la alegría. Sigue el llamado de nuestro corazón.
Da pequeños pasos hacia las cosas que nos asustan.
Necesitamos dejarnos morir... por lo que nos tomamos a nosotros mismos.
Rompe, quema, acaba con la mi**da... y toca el asombroso fuego de la Verdad. Este es el camino de los valientes y de aquellos que ya no tienen elección.
-Jeff Foster-